Existe una tendencia, casi generalizada, a buscar las soluciones fuera de uno mismo, y aunque esto puede resultar de utilidad, también puede llevarte a cometer un error: La victimización.
Cuando se es niño, la vida, en su totalidad; es responsabilidad de los padres, con el tiempo se van asumiendo responsabilidades, hasta que poco a poco, la vida es completa responsabilidad del adulto que se es y esa adultez, supone que hemos adquirido conocimiento y experiencia para llevar tal labor.
Sin embargo; existe una parte de nosotros mismos, que hemos ido descuidando, que no hemos trabajado como el resto de nuestras habilidades, destrezas y dones: El manejo adecuado de nuestras emociones y esto, no solo es una parte importante de nuestro ser, también incide de una forma directa en nuestro bienestar y el normal desarrollo de nuestra vida, en cada uno de sus días.
Antes de que empieces a emitir una opinión, sobre lo que acabas de leer; déjame decirte, que esto escapa a tu entera responsabilidad, porque nadie te prepara, nadie te enseña a realizar una buena gestión de tus emociones, simplemente porque pertenecen a esa parte de nuestro ser, que nadie ve, salvo nosotros mismos y es por tanto, muy cómodo dejarlos escondidos o ignorados y no nos percatamos de ellos, hasta que llegamos al límite de la vida, con una infelicidad muy significativa, entonces y solo entonces, empezamos a ver que ese mundo interior que parecía no ser importante, encierra la clave de nuestro bienestar y de nuestra felicidad.
Reconocer que no se es feliz, a pesar de "haber llenado todas las casillas", es un verdadero acto de valentía y marca apenas el principio de un largo camino en solitario, de repasar momentos dolorosos, decisiones equivocadas, etc. Sin embargo, el resultado representa una mejora sustancial en la calidad de vida.
Asumir la responsabilidad de nuestros actos, de nuestra vida, es saber que si no estamos bien, que si no somos felices, el único culpable eres tú mismo, ya no puedes culpar a tus padres, no puedes culpar a tu familia, amigos, etc. Nadie es más culpable que tú mismo y esto te sumergirá en un tiempo de reconciliación contigo mismo, de tener que perdonarte por cada cosa que hiciste que te fue alejando cada día más de tu felicidad.
¿Ahora entiendes por qué cometerías un error si te acostumbras a buscar culpables fuera de ti mismo?, porque resulta que tu vida, no la viven tus padres, tus hermanos, tus amigos, NO. La vives solo tú y por tanto también tienes el poder de enmendarla, sin importar la edad que tengas, no cometas el segundo error de creer que ya no tienes tiempo.
Muchas veces, las más; tendrás que buscar en ese pasado que no quieres, pero debes recordar, porque es en él, en el que hallarás muchas respuestas para los problemas que tienes hoy. A medida que avances, y vayas llenando de luz todos esos rincones que de propia voluntad dejaste en la oscuridad, tu visión de la vida y el enfoque que le dabas irá adquiriendo un nuevo matiz, hasta que un día cualquiera, sentirás que eres una persona nueva, por primera vez en mucho tiempo, respirarás a pleno y te sentirás completamente vivo, para abrazar todas esas oportunidades que creíste perdidas, para darle la bienvenida a todos esos días que aún te quedan por vivir.
Recuerda que no hay tiempos perdidos, si no te sientes bien, si no sientes que seas feliz, si consideras que ha llegado el momento de parar y realizar un cambio, acepta la invitación que te esta haciendo la vida y empieza a escribir días nuevos.