Hoy escribo desde lo que será mi nuevo espacio de trabajo, mientras trato de acostumbrarme a mi nueva computadora, en fin. NUEVO, NUEVO, NUEVO.
Quienes me conocen, saben que jamás fui una persona inclinada a los cambios, pero hay momentos de la vida, como este, en que los cambios suceden para bien.
Hubo un tiempo de mi vida, hace varios años atrás, en que soñaba con tener un espacio como este, un lugar que fuera mío, un sueño que alimente por años, hasta que finalmente lo dejé en las amorosas manos de Dios. Como este sueño, tuve muchos otros, que con la gracia de Dios, vi realizados a lo largo de mi vida, ninguno de ellos incluía un cambio tan grande como este, pero con el tiempo aprendí que la vida, debe ser vivida, simplemente eso, poner el mayor esfuerzo por conseguir todo aquello que soñamos, pero sabiendo que por mucho que se planifique, habrán algunos sueños que tendremos que dejar en el camino, porque nuestro camino esta diseñado por las manos de Dios, y él sabe que habrán muchas experiencias que forjarán nuestro carácter y nos impulsaran a ser mejores de lo que somos hoy.
¿Cómo te hace sentir lo que acabas de leer?, hacen falta años de practicar la confianza en Dios para esperar con fe, que tus planes coincidan con la voluntad de Dios, y hace fala mucha, pero mucha fe, para aceptar que habrán muchas cosas que jamás sucederán, lo que sí puedo asegurarte es que la vida jamás se detendrá, que siempre tendrás nuevos sueños que perseguir, nuevos tiempos por vivir.
Visto desde esta perspectiva, los cambios no son malos, ¿verdad?, quizá esta sea una nueva lección por aprender, y eso, precisamente es es lo que vuelve la vida interesante, nuestra maravillosa capacidad de aprender!!