domingo, 23 de marzo de 2025

EN DEFENSA DE LA ALEGRIA

¿Alguna vez has prestado atención a todo aquello a lo cual le das la bienvenida en tu vida?, creo sin temor a equivocarme, que  la  "prisa" de los días no solo nos ha quitado el disfrute de la vida, también ha secuestrado  nuestra atención. 
En estos últimos  días, he mirado con absoluta sorpresa  a dos personas, completamente  sumergidas en  el móvil, al punto que no escuchaban  lo que les decía  aunque se  los estuviera diciendo a gritos.  
Fiel a mi costumbre de analizar el comportamiento humano, desde la emocionalidad, me atrevería a decir  que esto obedece a la necesidad intrínsica de desconectar de la vida, un fenómeno muy común  en los últimos  tiempos, simplemente; porque  no nos gusta lo que vemos, no  nos gusta la vida que tenemos.

Creo que alguna vez, te dije, la necesidad permanente y el consiguiente compromiso que tenemos con nosotros mismos, de  revisar nuestras prioridades, las cosas que nos  disgustan de nuestra propia vida, lo que  nos aleja de la felicidad, ¿te  parece  extraño? Tú  solo  recuerda, que nosotros cambiamos de forma  permanente, por lo tanto se hace necesario que vayamos haciendo ajustes  a medida que avanzamos.

Desde esta perspectiva, una de la cosas que debemos defender a capa y espada, es la alegría de estar vivos, la que debería ser la mejor experiencia de nuestra existencia. Hace falta defenderla de las horas  grises, de las horas de desaliento, de las heridas que pretenden dañar el alma, de los ladrones de luz.  A estos últimos, has tenido el infortunio de encontrarlos por ahí? Si así lo hiciste, espero que hayas sido lo  suficientemente inteligente  para darte cuenta, que siempre hay algo de luz, en toda oscuridad y que las horas grises llegan también, para dejar algo de luz a  nuestras vidas. Ten cuidado,  por tanto, a dónde va  tu atención en  tiempos de oscuridad.

A veces, de una forma imperceptible, damos la bienvenida a emociones mal dirigidas, que  terminan por instalarse en el alma, hasta que poco a poco, la van horadando al punto de apagar su luz. Con los años he aprendido a reconocer las señales que emite el cuerpo que indican  que el alma esta sufriendo.

Lo primero que puedo decirte, es que jamás dejes de ver las cosas buenas que pasan en tus días, en cada uno  de ellos, porque como bien debes saber, en tiempos de oscuridad, el alma se siente naturalmente inclinada a sumergirse en un mundo de silencios y amarguras. Ese es el  momento exacto, en que debes hacer el esfuerzo para salir a flote, emitiendo tu luz propia.

Busca todas las formas posibles en las que Dios esta obrando en tu vida. En las personas, en las palabras de aliento, en todos esos  pequeños detalles que te han hecho sentir bien, que han conseguido  sacarte una sonrisa, pero sobre todo, hazte una sola pregunta:

¿Y si no me estuviera ocupando (preocupando) de esto, qué estaría  haciendo?

Dar respuesta a esta pregunta, no solo dirigirá tu atención a todo aquello  que estuviste descuidando, también hará que tu mente se  vaya imbuyendo de nuevos proyectos y la ilusión  que dan los nuevos inicios,  te llevarán, poco a poco, a salir a flote de aquello  que te atormentaba.

Estos son tiempos,  en los que hay que salir  en defensa  de nuestra alegría!!













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