A LA LUZ DE NUEVAS ALEGRIAS

La luz tenue del cielo gris, va anunciando a medida que pasa el tiempo, el final de otro día, mientras observo a travez de mi ventana, cómo se va acercando el ocaso. Pienso, a menudo lo hago, en todas las personas que van por ahí, con un corazón roto, o endurecido a fuerza de sufrir.

Siempre voy a creer que las heridas de amor, son las más difíciles de cerrar.

Volver a apostar por el amor, cuando ya se ha vivido una historia cuyo final fue doloroso, requiere de mucho valor; pero seguir con la vida, no es solo ponerse de pie, es sanar las heridas, es seguir apostando por un futuro que se soñó un día... 

Sanar una herida, es saber que aún nos aguardan nuevas alegrías, más inmensas todavía, porque la experiencia ahora, no proporciona una visión más clara. No te quedes con la apuesta perdida, mira hacia ese futuro que todavía te pertenece, no lo pierdas porque nada se ha perdido, solo necesitas tiempo para sanar tus heridas.

Con el tiempo, comprenderás que la mayor fortaleza, es haber seguido adelante, conservando la ilusión viva en el corazón. Puede que los guerreros de hoy se definan más por la fuerza de sus corazones y la templanza de su carácter.

Saber salir a flote de una situación adversa, con el alma intacta, es lo que diferencia a las almas bonitas, de todas las demás. Esa belleza que sale en el brillo de los ojos y es capaz de comunicarse con el lenguaje del amor. 

Si, las heridas de amor son las más difíciles de sanar, pero es el mismo amor el que tiene la capacidad de hacerlo, entonces; ¿de dónde proviene ese amor?, de ti mismo, eres la única persona con la capacidad de regalarte nuevas sonrisas, nuevos inicios, nuevas oportunidades, eres la única persona con la capacidad de cerrar tus propias heridas, a fuerza de saber dejar lo pasado en el pasado, a fuerza de sostener la luz de la esperanza, aunque todo parezca palidecer a tu alrededor. 

Solo ten presente, que al caer la noche, es la luz de la luna la que alumbra en la oscuridad, jamás ha existido un solo día, o noche, que haya transcurrido en completa oscuridad. ¿Por qué dejarías que una mala experiencia te quite la ilusión de nuevas alegrías?

Comienza  nuevamente, a partir de la experiencia, los errores dejan las mejores lecciones y solo sobre la verdad es que se puede construir. Conoces el camino por el que jamás volverás a caminar, pero esto no implica que también debas dejar tus sueños atrás, es solo que ahora tienes un nuevo sendero ante ti, y jamás habrías sido capaz de verlo  si antes no hubieras elegido el equivocado.

Nada se ha perdido, no tengas miedo de empezar de  nuevo, porque el miedo paraliza, el miedo detiene. Detente un momento para sanar tus heridas, pero después sigue, no renuncies a tus sueños porque ellos son el motor de tus nuevas alegrías, pero no renuncies, jamás renuncies a ellos.