NADA SE HA PERDIDO

Considero que hay algo sino es mucho de bueno en el proceso de vivir, sin embargo, la experiencia de perder a un ser querido, es una experiencia tan fuerte, que descubrir algo bueno que se pueda relacionar con ella, se hace una tarea por demás difícil, sino imposible; pero la muerte pone de manifiesto todo el amor que se tuvo y si acaso, se tiene aún por esa persona.

Es indudablemente, en un momento así, que empezamos a ver la verdad, tal cual es; sin el falso artificio de la rutina;  te digo esto, porque cuando el velo de la rutina, en cada uno de sus días, suele cubrir las cosas y las personas más importantes de nuestra vida, nuestra visión se hace borrosa y no somos capaces de ver que detrás de las peleas, de los distanciamientos, de los reclamos o la incomprensión, la verdad permanece inalterable, más no al paso del tiempo; ésta se pone de manifiesto, cuando ya no tenemos a esa persona, cuando hemos "perdido" aquello que amábamos.

Si los matices oscuros de la vida, hoy cubren tus días; recuerda que el amor jamás se pierde, solo se transforma, el amor; permanece inmutable al paso del tiempo y porqué no decir a la vida. La diferencia es que ahora la única forma de poder verlo, es con los ojos del alma, la única forma de poder hablarle es con el lenguaje del corazón... nada se ha perdido.

Hay muy poco que se pueda decir en un momento así, sin embargo, acompañar en la tristeza hace que ésta disminuya, aunque no desaparezca. 

Una vez más, las cosas más importantes siempre suceden en el ámbito espiritual, este acompañamiento bien puede traducirse en una oración que elevas a Dios para que él consuele los corazones de aquellos que han perdido a alguien y los fortalezca durante ese tiempo.

Hay mucho más de lo que puedas imaginar, en ese mundo que apenas conocemos y en el que sin embargo se desarrollan las cosas más importantes de nuestra vida. 

El mundo material, es como siempre, muy sobrevalorado, solo porque es tangible a nuestra existencia.

Cuando la sombra de la tristeza asome en tu vida, recuerda que el amor que sentiste por esa persona, permanece inalterable en tu corazón, que el amor solo se transforma y por tanto nada se ha perdido. 

La muerte es solo la invitación que la vida nos hace, para despertar a ese basto mundo espiritual, apenas percibido por nuestros sentidos.