Recientemente, he tenido el placer de dedicar tiempo a reunirme con amistades a las que no veía por algún tiempo. Tengo que reconocer con pesar, que últimamente he estado careciendo de éste recurso que bien administrado, nos permite lujos como poder dedicarnos a actividades que le hacen bien al alma, pero resulta que a veces no es por mala administración, es más bien porque el alma no halla la sintonía justa para poder disfrutar de tiempos de esparcimiento (mi caso).
Como debes imaginar, cuando uno esta atravesando por una situación adversa, no se puede dejar de pensar en el problema que se esta atravesando, con la esperanza de hallar una solución para poder "recuperar" la normalidad y porque no, la vida, tal y como la conocías antes.
Me declaro culpable de ello, y si tu formas parte de este grupo, entonces sabes que el "sobre pensar" nunca ha servido para otra cosa, más que para robarte la paz, así que en este tiempo, estoy tratando de aplicar un consejo que recibí alguna vez:
Cuando los problemas sobrevienen, uno simplemente los atraviesa, porque jamás ha habido nada que dure para siempre.
Teniendo esto en mente, una mañana cualquiera, comprendí que no se puede NO VIVIR, porque encerrarte en el problema, no hará que desaparezca, ni siquiera hará que el tiempo pase más de prisa, y aunque realmente no sentía que tenía ganas de reunirme con alguien, escribí a una de mis amistades para que nos reuniéramos, para mi sorpresa, recibí una respuesta casi de inmediato, me sorprendí, porque hacía mucho tiempo que esta persona venía recordándome que debíamos reunirnos, a mi constante negativa, dejo de insistir, cosa que hice con cada amistad que me lo pidió. Para mi sorpresa, todas mis amistades aceptaron cuando recibieron mi mensaje, a una reunión siguieron las demás y en cada una de ellas recordé porque mantuve esas amistades con el tiempo.
Recibí tanto afecto, que poco a poco fui saliendo de mi "encierro emocional" y recuperé mi calidad de vida, el problema esta siguiendo su curso, pero yo ya no pierdo tiempo, ni paz tratando de hacer más de lo que esta en mis posibilidades.
He comprendido realmente, que no se puede no vivir; que nuestra primera responsabilidad es con nosotros mismos, que Dios puso en nuestras manos, esta vida y es nuestra obligación vivirla, con sus luces y sus sombras, y sabes qué? Descubrí que la diferencia entre estar bien y estar mal, esta a una sola decisión de mi parte.
No sé en qué momento de tu vida te encuentres, pero puedo asegurarte algo, tienes muchas razones para seguir adelante, Dios ha puesto la familia, los amigos y hasta los conocidos que te impulsarán hacia adelante, Dios te ha puesto en el lugar en el que tu vida florecerá y si en este mismo momento no estás en la capacidad de verlo, es que no te lo estás permitiendo. El problema no esta fuera de tí, recuérdalo siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tomar un tiempo para compartir. Vuelve cuando quieras.