domingo, 19 de agosto de 2012

ESA LUZ QUE NO SE VE

Amigos, bienvenidos!!!:
¿Cómo están?; ha transcurrido una semana más y con ella un tiempo de nuestras vidas; debemos enfrentar cada uno de esos días con la consigna férrea del aprendizaje, manteniendo el entusiasmo por la vida y la esperanza de que días nuevos y maravillosos vendrán.
Por mi parte he tenido como siempre una semana de trabajo, con el añadido de que estoy muy cerca de finalizar mi nuevo libro, por consiguiente albergo mucha emoción, pues llevo trabajando en este nuevo proyecto cerca de dos años y estimo que la etapa de revisión y edición tomará algún tiempo más, de cualquier manera cada día estoy más cerca de ver materializado este nuevo sueño y eso me alegra mucho.
Agradecezco a todas aquellas personas que se han contactado conmigo para transmitirme sus impresiones sobre mi libro "PARA SIEMPRE"; el poder ver el resultado de tu trabajo, exactamente como uno lo había imaginado no tiene precio, sus comentarios son para mi un valioso regalo que me acompaña en esta nueva aventura.

Trabajar en el oficio que nos gusta es una cosa y otra es observar la vida y todos los que interactuamos en ella. En estos últimos días he reparado en que todos poseemos una luz que no se ve más que con los ojos del alma, y muchas veces no alcanzamos a percibirla, porque preferimos prestar atención a las aspectos fútiles de la vida.

¿De dónde viene esa luz que no se ve?; de nuestro mundo interior, y sí, aunque muchas veces uno pueda creer que nadie sabe lo que uno lleva por dentro, esta realidad se refleja en la luz de nuestras miradas, después de todo, no en vano se suele decir que los ojos son las ventanas del alma y cuando uno repara en ello, entonces podemos ver lo que tal vez las palabras tratan de ocultar.

El ser humano, se ha acostumbrado a transitar su propio camino acrecentando la indiferencia por la vida de los demás, sin darse cuenta que esta "aparente indiferencia", termina eclipsando también su propio bienestar; porque aunque muchas veces ansiamos vivir en una isla, sin nadie más a nuestro alrededor, la realidad es que habitamos este mundo, con muchas otras personas y que algunas de ellas constituyen nuestro propio entorno social para bien o para mal.
Es muy cierto que debemos seguir nuestro propio camino, pero en ningún momento se nos dijo que no existía otra vida más que la nuestra, pues en nombre de esa llamada "individualidad", es que aflora en los seres humanos, un egoísmo desmedido, muchas veces nos topamos con aquellos a los que no les importa atropellar los derechos de los demás para procurarse bienestar. Sin embargo basta solo ver la mirada de aquellos que creen haber "triunfado" en la vida para saber que están lejos de comprender lo que ello significa; después de todo "el fin nunca justifica los medios" y lo triste es que la vida termina cobrándole su precio solo al que a transgredido los derechos de los demás, aunque en su momento no lo pueda percibir.

Todos cuando nacemos, poseemos una maravillosa luz interior; no sabemos cuál será nuestro futuro, pero estamos mucho más cerca de alcanzar nuestros sueños cuando somos niños, que cuando ya somos adultos; ¿por qué?, porque las vivencias amargas de nuestra vida, han ido apagando esa luz que debimos acrecentar, porque con el paso de los años las caídas son mas constantes y empezamos a debilitar un espíritu que en principio se mantuvo firme.

¿Qué sucede cuando empezamos a reparar en la vida de las personas que tenemos cerca?; empezamos a ver que hay muchas realidades a las que no podemos ayudar, hay muchas oscuridades a las que no podemos iluminar, el no ser capaces de disminuir el sufrimiento de aquellos a los que queremos hace que también nuestra propia luz se vaya apagando, un poco cada día, porque entonces comprendemos que somos seres humanos pequeños e imperfectos.

La tarea de vivir, implica que seamos unos luchadores constantes, implica que muchas de esas batallas las libraremos con nosotros mismos y esa es la mayor pelea de todas, pues nuestros propios pensamientos pueden convertirnos en los guerreros más fuertes o en los más débiles,  la única diferencia entre uno u otro estado se resume a esa luz que muchas veces no vemos ni siquiera nosotros mismos.....

Cuando más frágiles nos encontramos, el escuchar a otras personas decir que somos lo suficientemente fuertes para salir de esa situación adversa que nos ha orilla al punto de no dejarnos actuar; nos parece primero el mayor desconocimiento de nuestras personas y segundo la mayor crueldad de todas, pues en ese momento bien sabemos que lo intentamos todo y a pesar de ello, no sabemos que hacer.
Lo último que se nos ocurriría pensar, es que tal vez esa persona, ve en nuestra mirada aquella luz de nuestro espíritu que refleja otra cosa, muy diferente a la que nosotros pensamos; esa luz que incluso nosotros hemos dejado de observar cuando nos vemos al espejo, pero que quizá otros si  la pueden ver.

¿Cómo poder apreciar y acrecentar esa luz?; tratando de salir a flote de cualquier situación adversa con el espíritu intacto, no dando cabida a aquellos pensamientos que nos dicen que no lo lograremos, dejando de escuchar a quienes tratan de hacernos creer que no somos lo suficiente capaces como para merecer lo que estamos buscando; aferrándonos con fuerza a las cosas buenas que suceden en la vida, compartiendo nuestra felicidad con aquellos que nos aprecian, reconociendo que cada palabra hiriente que escuchamos proviene de un espíritu enfermo que necesita ayuda, quizá la que nosotros podemos proporcionar aunque se trate solo de una pequeña oración.

Todo lo que tú puedas hacer por mantener tu espíritu a flote y reavivar esa luz en la que no reparaste, contribuirá también a que los demás se fortalezcan desde tu propio bienestar, porque seras capaz de ofrecer una sonrisa aunque las cosas no marchen como las esperabas, porque verás la vida con los ojos del alma y comprenderás que la vida no es una oscuridad constante, que es nuestro propio desconocimiento del espíritu el no poder ver que estar vivos implica que estamos llenos de luz, que estamos llenos de amor y que si ciframos la ayuda que podemos ofrecer en el amor que somos capaces de dar, podremos hacer que una persona que sufre sienta que no todo esta perdido, porque todavía te tiene a tí.

Sucede que esa luz que no se ve; se plasma en la mirada de las personas y ésta nos relata un mundo que puede o no coincidir con aquello que dicen las palabras; que no esta mal pelear por sacarla a flote, que quizá esa es la única batalla que vale la pena enfrentar porque si nosotros conseguimos acrecentar la luz de nuestro espíritu, aquella con la que nacimos, EL RESTO VENDRA POR AÑADIDURA.

Que tengan una feliz semana. Hasta la próxima.

Fotografía "Orange" (Rosier Db)








1 comentario:

  1. Yanka : Que estupenda noticia que ya vaya a llegar tu segundo libro, seguro será tan bueno o quizás más que el primero.
    Que interesante el tema que citaste, pero una vez más tienes toda la razón, la mayor de las peleas siempre se enfrenta con uno mismo; y bueno toca pelear y duramente, porque en esta vida ya es difícil pasar nuestros días como para que nos apaguemos en el intento y terminemos con la peor versión de la muerte, la amargura, y te digo que una vez en ella es muy difícil de salir, así que mientras Dios nos ayude a seguir subiendo nuestra escalada y que nuestra meta sea siempre ser luz para muchas oscuridades.
    Que tengas una linda semana, un abrazo.

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