domingo, 23 de septiembre de 2012

LA UNICA HERENCIA QUE VALE LA PENA DEJAR

Amigos, bienvenidos!!!:
¿Cómo están?, ¿cómo van pasando sus días?; cada domingo, cuando empiezo una nueva entrada me sorprendo gratamente al darme cuenta que ha pasado otra semana, días que se fueron como tantos otros, y que irremediablemente no volverán. ¿Qué experiencia maravillosa nos dejan?, ¿asimilamos cada lección con la cual nos topamos?.....
Por mi parte, continuo escribiendo mi libro, del cual poco a poco me voy despidiendo, como aquel viejo amigo que deja tras de sí, una estela  de recuerdos maravillosos....¡que grato es el oficio de la escritura para mi!. 

Durante esta semana, he pensado mucho sobre la juventud, este tema no solo ha ocupado mis pensamientos sino también mi atención, he caminado observando con cuidado a personas de diferentes edades y creo que a mi modo he hecho mi propia investigación.
Muchas personas recuerdan su juventud como la más maravillosa de sus épocas, es inevitable advertir un brillo en su mirada que delata sus ansias de poder regresar a una época donde los sueños no tenían límites,donde uno creía que era capaz de conseguir todo lo que deseara, una época feliz en la que el corazón albergaba mucha ilusión.... no parecían preocupar el paso de los días.

Ese es un modo de ver la juventud, pero resulta que la juventud vista con la mirada de muchas personas se reduce solo a la parte física: Ausencia de arrugas, ausencia de cabellos blancos. En fin, cuantas características más que uno quiera asociar a la juventud, pero resulta que uno puede caminar con la mirada puesta en las cosas de este mundo o puede caminar con la mirada puesta en las cosas del espíritu; si elegimos el segundo camino no podemos menos que identificarnos con las palabras del escritor Mateo Alemán: 

"La juventud no es un tiempo de la vida, es un estado del espíritu"

Han sido tantas las cosas que recordé cuando leí esta frase que no tuve otra opción más que otorgarle la razón. Recordé que tuve la suerte y la dicha de conocer personas que llevan ya muchos años cumplidos que me han enseñado que la juventud puede ser un estado permanente, que la alegría y las ansias por la vida no se encierran en unos cuantos años vividos, que nunca es tarde para aprender algo nuevo, que uno puede cambiar muchas cosas que no le gustan de su vida, si realmente se lo propone. Que la diversión de la vida no se quita con los años, que todavía se puede despertar cada día con la ilusión de realizar algo nuevo, quizá un sueño postergado, quizá una tarea incompleta, que todavía se puede disfrutar de una bella melodía que despierte las ganas de bailar, de cantar y de reír!!!.

La magia y el misterio que encierra la juventud no puede encerrarse en unos cuantos años; porque llevamos esta magia, llevamos este gran tesoro dentro de nosotros mismos, la juventud es un estado mental que vive y se alimenta de las ansias enormes por la vida que sentimos en nuestro espíritu, quizá llevemos este tesoro en vasijas de barro (2 Cor. 4,7), que tarde o temprano envejecen, se quiebran, se rompen y se desechan, pero el espíritu no conoce los límites de la materia, el espíritu puede volar libre y surcar el firmamento detrás de aquello que realmente constituye la felicidad..... 

No se puede buscar detener el paso de los años, refugiándonos en cirugías plásticas, en tratamientos de belleza o en dietas especializadas. Este mundo no tiene otra cosa más que ofrecer que una mirada limitada de la vida en la que impera la frivolidad y la falsedad, porque ninguna de esas cosas le puede dar vida al espíritu más que la vida misma.

Porque la juventud no se pierde con el paso de los años, mas por el contrario se afianza dentro de un espíritu libre, dentro de un espíritu vivo que no precisa más alimento que el amor, más alimento que la fe, más alimento que la esperanza, más alimento que la alegría y todo ello reside en un corazón libre de amarguras, de las heridas que causas los fracasos y las decepciones.

La única herencia que vale la pena dejar, es mostrar a los seres queridos la propia forma de ver y apreciar la vida, son la inmensas ganas de salir adelante, de no dejar de soñar y de intentar siempre nuevos retos, nuevas enseñanzas, del valor que requiere levantarse de cada caída a pesar de todos los años que ya hayamos vivido y del inmenso respeto que uno siente por la vida....

Que experiencia maravillosa atesoramos en nuestras vidas cuando tenemos la fortuna de conocer personas que son capaces de enseñarnos con sus propias vidas que la juventud no se cuenta por el número de años.... Quizá un día también nosotros podamos transmitir a otras personas esta fantástica experiencia.

Que tengan una magnífica semana!!!. Hasta la próxima.

Fotografía "Happinnes winter" (Rosier Db)





1 comentario:

  1. Yanka, es muy cierto lo de la juventud, no está en los años vividos, sino en la actitud con la que pasamos nuestros días; yo creo en las cosas buenas que leo y más aún trato de darles vida a las palabras con mis acciones, así que pienso vivir las palabras del Sr. Mateo Alemán letra a letra ;) además que yo particularmente admiro a los actores, cantantes ó cualquier artista que esté en el medio teevisivo, que se muestre como es, porque hoy en día ves señores o señoras de 40 con cada cara de 20 que no se puede creer, es ridículo, uno debe respetarse y vivir cada etapa como es, yo creo que llevando una vida sana, los años te vienen bien, como se vé en muchos casos, esas personas merecen todo mi respeto y admiración, porque lo que importa es el talento y no las apariencia física.
    Un abrazo y que tengas una linda semana.

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