domingo, 15 de diciembre de 2013

EN BUSCA DE NUEVAS ANDADURAS

Amigos, ¿cómo están?:
Semanas que anuncian el fin de año, vamos preparando nuestros corazones para celebrar la navidad y la pronta llegada de un nuevo año.
¿Cómo nos sentimos?, ¿qué balance hacemos al final de esta andadura?. A muchos de nosotros nos viene a la mente los deseos que habremos albergado en el corazón al iniciar este año, ¿cuántos de ellos hemos podido materializar?, ¿ha sido un buen año?.

Quizá para muchos fue un gran año y para muchos no lo fue; pero aquí, nos encontramos todavía batallando, todavía tratando de salir a flote de muchas situaciones adversas, de  muchas situaciones tristes que llenan de angustia nuestro corazón, y aunque probablemente nos parezca que los días, las semanas, los meses que han transcurrido han pasado inútilmente por nuestras vidas, somos personas mucho más fuertes....

Para aquellos que pasaron sus días este año habiendo visto sus deseos materializados o fueron sorprendidos alegremente con eventos que ni siquiera se imaginaban invitarles a continuar su camino manteniendo en la mente y en el corazón cada suceso feliz.

Invariablemente la vida vale la pena vivirla, en lo bueno o en lo malo; porque va marcando la historia de nuestras vidas que quedará en la mente de aquellos que nos han querido, recordando que son los momentos de dura prueba aquellos que nos llevan a los momentos felices, porque nuestro espíritu y nuestra fe necesitan ser fortalecidos al calor de aquellas duras batallas que nos dejan grandes lecciones y es que solo aquellos que saben luchar y salir adelante son quienes consiguen disfrutar de la paz que sucede después de la guerra.

Tercer domingo de adviento, ¿qué debemos esperar de él?, así como el adviento alimenta la esperanza, cada semana debemos avivar nuestros anhelos sobre lo que esperamos que Dios nos traiga o renueve en esta nueva navidad; vale la pena dejar la pesada carga de las preocupaciones y los sinsabores que nos echamos al hombro durante todo el año y esperar confiados en la fe que las cosas se renueven en nuestras vidas.

Dejar el temor de lado. Tenemos miedo de tantas cosas que perdemos la paz y el sosiego de nuestra alma con una rapidez inaudita porque no somos capaces de depositar nuestro destino en las manos de Dios, porque dudamos de nuestra fe, son muchos los días que recorremos sin poder encontrar nuestro camino, nos extraviamos cegados por el temor; pero este es un tiempo en el que debemos permitirnos esperar que todo cambie para bien, debemos permitirnos albergar la esperanza de que tiempos mejores vendrán, pero para ello debemos fortalecer nuestro espíritu en la fe.

Este tercer domingo de adviento, enciende una nueva vela y con ella la esperanza de que se fortalezca aquello que tu quieres que se reafirme en tu vida, recuerda que cada diálogo que sostienes con Dios, te pertenece solo a tí, no precisas ponerte caretas, no precisas crearte una imagen de autograndeza; ese diálogo silencioso lo escucharán solo tú y Dios...... Tercer domingo de adviento, ¿qué es lo que esperas tu?.


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