domingo, 7 de diciembre de 2014

DESPUES DE DIOS.....

Amigos, ¿cómo les va?:
Transcurrieron los primeros días del último año, realmente espero que hayan tomado la invitación que les hice al iniciar el adviento, para empezar a albergar en el corazón y por ende en el accionar de la vida misma, la idea de "un nuevo inicio", parece ser una idea totalmente antagónica cuando un año esta a punto de terminar, ¿por qué no iniciar un nuevo año con esta premisa?, en mi opinión la respuesta reside precisamente en que un año más esta a punto de pasar a formar parte de nuestro pasado, del cual seguramente ya vamos apuntando todas las lecciones que nos va dejando, vamos despidiendo a quienes partieron a la presencia de Dios, en definitiva vamos realizando nuestra propia evaluación de lo que este tiempo ha dejado en nuestras vidas; a la luz de estas ideas es imposible dejar de pensar que la navidad mueve los corazones de todos aquellos que aceptan vivir en el amor de Dios y celebrar un año más su nacimiento; es precisamente en este nacimiento que quiero marcar un nuevo inicia, ese volver a empezar que tanta falta nos hace, porque nos hemos rodeado de tantos errores, de tantos malos recuerdos, de tantos fracasos, de tantas desventuras que nuestro espíritu necesita nacer nuevamente de la mano de Jesús que es el amor mismo en esta tierra. La propia experiencia de vida nos demuestra que lejos del amor no existe nada y que a su luz y su cobijo es donde uno puede encontrar la reparación de sus heridas y también de sus errores.....
Para mí esta semana, como creo que ya es acostumbrado en mi diario vivir; no estuvo del todo bien; cuando uno recorre el camino de Dios, ese camino plagado de su amor, es difícil no sentir tristeza cuando uno ve a muchas o pocas personas extraviar su camino, pero descansando en la confianza que siempre tengo en Dios, pongo en sus manos todo aquello que yo desde mi pequeñez humana no puedo hacer. Por lo demás albergo felicidad de culminar un año más, de seguir con mis proyectos literarios y de llevar adelante otros que enriquecen mi vida.

Hace unos me sorprendí al ver un enorme cartel que decía: 

Después de Dios... la familia. Cuídala! 

Al salir me quede pensando en ello, pasaron por mi mente todas aquellas familias que pasaron por la terrible experiencia de perder a un ser querido, pensé en todos aquellos que de un día al otro perdieron a toda su familia, ésta es la peor de todas las experiencias por la cual puede atravesar un ser humano; pues cuando uno funda una familia, inicia este recorrido con muchos proyectos en la mente, principalmente siente  que Dios ha puesto en sus manos una enorme responsabilidad y a la vez siente como un bálsamo en su alma porque esta construyendo una roca que habrá de guarecerle cuando tiempos de dificultad lleguen y a su vez uno es quien va formando parte de esta roca que luego será el cobijo de otro miembro de esa familia. 

Buenos y malos momentos llegaran, todos los que hemos o formamos parte de una familia, sabemos con exactitud que los lazos estrechos que se tejen entre los miembros de la familia, se basan principalmente en el amor, no en vano una de las prioridades del mal es romper ese vínculo familiar para luego despojar a una persona de todo cuando conoce y aislarlo de aquellos que lo aman.

Conocemos a la familia desde la sagrada familia que vemos en Jesús, José y María; tan cerca de la navidad y en este segundo domingo de adviento; quiero escribir acerca de esto, acerca de la importancia de ser parte de algo, de pertenecer a algo que refleja nuestra propia historia, esa que vamos escribiendo página a página pero que tiene un origen y ese reside en nuestra familia.

Considero que más de uno estará de acuerdo conmigo cuando digo que perder todo lo que se conocía como familia de un día para otro llena el corazón de una amargura que parece llenar nuestro espíritu de sombras grises; parece que todos los rincones se llenan de fantasmas que viven en nuestros recuerdos como personajes de una historia que leímos un día y hoy están muy lejos de ser realidad....

Invariablemente es otro el escenario y es otra la tristeza que siente el corazón cuando uno ve que uno de los miembros de su familia decide alejarse por voluntad propia de sus hermanos, de sus padres, de sus hijos, etc.
Uno pasa por todos los estados (la rabia, la tristeza, la desesperación, la frustración) y la que considero la más peligrosa de todas: La negación.

La familia siempre ha de ser la primera institución que el mal quiera destruir porque donde hay unión ahí reside Dios, siempre ha de ser más fácil para el demonio reinar donde existe la división y es más fácil identificar a los agentes del mal cuando uno esta ante una persona que busca dividir y las herramientas que suelen utilizar son muchas por eso y en estos días hace falta permanecer atentos, y pelear por la unión familiar porque donde hay unión ahí reside Dios.

Son muchas las causas y las razones por las cuales a veces se divide una familia, y no quiero que se entienda por unidad estar todos juntos siempre viviendo bajo el mismo techo, NO. La vida pasa para todos y todos escriben y viven sus propias historias a veces una persona que nunca se fue de nuestro lado, esta mucho más lejos de nosotros que una que vive lejos. El viaje del espíritu no tiene nada que ver con la ubicación física.

Si una persona llega a nuestra vida para enriquecerla, para hacerla feliz; buscará en todo momento acercarnos al camino de la reconciliación familiar, del perdón, de ese estrechar los lazos con aquellos con quienes hemos crecido y a quienes consideramos familia.

Se acerca la fiesta más importante de todas porque nos acerca al amor de Dios, a ese recordar que venimos de un lugar y vamos hacia nuestro propio destino, pueden ser muchos los caminos que recorramos pero que nuestro espíritu permanezca junto a aquellos compañeros de viaje que Dios puso en nuestras vidas desde que nacimos, que ningún engaño del mal nos aleje de esta unidad familiar en la cual encontramos las fuerzas que a veces nos faltan cuando hemos sufrido una dura caída, que nuestro corazón permanezca atento a los embustes del demonio que pretende alejarnos del amor de nuestra familia.

Si por otro lado, uno atraviesa la inmensa pena de ver a uno de los miembros de su familia espiritualmente alejado de ella, y ha agotado los recursos para hacerlo recapacitar, recordar que Dios nos hace libres, aún cuando muchas veces seamos testigos del mal uso de esa libertad.
Los momentos de oración por el alma de esta persona son la mayor herramienta a la que uno puede acudir porque en esos pequeños diálogos con Dios él también estará restituyendo nuestro espíritu para ser cada día más y más fuertes.

Que el corazón no sufra por el distanciamiento de uno de los miembros de su familia, porque este descansa en las manos de Dios y él ya se esta encargando de remediarlo.
Finalmente que Dios permita que aquellos cuyos corazones engañados por los embustes del demonio y hoy están lejos de quienes lo aman, encuentren el camino de regreso.....

Estamos tan cerca de una fiesta tan llena de amor, alberguemos la esperanza en Dios y defendamos nuestra familia ante todo, porque donde hay unidad esta presente Dios, recuerda que todos los días puede suceder un milagro y un día de éstos puede suceder uno para ti.  ANIMO, CONFIANZA Y FE.

Que tengan una semana llena de amor. Hasta la próxima!!!.




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