domingo, 17 de julio de 2016

EL MISTERIO DE LA FELICIDAD

Amigos:
Bienvenidos!!!. Una nueva semana, un nuevo tiempo; me gusta pensar que cada uno de nosotros a nuestro modo somos la forma en que Dios celebra la vida!!. Hagamos de nuestra existencia la fiesta que siempre estuvo llamada a ser desde el principio, no a pesar de todo más bien por encima de todo.

Creo que el ser humano esta llamado a gobernar esa libertad que recibimos al nacer como uno de los regalos más grandes dados por Dios, somos nosotros quienes decidimos la forma en la que pasaremos nuestros días en este lugar llamado "mundo", al que a fuerza de cometer tantos errores hemos convertido en el lugar más inhóspito para la humanidad y todo ser vivo.

Sí, indudablemente tenemos mas de una razón para anhelar que este mundo sea un lugar distinto, pero eso depende invariablemente solo de nosotros mismos; de la forma en la que encaramos nuestra vida y la forma en la que respondemos a cada problema que se nos presenta.
El ser humano tiene siempre dos caminos ante sí, cuando las dificultades se presentan; Podemos sentarnos a autocompadecernos y con seguridad razones no nos han de faltar, o levantarnos y seguir. 

Aquellos que tienen una fe bien cimentada, tarde o temprano consiguen seguir adelante, no porque las personas de fe sean unos "fenómenos", más bien porque la fe es muchas veces lo único que nos sostiene de pie, porque la presencia de Dios en la vida  de aquellos que creen les dota de una fortaleza espiritual que les lleva a ponerse de pie y seguir.

Sin embargo, el camino de la fe, es un camino lleno de caídas, no porque el seguir a Dios sea solo un camino lleno de lágrimas, más bien porque estar cerca de Dios implica que el velo que cubría nuestros ojos se ha caído, que ahora podemos ver un mundo totalmente distinto al que distinguíamos antes y porque ahora podemos comprender que no se trata solo de nuestra propia existencia, sino también de la de aquellos que están cerca de nosotros.
El velo que cubría nuestra visión nos impedía ver las cosas maravillosas que Dios puso en este mundo, pero así también nos impedía ver que es la felicidad de aquel que tengo cerca donde reside mi propia felicidad.

Cuando uno escucha decir esto, lo que normalmente sucede es que aquello en lo primero que se piensa, es en la felicidad de la persona a la que uno tiene por "pareja"; lo cierto es que el amor es mucho más grande, lo cierto es que el amor encierra a todo aquel ser vivo capaz de llenar de felicidad nuestro corazón.

Uno siempre puede decidir de qué manera pasara cada uno de sus días, fuimos dotados de libertad para buscar nuestra propia felicidad, y es esta búsqueda que a muchos les toma toda la vida que aprendemos una serie de lecciones, tan necesarias para nuestro aprendizaje personal; este camino debe llevarnos inequívocamente a descubrir la propia felicidad en la realización de determinadas acciones que hagan también que alguien más sea feliz.
Es solo en la felicidad que vemos en los ojos de otro ser que comprendemos realmente el misterio de la felicidad.

Solemos caminar con la falsa  idea de que la búsqueda de la propia felicidad es un camino egoísta, uno que se reduce al simple cumplimiento de los más rebuscados "sueños". Solo aquel que esta transitando el camino que Dios ha trazado para sí, podrá llegar a comprender que la felicidad, que su felicidad puede llegar de muchas formas, una de ellas llegará indudablemente cuando uno mismo sea quien propicie la felicidad de otro y es mi más sincero anhelo que un día todos puedan experimentar este tipo de felicidad que llena el corazón de una inmensa dicha y qué decir del bienestar que le hace al alma.

Si tan solo la humanidad comprendería que en ello reside uno de los misterios de la felicidad, y no así en el dinero; este mundo empezaría a tomar el cariz con el cual Dios lo creo, desde el principio.

Que esta semana llene plena de luz para ti. Hasta la próxima!!!.


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