domingo, 5 de noviembre de 2017

¿CUAL ES EL HILO CON EL QUE TEJES TU VIDA?

Amigos!!!:
¿Cómo están?, imagino que muchos ya van preparándose para las fiestas de fin de año y es que el corazón ya empieza a inundarse de esa inusitada alegría que acompañan las fiestas de fin de año aunque por supuesto también de esa nostalgia que se respira al saber que un nuevo ciclo termina; se hace necesario recordar que el tiempo es relativo, como lo decía Einstein y la misma palabra ciclo nos lo muestra así.... A no preocuparse demasiado por lo que no se pudo hacer este año porque ya vienen 365 oportunidades para hacer las cosas que no pudimos o no tuvimos el tiempo de hacer en este.
Como siempre del diálogo con los demás y las experiencias que uno vive es donde más conocimiento se adquiere, esta vez no fue distinto cuando conversando con algunas personas que uno siempre se encuentra caminando por la vida reparé en que las personas cuidamos más "nuestras" cosas que a las personas que nos importan. Uno oye por ahí decir "cuida bien la movibilidad, que no te la roben", "instale alarmas en mi casa por seguridad" y cosas de ese tipo, pero ciertamente no nos preocupa si estamos cuidando bien de aquellos que Dios puso en nuestras vidas, creo que ni siquiera nos preocupa que estemos cuidando bien de nosotros mismos. Extraña forma de amar tenemos las personas que nos dedicamos más a pensar en la manera de proteger nuestros bienes cuando no de aquellos que amamos.

Esta semana, he pensado mucho en que los años no deberían pasar en vano; normalmente el paso del tiempo se nota más en las arrugas y las canas que de a poco empiezan a aparecer pero el alma también pasa por un proceso de madurez importante, la ventaja del alma es que ésta no envejece como el cuerpo, simplemente va madurando con los años, pero ese maravilloso brillo en la mirada de aquellos que han sabido cultivarla con los años no desaparece más por el contrario ilumina más.

No sé si ustedes al igual que yo, se dieron cuenta que la vida muchas veces se construye como un hermoso tejido, hilado por nosotros mismos, los hilos de la experiencia o de aquello que nosotros alimentemos o elijamos con los años.
Conozco una persona como muchas otras imagino, a la que nunca le alcanza el tiempo "no puede ser me levante a las 4 de la mañana y no tengo tiempo" suele decir permanentemente, en contraposición conozco otra persona a la que el tiempo siempre le sobra, sin importar cuán temprano o tarde inicie su día, siempre esta esperando para no llegar muy temprano.

Estas dos caras de una misma moneda hicieron que piense si tal vez en la vida sucede lo mismo, si todo depende del hilo que más estiramos para confeccionar nuestro hermoso cuadro de colores.
Es posible que sin darnos cuenta en algún momento de nuestras vidas hayamos estirado más el hilo de la tristeza o lo hayamos hecho con la preocupación, por supuesto debe existir por ahí personas que hayan estirado el hilo de la riqueza o de la felicidad.

Sea cual sea el hilo con el cual estemos confeccionando el cuadro de nuestra vida, es posible que lo hayamos elegido casi sin darnos cuenta de ello. A veces las experiencias se nos repiten en distintas circunstancias y con rostros distintos, con la finalidad de que llegue el día que aprendamos de ellos, pero como respuesta elegimos alimentar esas experiencias guardándolas en algún rinconcito del alma para volver una y otra vez a ese mismo estado de la vida.

El tiempo, como lo dije en la entrada anterior, es un recurso muy valioso en nuestros días; pero se hace cada vez más necesario que volquemos la mirada hacia nuestra alma, ¿cómo esta?; solo mirando con cierta distancia, regalándonos un poco de tiempo podremos apreciar ¿con qué hilo? hemos estados tejiendo ese cuadro que después reflejara toda nuestra vida.

A veces recorremos la vida, por el mismo sendero una y otra vez, quizá y yo creo que en la mayoría de los casos, no se trate de una elección consciente, posiblemente se trate de un patrón ya conocido por nuestra mente que nos lleva a reaccionar siempre de la misma forma. Con seguridad ustedes también conocieron personas a las que todo les preocupa siempre, a las que todo les entristece siempre, a las que todo les causa gracia siempre o simplemente aquellas que le tienen miedo a todo.

Detengámonos por un segundo y miremos ¿cuál es el hilo que estamos estirando siempre?, es posible que nos sorprendamos de lo sencillo que puede ser, "cortar" la forma en la que hemos estado encarando cada una de nuestras experiencias y empecemos a tejer ese "hermoso" cuadro con una gran gama de colores, es posible que poco a poco vayamos cerrando cada herida que nos apartaba de la vida y de la alegría con la cual debemos encarar nuestras vivencias.

Esta semana, me despido con un hermoso poema de Mario de Andrade "Mi Alma Tiene Prisa". Que tengas un tiempo feliz!!!!. Hasta la próxima.


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