Esta semana, escuché el cuento: “la muerte
en samarra”, en el que se narra la historia de un mercader que tenía un criado,
quien al ir al mercado ve a la muerte y ésta le hace un gesto. El criado
asustado va a la casa del mercader y le cuenta que vio a la muerte, le pide que
le preste su caballo para irse a la ciudad lejana de samarra y así poder
escapar de la muerte. A la mañana siguiente el mercader va al mercado y también
ve a la muerte, entonces se acerca a ella y le pregunta ¿por qué amenazó a su
criado? A lo que la muerte le contesta que no fue una amenaza, que mas bien lo
vio sorprendido de hallarlo allí, cuando en realidad tenía que recogerlo por la
noche en samarra.
Probablemente tú ya conocías esta
historia, y hay mucho que se puede decir respecto a ella, bien puedes pensar
que una de ellas es el temor a la muerte y no estarías equivocado, pero la
razón por la que me quede pensando en esta historia, no es la muerte, y sobre
el temor hemos hablado mucho, creo indudablemente que muchos caminos se han
cerrado y muchos sueños se han desvanecido gracias al temor. No hay nada más
nocivo para el ser humano que alimentar el temor.
A las personas no les gusta pensar en la
muerte, aunque ella misma forma parte de la vida, recorremos nuestra historia
sabiendo que inevitablemente tendrá un final, pero no queremos pensar en ello,
sencillamente preferimos ignorarlo, esto hace que recuerde que en un tiempo de
mi vida, escuché decir que cuando el ñandú se siente en peligro, oculta su
cabeza bajo la tierra, tal vez ya no consigue ver nada y siente que el peligro ha
pasado, pero realmente ha quedado más expuesto.
Creo que evitar pensar que tu historia o
la mía tienen un final, no nos alejará de ese día; no me malinterpretes, no
trato de hacer que pienses en ello, lo que trato de hacer es que puedas ver la
vida en toda su dimensión. En la serie de Sherlock magistralmente interpretada
por Benedict Cumberbatch, Sherlock siempre utiliza una frase: “Como siempre
Watson, tú miras, pero no observas”. ¿Te vas dando cuenta lo que trato de
decirte?.
¿Te has preguntado alguna vez cuál es tu
destino?, creo que mucho tiempo se ha invertido tratando de darle una respuesta
a esta pregunta, y aquí me gustaría recordar lo que Oogway le dice a Shifu en la
película animada Kung FU Panda: “Uno suele hallar su destino en el sendero que
toma para evitarlo”.
No es la muerte, no es el destino, no son
un millón de cosas que pasan por nuestra mente lo que realmente debe importarnos
o lo que realmente merece nuestro tiempo, creo que a estas alturas ya quedó
claro que el tiempo es nuestro recurso más preciado, éste pasará de una forma u otra, tu y yo lo vemos pasar
todos los días y este se va como agua entre los dedos, no podemos hacer nada
para evitarlo pero hay una sola cosa que sí podemos hacer: Observar con
todos nuestros sentidos esta vida que tenemos.
Existe una verdad oculta frente a nuestros
propios ojos, y sin embargo no somos capaces de verla. El mundo esta cambiando
y no se trata de un juego de palabras nada más, hubo un tiempo, hace muy poco; en
el que los niños podían salir de sus casas, les quedó solo recordar
cuánto se divertían jugando con sus amigos en el colegio, durante el recreo.
Creo que en ese sentido los “adultos” de hoy fuimos más afortunados, al menos
nosotros pudimos hacer uso ilimitado de nuestra libertad durante nuestra
infancia, al menos pudimos salir al campo o al parque y respirar el aire a
pulmón lleno, sin que nadie nos diga que debemos ponernos barbijo.
¿Qué pasaba con nosotros en diciembre del
año pasado?, mirabas la vida pero no eras capaz de observarla. El paso del
tiempo es inevitable, lo que vas a hacer con ello depende de ti. Todos podemos
elegir entre abrazar nuestra vida en cada pequeño segundo que estamos y nos
sentimos vivos o pasar los días llevando a cabo planes minuciosamente
elaborados para alimentar la fantasía de que controlamos todo lo que pasa en
nuestras vidas.
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