domingo, 19 de julio de 2020

NO ES EL DESTINO LO QUE IMPORTA


Esta semana, escuché el cuento: “la muerte en samarra”, en el que se narra la historia de un mercader que tenía un criado, quien al ir al mercado ve a la muerte y ésta le hace un gesto. El criado asustado va a la casa del mercader y le cuenta que vio a la muerte, le pide que le preste su caballo para irse a la ciudad lejana de samarra y así poder escapar de la muerte. A la mañana siguiente el mercader va al mercado y también ve a la muerte, entonces se acerca a ella y le pregunta ¿por qué amenazó a su criado? A lo que la muerte le contesta que no fue una amenaza, que mas bien lo vio sorprendido de hallarlo allí, cuando en realidad tenía que recogerlo por la noche en samarra.
Probablemente tú ya conocías esta historia, y hay mucho que se puede decir respecto a ella, bien puedes pensar que una de ellas es el temor a la muerte y no estarías equivocado, pero la razón por la que me quede pensando en esta historia, no es la muerte, y sobre el temor hemos hablado mucho, creo indudablemente que muchos caminos se han cerrado y muchos sueños se han desvanecido gracias al temor. No hay nada más nocivo para el ser humano que alimentar el temor.
A las personas no les gusta pensar en la muerte, aunque ella misma forma parte de la vida, recorremos nuestra historia sabiendo que inevitablemente tendrá un final, pero no queremos pensar en ello, sencillamente preferimos ignorarlo, esto hace que recuerde que en un tiempo de mi vida, escuché decir que cuando el ñandú se siente en peligro, oculta su cabeza bajo la tierra, tal vez ya no consigue ver nada y siente que el peligro ha pasado, pero realmente ha quedado más expuesto.
Creo que evitar pensar que tu historia o la mía tienen un final, no nos alejará de ese día; no me malinterpretes, no trato de hacer que pienses en ello, lo que trato de hacer es que puedas ver la vida en toda su dimensión. En la serie de Sherlock magistralmente interpretada por Benedict Cumberbatch, Sherlock siempre utiliza una frase: “Como siempre Watson, tú miras, pero no observas”. ¿Te vas dando cuenta lo que trato de decirte?.
¿Te has preguntado alguna vez cuál es tu destino?, creo que mucho tiempo se ha invertido tratando de darle una respuesta a esta pregunta, y aquí me gustaría recordar lo que Oogway le dice a Shifu en la película animada Kung FU Panda: “Uno suele hallar su destino en el sendero que toma para evitarlo”.
No es la muerte, no es el destino, no son un millón de cosas que pasan por nuestra mente lo que realmente debe importarnos o lo que realmente merece nuestro tiempo, creo que a estas alturas ya quedó claro que el tiempo es nuestro recurso más preciado, éste pasará  de una forma u otra, tu y yo lo vemos pasar todos los días y este se va como agua entre los dedos, no podemos hacer nada para evitarlo pero hay una sola cosa que sí podemos hacer: Observar con todos nuestros sentidos esta vida que tenemos.
Existe una verdad oculta frente a nuestros propios ojos, y sin embargo no somos capaces de verla. El mundo esta cambiando y no se trata de un juego de palabras nada más, hubo un tiempo, hace muy poco; en el que los niños podían salir de sus casas, les quedó solo recordar cuánto se divertían jugando con sus amigos en el colegio, durante el recreo. Creo que en ese sentido los “adultos” de hoy fuimos más afortunados, al menos nosotros pudimos hacer uso ilimitado de nuestra libertad durante nuestra infancia, al menos pudimos salir al campo o al parque y respirar el aire a pulmón lleno, sin que nadie nos diga que debemos ponernos barbijo.
¿Qué pasaba con nosotros en diciembre del año pasado?, mirabas la vida pero no eras capaz de observarla. El paso del tiempo es inevitable, lo que vas a hacer con ello depende de ti. Todos podemos elegir entre abrazar nuestra vida en cada pequeño segundo que estamos y nos sentimos vivos o pasar los días llevando a cabo planes minuciosamente elaborados para alimentar la fantasía de que controlamos todo lo que pasa en nuestras vidas.



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