Ayer observaba una pintura que ha pertenecido a mi familia por años; reconozco que la primera vez que la vi no me gustó en absoluto, pero para mí sorpresa, desde hace algún tiempo que la veo de una forma distinta, reconozco que me gusta.
La pintura es un paisaje que muestra una pequeña casa en el campo, con un frondoso árbol frente a ella, ambos descansan a los pies de un río. A lo lejos se puede observar los cerros y el campo. Uno al verla no puede evitar sumergirse en el marco natural, solitario y silencioso que envuelve ese paisaje. Con franqueza, mirarla me confiere tanta paz. ¿Por qué he podido notarlo hasta ahora?, es una buena pregunta, que por supuesto me dí a la tarea de resolver y la conclusión a la que llegué, es que yo soy una persona muy diferente a la que vio la pintura por primera vez.
No es que jamás haya disfrutado de las obras de arte, por el contrario siempre que he podido he apreciado una buena pintura, una hermosa melodía. Entonces, nuevamente, ¿por qué pude ver la belleza de esta pintura en acuarela, solo hasta ahora?.
Es cierto que vivimos una sola vida, que recorremos la misma como un camino de un solo sentido; pero creo que a lo largo de nuestros años, tenemos la posibilidad de crecer tanto!! Se puede afirmar que a lo largo de nuestros años, pasamos por tantos cambios, que sería justo decir que hemos vivido muchas vidas en una sola.
En los años en que vi la pintura por primera vez, mi mente estaba ocupada por cosas muy diferentes a las que hoy la ocupan; mis preocupaciones, mis sueños, mis aspiraciones acompañaban a la perfección las experiencias que yo vivía en aquel entonces; también lo hacían las personas que me rodeaban. Mi intereses eran otros.
Uno se puede sentir vivo de muchas formas maravillosas y eso también va cambiando con el paso de los años, e invariablemente el espíritu también va cambiando con los años. La paz, la serenidad, la calma, el silencio e incluso la soledad, no son cosas que nos importen en los años de juventud.
Es a ese conjunto de experiencias que nos hicieron personas distintas en otros tiempos a lo que yo llamo muchas vidas en una sola vida.
Precisamente esta mañana, compartía una lectura que hablaba sobre la belleza de ser uno mismo y dejarse moldear por la mano de Dios, en la lectura él era el artista que plasmaba nuestra persona en un lienzo cuyos trazos íbamos plasmando juntos.
Invariablemente para llegar a ser las obras de arte que él soñó un día que seríamos, tenemos que dejarnos moldear por las experiencias y las lecciones que vamos atesorando y aprendiendo en nuestro recorrido.
Si pensamos y vemos nuestra existencia de ese modo; resulta encantador despertar a un nuevo día, tan pequeño, tan simple y sin embargo con la increíble posibilidad de darnos segundas oportunidades, nuevos inicios, o quizá nuevos rumbos.
Una historia se enriquece con cada nuevo capítulo, siéntete orgulloso de tu camino, de la maravillosa persona que eres hoy, toma la oportunidad que te brinda cada nuevo día para remediar aquello que te aleja de tu felicidad, repasa la historia que tú mismo has ido escribiendo y prepárate para llenar esas páginas que aún están en blanco, para que dejen en ti los recuerdos más felices.
"Es tan triste el amor a las cosas; las cosas no saben que uno existe"
(Jorge Luís Borges)
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