Que gran domingo de resurrección!!, uno celebra la semana santa año tras año, pero creo que nunca antes la había celebrado como en esta oportunidad, creo que en buena meda fue porque finalmente he comprendido el significado de cada uno de sus días y he tenido la fortuna de comprender algo más...
Hoy por la mañana he sido consciente como nunca antes, que mi vida ha sido indudablemente muy afortunada, mi vida ha estado llena de bendiciones, aunque realmente no he sido completamente consciente hasta ahora.
Dios hace nuevas todas las cosas
No hay nada más cierto que esto. Hasta ahora, solía ver mi vida como el conjunto de todo aquello que había perdido, de alguna forma fui sumando y almacenando los recuerdos de cosas, momentos y personas que había perdido y que me habían hecho inmensamente feliz. Mi presente por tanto estaba empeñado por esta visión borrosa.
Entonces, esta mañana pude ver con absoluta claridad que todo aquello que veía con tristeza por haberlo perdido, no fueron otra cosa más que preciosos regalos que recibí de Dios, empecé a ver cada uno de mis momentos de felicidad como grandes bendiciones recibidas!!.
No hay nada que dure para siempre, lo sabemos. Todo, tarde o temprano se perderá, terminará o perecerá; nos equivocamos cuando abrazamos la tristeza por la ausencia de las personas y todo aquello que nos hizo felices, cuando en realidad cada una de ellas llegaron a nuestro tiempo, como preciosos regalos de Dios, nos hicieron felices en su tiempo y terminaron, claro que sí, porque nada es para siempre salvo el amor de Dios, y así fuimos y somos bendecidos permanentemente con nuevas cosas, nuevas personas, nuevas alegrías y nuevas formas de felicidad.
No es lo que perdemos, es la felicidad que nos dejó y es el amor de Dios el que nos da la seguridad de que seguiremos siendo felices.
Haber podido ver esto con claridad, ha inundado mi corazón de felicidad y de gratitud para Dios que me ha colmado y me colma de bendiciones, lo sé porque tras cada cosa que perdía, llegaba una nueva manera de ser feliz.. Yo no podía verlo porque me aferraba a la tristeza que dejaba la pérdida, simplemente no me daba cuenta que todo llega a su fin, que si despedía a mis seres queridos y mis momentos felices terminaban así también llegaron nuevas formas de felicidad.
¡¡Desconozco absolutamente lo que el futuro me depara, pero hay algo de lo que sí tengo certeza y es que Dios ya me está esperando allí!!
Abraza tu felicidad en cada forma en que la viviste en el pasado, abraza la felicidad en la forma en la que la estás viviendo hoy y espera nuevas formas de felicidad, porque llegarán, ten la seguridad de que así será, no te prives de ver lo inmensamente bendecido que eres.
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