A veces la vida y sus extraños trajines, nos roba tiempo para las cosas que en sí mismas son importantes. Para mí, lo es, dedicar cierto tiempo a mis viejas amistades. Una sana conversación con viejas amistades, no solo pone de manifiesto lo sucedido en la vida de cada quien en todo el tiempo que transcurrió entre una reunión y otra. También nos actualiza de las batallas que todos a nuestro modo venimos enfrentando en nuestra no tan pequeña existencia.
Como bien debes saber, perseguir los sueños nunca es fácil, aunque esto suponga la diferencia entre vivir en un departamento y una casa o ganar tiempo para uno mismo en medio de las tareas cotidianas. ¿Quién puede ponerle límite a los sueños?
Lo cierto es, que en el camino entre sueños y realidades; uno va enfrentando una amplia gama de batallas, ¿quién sabe si no es para que vayamos mejorando con los años; que forjamos sueños y enfrentamos batallas?, lo cierto es que lo hacemos y aunque nos pese reconocerlo, puede que lo hagamos más frecuentemente de lo que nos gustaría.
Si bien la palabra batalla, supone un tiempo de lucha; hay más cosas buenas que malas, durante el tiempo que dura la misma, porque pone de manifiesto nuestra entereza, nuestro coraje y sobre todo, nuestro valor.
Admiro a cada persona que ha tenido el valor de perseguir un sueño, quienes nos hemos adelantado en la tarea, sabemos que requiere de mucho valor y eso siempre es digno de admiración, por ello cada herida, testigo silente de nuestros esfuerzos debe, sobre todo; ser abrazada con amor.
Me gustaría que pienses en cada una de tus heridas, en la prueba silenciosa de tus batallas, me gustaría que pienses cuántas de ellas ya solo constituyen el recuerdo de un tiempo pasado, quizá hoy sean solo cicatrices que aún duelen en el recuerdo.
A veces llevamos más peso del que de verdad existe, los recuerdos dolorosos, solo son pesos muertos con los que carga el alma.....
¿Cuál es la batalla a la que te estás enfrentando en este tiempo? Ante todo, recuerda que tienes todo lo que necesitas para salir adelante. Recuerda que por muy solo que te sientas en las peores momentos, no lo estás; tú no estás recorriendo este camino solo; Dios va contigo y créeme que es muy posible que muchas veces haya tenido que llevarte en brazos exactamente como relata el poema "Huellas en la arena"...... A veces somos demasiado soberbios como para reconocerlo.
En suma, hay algo que nos rodea que nos empuja hacia adelante, a algunas personas les gusta pensar que es el universo, el destino, la magia, a mí me gusta pensar que es Dios.
Puede que hayas enfrentado contiendas tan duras, que al final del día hayas creído que no vales tanto o que simplemente no podrás ponerte de pie; y sin embargo siempre llega un nuevo día y con él recuperas tus fuerzas, no tenga miedo. Se necesita mucho valor para reconocer que se esta cansado y mucho más para ponerse de pie nuevamente.
Si has conseguido llegar hasta aquí, déjame decirte que al menos hay una cosa de las cual debas sentirte absolutamente orgullos y es de lo fuerte que has sido y eso debe darte la seguridad de que sin importar lo que te esté esperando más adelante, vas a poder con ello; porque tú no fuiste hecho para rendirte!!
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