domingo, 4 de febrero de 2024

QUE NO TE ROBEN LA PAZ

Uno decide, cómo va a vivir su vida. Esta quizá sea la frase más cierta que se haya dicho alguna vez. Ahora la verdadera pregunta es: ¿Cómo se puede hacer esto?, puede que te sorprenda, pero esto no esta referido, ni siquiera en una forma aproximada a las cosas materiales con las cuales puedas elegir rodearte, ni siquiera a tu profesión o al puesto que desempeñas en tu trabajo. 

La vida, uno la vive, pero sobre todo la SIENTE!!, nos hemos mal acostumbrado a "resentir" nuestros días y por tanto nuestra vida; creo que en su mayoría lo hacemos, porque ignoramos que la vida es eso que pasa en el alma, es todo aquello que nos comunica emociones y sentimientos que luego se traducen en bienestar.

Cuando te digo que uno decide cómo vivir; me refiero precisamente a esa estado del alma, en el que deberíamos encontrar paz, deberíamos encontrar felicidad, en suma, deberíamos estar rodeados de luz.

¿Te parece un cliché, hablar de vida en términos de luz?, bueno; con los años he comprendido que esto es verdaderamente cierto y es que fijar la atención en todas las cosas y personas negativas de nuestro entorno, nos regresará exactamente lo mismo que todo ello genera, malestar y ese malestar solo te rodeará de oscuridad, pero esta oscuridad esta relacionada con la emocionalidad en la que se traduce ese malestar, porque pensar constantemente en lo que te produce malestar, solo te hará sentir enojado, frustrado, triste y recuerda que luego bien puedes representar episodios de ira y de depresión.

También las emociones negativas, cuando no se tratan se vuelven crónicas; una mala gestión emocional, tarde o temprano repercutirá en un deterioro de la salud física.
Entonces, hace falta, realizar un gran esfuerzo y empezar a conectar con todo aquello que nos hace bien y en este sentido todo cuenta, desde imaginar nuestra vacaciones soñadas hasta contar todas las cosas y personas buenas que tienes en tu vida,

Al principio, puede que te resulte un poco difícil, porque se hace necesario redireccionar la atención, pero no te preocupes, porque todo se trata de un proceso, lo importante es como siempre empezar. 

Solía pensar en todas las personas con las cuales llevaba una mala relación, ocupaban mi atención más de lo que me gustaría admitir y esto era así, por una sencilla razón: No me gustaba vivir en rencillas o creando malestar, pero esto no dependía de mí, porque ese malestar no era algo que yo generaba, por lo tanto, con distancia veo que era un tiempo perdido pensar en cómo solucionarlo. Lo que recibía como respuesta, era que me enfocaba tanto en el malestar que me producía, que al final del día, cargaba con el peso extra de tener vivo en mi mente, todo el malestar que me generaba y la consiguiente frustración de no saber cómo resolverlo. A mi favor, contaba con el apoyo de amigos y familiares que me daban consejos y procuraban llevarme en otra dirección, pero yo simplemente no podía alejar mi mente de todo ello. Al final, empecé a resentir tanto esta situación, que también yo me fui contagiando de esa emocionalidad y sobre reaccionaba, llegaba a casa y me sentía triste o de malhumor. Empezaba a rodearme de oscuridad, ya no podía disfrutar las pequeñas cosas, como antes lo hacía.

Un buen día, decidí que me concentraría en todos mis afectos, me sorprendí al darme cuenta que contaba con muchas personas a las cuales, les importaba y que también estaban sufriendo con mi cambio, empecé a conectar nuevamente con todo aquello que me hacía feliz, esto no era difícil, normalmente la felicidad se esconde en las cosas más simples!! Oriente mi atención en otra dirección y poco a poco, el "gran problema" fue disminuyendo, porque ya no tenía mi atención.

Estudia con cuidado, de qué manera estas dejando que te roben la paz y el entusiasmo por vivir; enfócate en todo aquello que te produce bienestar y felicidad y deja que el resto se vaya acomodando, no le des el poder de quitarte el bienestar al cual tienes derecho.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tomar un tiempo para compartir. Vuelve cuando quieras.