Tras un cierto tiempo de ausencia, regreso feliz, porque puedo nuevamente escribirte y más en una de mis épocas favoritas!! Ya vamos en la segunda semana de adviento, el tiempo, como suele suceder, esta pasando de prisa.
Me gusta pensar que desde una mirada interior, los tiempos son distintos, no necesitamos sumergirnos en las prisas de la vida, una mirada interior bien puede requerir de muy poco tiempo o por el contrario de mucho tiempo, según lo precises para realizar ese "pequeño" ajuste que nos separa de la felicidad. Ya se ha dicho mucho al respecto, nada más recordarte que ese camino es único para cada persona, no existen las fórmulas preparadas y en ello descansa la magia que puedes generar con un solo toque de tu autenticidad!!
Jamás voy a comprender, cómo es posible tratar de ocultar ese sello personal que solo tú puedes imprimirle a la vida. El mundo necesita del trabajo que solo tú puedes hacer.
Estamos en la mejor época del año para detenernos por un momento y seguir el camino que nos enseña el alma, para sostener esos diálogos interiores que hemos estado postergando, quizá por años, porque por alguna razón que desconozco, siempre tendemos a mirar para otro lado, preferimos sumergirnos en las tareas diarias y contarnos el cuento de que estamos bien, mientras huimos de nosotros mismos. NO SE PUEDE BUSCAR LA FELICIDAD FUERA DE UNO MISMO.
Como sabes, una de mis más grandes pasiones es la lectura, y en este último tiempo, estoy leyendo el libro de Mario Alonso Puig, "El Camino del Héroe", libro que por supuesto te recomiendo ampliamente, sobre todo en este tiempo, que invita a sumergirse en la espiritualidad y reafirmar los lazos de amor con aquellos que llevamos en el corazón.
Todo se vive y se dice muy bonito, pero si no somos capaces de cerrar heridas que llevamos ignorando por años, jamás podremos ver la vida tal cual es y peor aún, jamás podremos dar amor en la medida que quisiéramos.
La realidad es muy simple, para poder dar amor a los demás, primero tienes que dártelo a ti; cuidas lo que amas, por tanto, no ignores esos diálogos interiores que a la postre sanarán esas viejas heridas que aparecen cuando callamos el mundo.
Se puede vivir mejor, te sorprenderá el brillo que tiene la vida, cuando sea capaz de verla en toda su magnitud. No tengas miedo.
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