Creo que los finales,  siempre son la promesa de nuevos inicios, y he estado pensando en esto, particularmente en este tiempo, en que cerramos octubre e iniciamos noviembre, quizá sea porque estamos cerca de finalizar el 2025 y el 2026 esta a muy poquito de hacerse presente.
En la vida he tenido que hacer tantos ajustes al plan original que tenía para mi vida, que apenas reconozco a la persona  que era hace unos años. 
Jamás fui de las personas que  recibió bien los cambios, pero con los años comprendí que la vida no es un proceso lineal,  que cada día trae su propia ocupación, más allá de lo que hayas planificado  y este último tiempo, particularmente, empiezo a recibir bien la posibilidad de tomar nuevos rumbos, de realizar nuevos ajustes al plan existente, ¿sabes por qué?, porque los cambios que enfrenté siempre trajeron más cosas buenas que lo malo que pueda significar acostumbrarte a nuevas rutinas o en algunos casos, nuevas personas que forman parte de tu camino.
Hoy, enfrento el tiempo nuevo, con nuevas ideas, nuevas promesas y la esperanza a flote, de que en el siguiente capítulo  también hallaré nuevas alegrías, pequeños momentos de dicha que con el tiempo serán recordados como un tiempo feliz. 
Creo que nos ajustamos a nuevos horizontes que la vida nos presenta, porque nosotros mismos cambiamos y la antigua vida, tal y como la conocíamos, ya no sería un lugar cómodo para las  nuevas personas en las que nos convertimos.
A la luz de este nuevo análisis, me he dado cuenta y he podido apreciar el regalo que Dios puso en nuestras manos al momento de nacer: LA LIBERTAD. 
Soy de las personas que ha disfrutado a pleno el regalo que Dios nos hace  desde su amor, porque solo alguien que te ama, te hace  libre, incluso si esto supone,  dejarte ir. Te digo esto, porque jamás he podido comprender, cómo algunas personas no pueden aceptar cuando una historia de amor, llega a su fin, pero pregúntate, ¿te gustaría tener cerca de tí a alguien que ya no siente lo mismo? o viceversa, ¿Te gustaría estar junto a una persona, por la cual ya no sientes lo mismo? y si, el amor en "teoría" no debería acabar, pero solo recuerda, que el  primer que debe importarte, es el que sientes por tí mismo, pero entonces, surge la pregunta necesaria: ¿Te conoces tan bien como para amarte a tí mismo?
La mayoría de las personas, le teme a la soledad, porque desconocen que es en ese tiempo que Dios nos da la oportunidad de saber quienes somos realmente. Hay que saber disfrutar de esos espacios de tiempo en solitario!! 
Creo que la base de una relación duradera es elegir compartir tu vida con esta persona, no  porque la necesites, sino porque la eliges. ¿Ves cómo cambia el panorama?, sabes que sin esta persona tú estarás bien, por igual, pero eliges estar con esa persona, porque su presencia enriquece tu existencia y albergas la esperanza de que tú enriquezcas la suya.
¿Sabes qué quiero decirte? que no tengas miedo al "fracaso" de una relación, al "fracaso" de un empleo del cual fuiste despedido, porque cuando Dios te dice que no, te esta protegiendo de algo que él sabe que no te hará feliz, nadie te ama como él. 
No es un final, es la oportunidad de un nuevo inicio y eso es algo bueno, ves? No es un fracaso, nos hemos acostumbrado a medir la vida en éxitos y fracasos, quizá solo sea la vida siendo la vida, y quizá solo seamos nosotros haciendo pequeños ajustes al plan original hacia nuevas felicidades!!
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