domingo, 21 de agosto de 2011

TU NO TIENES MAS PODER QUE EL QUE TE HA SIDO DADO...

Hola Amigos!!:
Nos encontramos una semana mas, en este pequeño espacio, donde cada semana, compartimos algunos de nuestros pensamientos. ¿Qué semana han tenido?; ¿cómo estan?; por mi parte, he tenido una semana normal, pero al igual que ustedes, imagino, recordando lo mejor de la semana, evaluando un poco todo lo sucedido y permaneciendo optimista.

Precisamente, producto de la evaluación que hago de mis propias vivencias y la maravillosa experiencia de interactuar con los demás, teniendo en cuenta que cada persona, siempre tiene una historia que contar, sucede que me he dado cuenta que somos muchos lo que albergamos amargura en el corazón por algún error que cometimos con alguien en el pasado, y que desafortunadamente no hemos podido enmendar, aún cuando con el paso del tiempo, uno siempre ve las cosas con mayor claridad y es mucho más objetiva la mirada que uno tiene de su vida en el pasado.

La frase con la que titulé este comentario, fué dicha por Jesús, a Pilatos, cuando éste le cuestionaba qué debía hacer que fuera lo correcto, si dejarlo ir, pues no encontraba nada que justificara su aprehensión o hacer caso a quienes pedían un castigo.
La pasión y muerte de Jesucristo, es de conocimiento general, pero ciertamente, caminamos tan aprisa en medio de nuestras propias metas y dificultades que no alcanzamos a comprender el verdadero misterio que encierran muchos pasajes de la Biblia, y como siempre suelo mencionar, es increíble la forma en la que todavía hoy, son una gran enseñanza para nuestras vidas.

Les pregunto ¿cómo hubiera sido, si de pronto Pilatos actuaba de otra manera?; ¿qué hubiera pasado si la gente se levantaba y peleaba para que suelten a Jesús?; todas las preguntas que puedan hacerse, para cambiar un poco, aunque tan solo un poco, la muerte de Jesús. 
Pero al final, nos guste o no, todo sucedió, exactamente como debía suceder, de acuerdo a la voluntad de Dios; ¿por qué?; porque sencillamente, no ha existido, ni creo que exista jamás, una sola persona que haya podido, torcer la voluntad de Dios, a pesar de todo; a pesar de que lo que vaya a suceder, sea una verdadera tragedia, nunca vamos a tener el poder, para cambiar nada que no tenga que suceder.

Ustedes, deben estar preguntándose, ¿a qué viene todo esto?, pues viene, del hecho de que somos en la mayoría de los casos nuestros propios verdugos, porque la experiencia de la vida, implica que cometamos errores, los estamos cometiendo todo el tiempo, tiene que ser así, porque precisamos equivocarnos para encontrar el camino correcto, porque si no caeríamos nunca, no podríamos ver con claridad que sendero es el que nunca más hay que recorrer, o que piedras están en el camino, con las que no debemos volver a tropezar y ese es el modo en el que Dios nos va corrigiendo en la vida.

Sin embargo, ¿qué pasa con esas equivocaciones que no se pueden corregir?. A uno le cautiva el maravilloso refrán que dice "para todo hay remedio en esta vida menos para la muerte"; pero ¿qué pasa cuando precisamente aparece la muerte?; ¿qué sucede con la reconciliación que se quedó en nuestra mente con aquella persona a la que queríamos mucho y con la que por cosas de la vida nos peleamos, nos distanciamos y le tocó partir de este mundo?, ¿qué sucede con todas esas ocasiones en las que llegamos a casa cansados del trabajo, habiendo tenido un mal día, y tratamos con molestia o con indiferencia a la única persona que nos esperaba, ahora que ésta ya no esta en nuestras vidas?; ¿a quién le podremos dar las gracias, cuando la persona que estaba siempre presta a ayudarnos en alguna dificultad se ha ido, y nosotros solo la buscábamos para que nos ayude?....

Son tantos los errores que cometemos, llevados por nuestro propio egoísmo, por nuestra indiferencia o por ignorancia, al no saber que en este mundo, nada ni nadie es para siempre; que para cuando nos dimos cuenta de lo equivocados que estábamos, ya era tarde. 
Que remordimiento nos atormenta!!; los recuerdos llegan a nuestra mente, una y otra vez, nuestro corazón se hace presa de la tristeza, de la angustia, para luego dar paso a la culpa y el reproche. Que verdugos, más implacables somos!!!.

Pero, es cuando más tristes estamos, recordando todo lo que debimos hacer, que no hicimos, que debemos recordar que al igual que Pilatos, no tenemos más poder que el que Dios nos ha dado; que todos actuamos de una determinada manera, porque así tenía que ser; para que no equivoquemos el camino más adelante.

Duele, indudablemente, haber lastimado a un ser querido y habernos lastimado con ello; para aprender una lección que con seguridad, nunca más se nos olvidará, para no tener que llorar por otro error cometido, pues en la vida, las lecciones hay que aprenderlas pronto, porque tarde o temprano tendremos que hacerlo de una forma u otra.

No vale la pena, torturarnos continuamente, recordando lo que debimos hacer diferente para que todo salga bien, porque actuamos, exactamente como debimos actuar en ese momento, porque a Dios, nunca se le escapa nada y esta siempre muy pendiente de todo lo que hacemos, y él, siempre sabe lo que hace; porque desde su mirada de amor perfecto, puesta en cada uno de nosotros, sabe de qué manera nos corregirá para que no seamos capaces de equivocarnos nuevamente, al menos no en aquello que él quiere que aprendamos en un momento determinado.

Pero al amor inmenso de Dios, no podemos responder con tristeza, con rebeldía, con indiferencia o hasta con cierto descaro; porque su amor, busca que también nosotros alcancemos un poco, el camino de la perfección, que nosotros también lleguemos a conocer su amor y esto no sucederá mientras ocupemos nuestro pensamiento con reproches y nuestro corazón con amargura; mientras seamos nuestros verdugos y nos quedemos estancados en una situación del pasado, que por más que la revivamos en nuestra mente, no hará que tiempo regrese.

Tal vez no tuvimos, el poder de cambiar las cosas, para no tener que arrepentirnos de nada, pero sí tenemos la plena capacidad de albergar el perdón, tanto para los que nos lastimaron, como para nosotros mismos; debemos comprender que en ese momento, no estábamos preparados para actuar de un modo diferente, no alcanzábamos a comprender la magnitud de nuestros errores, pero que de aquí en más, podemos actuar diferente con otras personas, aconsejar a otros, desde nuestra propia experiencia para evitar el daño que nos hicimos.
Solo por medio del perdón, es que podremos sentir paz en nuestro corazón, lograremos que esas heridas que  se abrieron se cierren, para que nuestro espíritu no se enferme, con la tristeza, con la amargura, con el rencor fruto de nuestro dolor.

Comprendamos, que no tenemos más poder que el que nos ha sido dado, y ayudemos desde nuestras propias caídas a los demás, todos estamos caminando a ciegas por el sendero de nuestras vida, nunca vamos a saber lo que nos espera más adelante, pero sí podemos aprender del pasado y vivir nuestro presente de la mejor forma posible, apreciando todo lo que en él esta (nuestros seres queridos, nuestro trabajo, nuestra casa, etc.); porque nada es para siempre y tarde o temprano, las cosas cambian. 
Vivamos de tal manera, que nuestro espíritu este en calma, cuando los vientos de cambio, soplen en nuestras vidas.....

Que tengas una semana maravillosa!!!; gracias por esos lindos comentarios. Hasta la próxima.




2 comentarios:

  1. Gracias Yanka, ésta reflexión que hiciste, es muy bonita y muy útil, la verdad es que para aprender hay que aceptar y perdonar y más aún perdonarse uno mismo, realmente a veces nunca las cosas se ven tan claras como cuando otro te las dice...te quiero mucho.

    ResponderEliminar
  2. aparimero felicitarte escribes muy bonito y reflejas la persona que eres ... UNAS GRAN PERSONA CON MUCHOS VALORES ... que hoy en dia estoy segura que ya no hay incluyendome .. pero bueno respecto al comentario del primer escrito tienes razon pero sabes no es cierto no tenemos mas poder que el que dios nos ha otorgado pero es bien importante que apredamos de nuestros errores y no nos dejemos llevar por el mal en ningun momento, superar las dificultades es lo que queda y saber perdonar pero que dificil son ambas cosas no? ... es es solo de personas grandes y pidamosle a dios que nos haga grandes de corazon para que ambas cosas podamos parcticarlas.
    Aunque no tengo mucho tiempo entrando a internet pero siempre entro a leer tus buenos consejos. QUE DIOS TE BENDIGA SIEMPRE.

    ResponderEliminar

Gracias por tomar un tiempo para compartir. Vuelve cuando quieras.