domingo, 8 de julio de 2012

COMO EL AGUA DE UN RIO...

Amigos, bienvenidos!!:
¿Cómo han pasado esta semana?; recuerden que en medio de la rutina que cubre cada uno de nuestros días es tarea nuestra mantener los ojos abiertos para apreciar el mundo que nos rodea y descubrir los maravillosos regalos que Dios va otorgándonos cada día, porque solo así podemos descubrir que estamos vivos!!!.
Por mi parte he tenido una semana en la que he adelantado mucho el avance de mi nuevo libro; lo que realmente me alegra. Estoy considerando realizar nuevos proyectos; he tenido días muy agradables continuando con la gran aventura que es la vida.

Me he dado cuenta que la mayoría de las personas no son conscientes de que la vida avanza como el agua de un río; y nosotros vamos  cambiando con ella; no somos las mismas personas de antes y no seremos los mismos en el futuro; nuestras experiencias determinan de un modo u otro nuestra forma de pensar y encarar la vida.

Esta semana, he pensado mucho sobre las palabras del filósofo Heráclito: "Ningún hombre puede pasar el mismo río dos veces; porque ni el hombre ni el agua serán los mismos";  escuché por primera vez esta afirmación cuando estudiaba en colegio, es sorprendente la cantidad de cosas que se pueden aprender con solo prestar atención!!.
Recuerdo que entonces tuve una forma de pensar con relación a esta frase y hoy la he complementado, de una forma u otra, mi forma de pensar con relación a esta afirmación no es la misma; creo que realmente nuestro avance en la vida; que se mide en cada uno de nuestros días, meses o años; nos presenta como personas nuevas y no es porque se haya envejecido, que seguro lo hacemos; más bien porque nuestra mirada de la vida se hace más clara y se hará mucho más madura.

Esta sola invitación de la vida a que veamos las personas nuevas que somos, debe alentarnos cuando debemos cerrar una etapa, porque lo que sucede es que es Dios quien sabe que estamos listos para iniciar una nueva aventura, para escribir un nuevo capítulo en la historia de nuestras vidas, cuando algo llega a su fin, lejos de sentir temor o tristeza debemos en primer lugar sentir confianza y en segundo lugar emoción; porque estamos frente a un nuevo tiempo, quizá nuevas personas o lugares, iniciamos un nuevo viaje!!!.

¿Por qué confianza?; porque Dios por medio de las experiencias de nuestra vida, nos ha preparado para este tiempo, porque aunque el miedo, la preocupación, la tristeza no nos deje ver, sabemos con exactitud lo que debemos hacer y aunque quizás demoremos un tiempo en darnos cuenta de ello, finalmente el momento llegará y entonces podremos darnos cuenta que eran solo el temor y la tristeza los que nos llevaron a aferrarnos a una etapa a la que ya no pertenecíamos, una en la que ya habíamos aprendido lo que teníamos que aprender y habíamos vivido lo que teníamos que vivir.

El ser humano tiene en su naturaleza la inclinación a aferrarse de las cosas y de las personas por lo tanto la experiencia de perder uno de los dos, es tan amarga que muchas veces sacrificamos nuestra salud espiritual exponiéndonos con ello a quedar atrapados en una época que ya se ha ido, que no regresará, que existe solo en nuestra mente y así vamos dejando que el sufrimiento termine por hacer morir nuestro espíritu y poco a poco nuestro cuerpo también va muriendo....

La afirmación de Heráclito, es muy útil para recordarnos que no existe un río al cual regresar, lo que pasó simplemente quedo en el pasado, aunque volviéramos a los mismos lugares, a conversar con las mismas personas, ya no somos los mismos, hemos cambiado y este cambio se ha producido cuando ni siquiera nosotros nos habíamos dado cuenta, porque se ha hecho tan paulatinamente que solo cuando una puerta se ha cerrado delante de nosotros, es que nos damos cuenta que estamos listos para dar un paso adelante, para ver que todavía hay muchas cosas por vivir más adelante; lo único que se ha perdido y que ha muerto con un ciclo que se cierra es el temor, porque estamos listos para recibir nuevas oportunidades y nuevas experiencias, pero hay que ser valientes para no extrañar lo que ya no nos correspondía para poder ver que Dios nos esta mostrando un camino nuevo, uno en el que aprenderemos mucho mas, porque la vida no se detiene y nosotros avanzamos con ella.

La mejor forma de ver el pasado es recordando lo bueno que hubo en él, contar con la seguridad de que si Dios nos dio preciosos regalos entonces, también lo hará en nuestro presente porque también él va avanzando junto a nosotros, por ello debemos recibir una nueva etapa con alegría pues aunque nosotros no sepamos a donde nos dirigimos estamos listos para todo lo nuevo y es Dios quién va caminando a nuestro lado; ¿qué nos puede faltar?.

Que tengan una feliz semana!!!. Hasta la próxima.

Fotografía "Carisse" (Ing. Rosario Domínguez)





1 comentario:

  1. Yanka...y que voy ha decir, el cerrar ciclos es prácticamente una proesa, te sujetas tanto de lo conocido (bueno ó malo) pero conocido al fin, que si alcanzará para que tengamos dudas ó nos demos cuenta que llegó la hora de dejar ir las cosas. En mi vida creo que para mí fué muy evidente el momento en el que se cerraron los círculos de mi vida, fueron "perfectos" y la verdad es que doy gracias a Dios por ello, porque cada uno me dió en muchos casos una segunda oportunidad para todo, dejar lo viejo y entrar en lo nuevo, y como soy un espíritu libre;)...jejeje...pues yo voy con todo y creo que la mayoría de las veces me fue muy bien...que tengas una buena semana, un abrazo.

    ResponderEliminar

Gracias por tomar un tiempo para compartir. Vuelve cuando quieras.