domingo, 16 de febrero de 2014

VEAMOS QUE NOS TRAE EL TIEMPO....

Amigos, ¿Cómo les va?:
Que precioso el tiempo que nos regala la oportunidad de ser felices cada día con cada nueva acción que realizamos; Dios nos da esa libertad para convertir toda caída en una enseñanza y todo acierto en un grato recuerdo que iluminará nuestro camino cuando lleguen tiempos de oscuridad.
¿Cómo les ha ido esta semana?, ciertamente espero que sigan adelante con todos sus sueños, con todo lo que han planificado para sí; no le den más importancia que la debida a los problemas y las dificultades que se vayan presentando, contamos con esta vida que Dios nos regalo cuando vinimos a este mundo, no desperdicien uno solo de sus días.

Hace muy poco tiempo, leí la siguiente historia:

Había una vez un campesino chino, pobre pero sabio, que trabajaba la tierra duramente con su hijo. Un día el hijo le dijo: 
-¡Padre, que desgracia! Se nos ha ido el caballo. 
-¿Por qué le llamas desgracia? - respondió el padre- veremos lo que trae el tiempo... 
A los pocos días, el caballo regresó acompañado de otro caballo. 
-¡Padre, que suerte! - exclamó esta vez el muchacho -Nuestro caballo ha traído otro caballo. 
-¿Por qué le llamas suerte? - repuso el padre- Veamos qué nos trae el tiempo... 
En unos cuantos días más, el muchacho quiso montar el caballo nuevo, y éste, no acostumbrado al jinete, se encabritó y lo arrojó al suelo. El muchacho se quebró una pierna. 
-¡Padre, que desgracia! - exclamó ahora el muchacho -¡Me he quebrado la pierna! Y el padre 
retomando su experiencia y sabiduría, sentenció: 
-¿Por qué le llamas desgracia? Veamos lo que trae el tiempo... 
El muchacho no se convencía de la filosofía del padre, sino que gimoteaba en su cama. Pocos días después pasaron por la aldea los enviados del rey buscando jóvenes para llevárselos a la guerra. 
Vinieron a la casa del anciano, pero como vieron al joven con su pierna entablillada, lo dejaron y siguieron de largo. 
El joven comprendió entonces que nunca hay que dar ni la desgracia ni la fortuna como absolutas, sino que siempre hay que darle tiempo al tiempo, para ver si algo es malo o bueno. 

La historia nos relata con mucha propiedad, la manera en la que nuestras vidas transcurren, entre devenires de felicidad y desconsuelo; desconocemos tanto nuestro futuro, nuestra mirada esta puesta solo en nuestro presente, ¿cómo estar preparados para lo que puede venir si desconocemos lo que nos trae?.

Aunque la historia nos puede llevar a muchas conclusiones que con seguridad ustedes sacaran cuando la lean, hoy particularmente quiero ocuparme del tema afectivo, ¿por qué?, porque considero que si Dios hubiera querido que vivamos como islas no nos hubiera puesto en este mundo lleno de personas!.

Lo cierto es que cuando uno comparte su vida con alguien (hermanos, amigos, pareja) se arriesga un poco a sufrir, porque las personas a pesar de estar unidas por lazos afectivos, recorremos esta vida siguiendo nuestro propia camino y éste muchas veces se distancia del de los demás porque es necesario.

El problema es que las personas casi nunca estamos preparadas para dejar ir a un ser querido, mucho más si éste llenó de momentos de felicidad nuestra vida; este distanciamiento es a veces tan abrupto, que no sabemos como debemos actuar, simplemente no comprendemos que es tiempo de aprender cosas nuevas, de conocer personas o de simplemente regalar libertad que es a su vez la mayor muestra de amor.

No sabemos cómo detener a esta persona en nuestro camino y sobrevienen las peleas, que solo sirven para distanciar aún más, sobrevienen las largas horas de tristeza y angustia que solo sirven para restarnos tiempo de nuestras vidas y desgastar nuestro espíritu. Cuando una persona ya no tiene que estar en tu camino, no hay nada que se pueda hacer este distanciamiento se producirá se haga lo que se haga.

No es fácil despedir a alguien, cuando la muerte sobreviene sobre un ser querido es inevitable la despedida, no hay nada que se pueda hacer, quizá por eso sin decir que el sufrimiento sea menos; podemos aceptar con más resignación su ausencia, pero cuando un ser querido ha decidido simplemente seguir su camino, el proceso de aceptación es mucho más doloroso y mucho más lento.

No comprendemos por qué ha decidido dejarnos en el camino, porque de repente encontró razones suficientes para estar lejos de nosotros, sentimos que no estamos preparados para dejar ir, y es que nos sentimos tan desorientados que no alcanzamos a darnos cuenta de que lo estamos, solo necesitamos tiempo para asimilarlo, nada mas.

La historia con la que inicié esta entrada, nos recuerda que no existen ni la mala ni la buena suerte, lo que pasa simplemente es la vida, es nuestra vida con sus matices grises y claros, es nuestra vida la cual reside en las manos de Dios y esta es la única la razón por la cual debemos confiar en que EL TIEMPO SIEMPRE NOS TRAERA ALGO MEJOR, porque Dios sabe lo que hace.

El mundo y su trajín, nos hace olvidar que el dueño de nuestro tiempo como de nuestras vidas es Dios, nosotros no sabemos si podremos contar con nuestros seres queridos para toda la vida, pero sí sabemos que podemos contar con Dios hasta el final de nuestros días, esta confianza debe llevarnos a despedir con alegría a quienes tuvimos y tuvieron la dicha de compartir un tramo del camino, sentir gratitud por los momentos buenos que se vivieron y despedir a un gran amigo, por que lo fue, (con el tiempo uno llega a saberlo) más allá de lo que pudo pasar cuando se fue.

Nuestra vida no se termina con cada persona que pasa por ella; por el contrario se enriquece con la maravillosa experiencia del amor y el corazón esta listo para una nueva aventura. En el siguiente video en el que relata el capítulo del zorro y el principito del  libro "El Principito" de Antoine de Saint Exúpery, se ilustra a la perfección lo acabo de decirles.


Experimentar el amor, en cualquiera de sus dimensiones, es la experiencia más grata que uno puede tener en la vida, y es por esta razón que nunca estaremos preparados para despedir con gratitud y felicidad a un ser querido, permitiendo que tanto tu como la otra persona continúen su propio camino; pero a la luz de la fe y el amor de Dios que es el que sana las heridas de nuestro corazón, podemos ver con claridad que fuimos dueños de un precioso regalo y es que toda relación que estuvo unida por el lazo del amor; no se pierde del todo, por eso no debemos cerrarnos a esta experiencia maravillosa, porque vale la pena esperar LO QUE NOS TRAE EL TIEMPO!!, solo Dios basta.

Que tengas una semana llena de momentos gratos y felices!!. Hasta la próxima.




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