domingo, 22 de junio de 2014

EL TIEMPO LO DIRA....

Amigos, ¿cómo les va?:
Que alegría que Dios nos haya dado una nueva oportunidad de visitar este sitio; ha pasado otra semana más en nuestras vidas, vamos pasando la mitad del año y a partir de aquí simplemente empieza la cuenta regresiva para vernos en un nuevo fin de año.
Esto hace que piense si realmente estamos concretando aquello que hemos planificado a principios de este año, ¿estamos recorriendo los senderos que nos llevarán a la realización de nuestros sueños?, ¿hemos encontrado las herramientas que precisamos?, recordemos que cada paso que damos nos llevará a concretar aquello que ansiamos o por el contrario nos alejará de nuestros sueños.

Existen muchas formas en las que podemos perder el rumbo, alejarnos de lo que queremos, de aquello que ansiamos, una de ellas es perder el tiempo lamentándonos por las cosas que tratamos y que no conseguimos, por ejemplo cuando hemos puesto todo nuestro empeño en que algo se realice y no resultó como pensábamos recorremos largas horas, largos días tratando de saber ¿qué fue lo que paso?, nos desanimamos, no somos capaces de darnos cuenta que realmente todo esta como debe estar, que el no haber conseguido lo ansiado del modo que esperábamos no significa que no vayamos a hacerlo.

Resulta que uno puede perder tiempo en su vida, y muchas veces esta pérdida se traduce tangíblemente, pero en la mayoría de los casos son estos pequeños sucesos adversos, aquellos que ocupan largas horas en nuestra mente, aquellos que hacen que perdamos también las ganas de seguir los que nos llevan a malgastar nuestro tiempo y porque no, también incurrimos en el agotamiento mental al darle y darle vueltas a un asunto que no tiene la solución que esperamos.

Quiero compartir con ustedes una historia: 

BUENO O MALO, EL TIEMPO LO DIRA....
(cuento oriental)

"Un día llegó un hijo a su casa muy contento. Llamó a su padre y le dijo lleno de alegría:
- Mira, papá, que cosa tan expléndida. Me han regalado un caballo. ¿No te parece una buena noticia?
Su padre contestó:
- Ya veremos si es buena o mala, solo el tiempo lo dirá
El hijo salió muy contento pero quedó algo contrariado. ¿Por qué no iba a ser bueno ese regalo?
Un día que lo estaba montando, el hijo se cayó del caballo fracturándose una pierna. En su casa se lamentaba y decía su padre:
- Que mala suerte he tenidol. Tenías razón, el caballo no me ha traído nada bueno.
Y al oírlo, su padre replicó:
- Yo nunca dije que el regalo del caballo fuese bueno o malo, respecto a la mala suerte que dices tener ahora, solo el tiempo te dirá si es buena o mala. Eso ya lo veremos.
Una vez más, el hijo se sintió confuso ante la respuesta de su padre, pero esta vez no dudaba de que el hecho de haberse caído del caballo y fracturarse una pierna hubiese sido algo realmente malo para él.
Quiso el destino que en pocos días el país en el que vivían entrase en una guerra con otro país vecino. Cuando los soldados enviados para reclutar a los jóvenes del país llegaron a casa del muchacho y lo vieron con la pierna escayolada, pasaron de largo. El hijo, muy contento, dijo a su padre:
- Vaya, pues al final va a resultar que ha sido bueno que me haya roto la pierna. Me he librado de ir a la guerra.
Y una vez más, su padre contestó:
- Si eso es bueno o malo solo el tiempo lo dirá. Eso ya lo veremos"

La vida muchas veces nos sorprende con eventos buenos y malos, en los primeros al igual que el personaje del cuento, nos alegramos no cuestionamos mucho la consecuencia de éste porque a simple vista parece ser simplemente algo bueno, pero cuando sobrevienen los eventos negativos, cuando los resultados de alguna acción en particular  no son los más favorables, entonces nos sumergimos en una vorágine de preguntas, tratamos en vano de seguir adelante porque nuestra mente regresa una y otra vez a todo lo negativo que se ha producido, sin encontrar solución alguna.

Personalmente encuentro muy interesante,que vayamos por nuestro propio rumbo, asumiendo esta forma de ver la vida, ese no adelantarse ni en la alegría ni en la tristeza, porque solo Dios sabe porque pasan las cosas.
Ya empezamos a descontar nuestro tiempo durante este año, que ello no signifique que corramos como caballos desbocados realizando acciones de las cuales no estamos seguros, solo porque queremos que este año finalice viendo por lo menos uno solo de nuestros sueños.

Pensemos, no solo en este tiempo mas bien siempre en nuestras vidas, que las cosas siempre pasan por algo, y ese "algo" solo Dios lo conoce; pero eso sí, no desgastemos nuestras energías tratando de explicar cada suceso de nuestra vida, especialmente si no resultaron las cosas como queríamos.

El tiempo es uno de los regalos que nos da Dios cada día, y es que cada nuevo día nos brinda la oportunidad de volver a empezar, pero que este precioso regalo no se desperdicie tratando neciamente de arreglar pequeños escalones que están rotos; nuestro tiempo no regresa, ni en un solo segundo; miremos hacia adelante sin desanimarnos, sabiendo que todo lo que sucede, "bueno o malo" se verá con mayor claridad más adelante; porque solo Dios sabe lo que nos espera en ese "futuro" que con tanto ahínco queremos conocer.

Dejemos que sea el tiempo el que nos diga, si lo que hicimos, lo que paso fueron o no para nuestro bien, que nuestras preocupaciones o nuestras necedades no nos arrebaten el tiempo que podríamos emplear en pro de la realización de nuestros sueños, necesitamos todo de nosotros mismos (de nuestra mente y de nuestro espíritu) para encontrar el sendero correcto que debemos transitar para vernos y sentirnos plenos.

Aunque haya transcurrido la mitad del año, todavía tenemos tiempo; pensemos en ello y sigamos nuestro camino sabiendo que en cada evento ponemos lo mejor de nosotros mismos!!.

Que esta semana venga llena de realizaciones para ustedes!!!. Hasta la próxima.




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