lunes, 8 de septiembre de 2014

COSTUMBRES DE GENTE ANTIGUA

Amigos, ¿cómo les va?:
Corren los primeros días de este precioso mes de Septiembre, pero personalmente llegan con un matiz de pesar, el domingo falleció una persona muy querida para mi, partió de este mundo en un día lleno de sol y mucha paz.... Esta es la razón por la cual no he podido escribir el domingo, y les presento mis más sentidas disculpas por esta razón, igual lo hago hoy con el mayor gusto del mundo, no solo por reencontrarme con todos ustedes sino también porque lo hago en un día igualmente precioso.

Quise titular así, esta nueva entrada; porque me di cuenta que con el tiempo estamos perdiendo muchas tesoros inmateriales que etiquetamos como "costumbres de gente antigua".
Uno va caminando por la vida, revisa los obituarios y con tristeza reconoce que cada vez es mayor la cantidad de "gente antigua" que ya no se encuentra en este mundo, entonces la inevitable pregunta retumba en nuestra mente mientras a la vez sentimos que nuestro corazón se llena de pesar: ¿Quien le contará a las nuevas generaciones en que consisten las buenas costumbres?....

Muchas veces sentimos que deberíamos llenar nuestro tiempo con el trabajo, porque solo así nos daremos una calidad de vida "envidiable", pero en uno de esos días en que uno no sabe cómo ha sacado un poco de tiempo para echarse de menos de aquellas personas a las que muchas veces tildamos de aburridas, uno encuentra una grata sorpresa al conversar con aquellos que pertenecieron a otros tiempos tan distintos a los nuestros y el panorama que nos relatan de su época dorada hace que sin darnos cuenta siquiera el reloj nos diga que han transcurrido dos horas cuando solo queríamos brindar media hora de nuestro preciado tiempo.

Sien embargo al salir de la todavía pintoresca casita tan distinta a esos monstruosos edificios que hoy aparecen donde una vez hubieron jardines ensoñadores, uno se queda pensando, ¿qué paso para que el mundo cambiara tanto?, las palabras retumban en la mente y el corazón parece añorar aquellos maravillosos almuerzos a los que toda la familia llegaba en hora, para compartir un momento agradable, no es que el trabajo no existía sencillamente se trabajaba para vivir, aquellas deliciosas comidas hechas en casa, habían tantas razones para volver que la hora de salida marcaba el inicio del mejor tiempo del día.

Uno todavía pensaba en enseñar a los hijos el respeto y no se trataba de pasar largas horas de airados reclamos o muestras de violencia física, se trataba solo de enseñar con el ejemplo, la educación no se reducía a la que se impartía en los establecimientos educativos, se trataba de enseñar que saludar cuando uno ingresaba a un lugar o se encontraba con alguien no era cosa de solo unos cuantos...

No se precisaba ir muy lejos de la ciudad para respirar aire puro, porque bastaba con salir a ese pequeño pasillo a mirar el jardín sentado en aquella vieja silla mesedora, quizá también y por que no a leer un buen libro para alimentar un poco más el alma.

Uno no necesitaba revisar en un diccionario la palabra humanidad, bastaba con demostrarla en el diario vivir, en las visitas constantes a las personas enfermas, quizá tan solo para comentar el partido de football del último fin de semana, palabras como "por favor" y "gracias" eran las más utilizadas por las personas y existía una clara diferencia entre lo que era hacer el bien y hacer el mal.

Los matrimonios no eran cosa de unos cuantos años, los compromisos se cumplían y la palabra empeñada era más valiosa que un contrato riguroso; las personas no morían de soledad, ni siquiera conocían lo que era eso, los niños jugaban libremente en las calles sin temor a ser secuestrados y sus mentes se permitían volar libremente por ese magnífico mundo de sueños en los que un simple avión de papel era el más grande de los aviones que surcaban el aire, como desarrollaban su ingenio esos pequeñuelos!!!, lejos estaban de saber que un día ese mundo de fantasía se reduciría a un pequeño aparato que no perseguiría otro propósito que el de encerrar sus pequeñas mentes de una forma cruel....

Se trataba de una época de oro, en la que el oficio traducido en trabajo reportaba la mayor de las alegrías, ir a al trabajo no representaba una carga en absoluto porque uno sencillamente era feliz con el oficio adquirido, el problema no era el dinero, y el trabajo no escaseaba, uno era libre de hacer aquello para lo cual era bueno sin tener que reducirse a unos cuantos oficios por ser los que más dinero reportan.

La familia estaba así cimentada en los más altos valores y albergaba la seguridad de que las "futuras generaciones" serian todavía mejores..... ¿Qué paso con este mundo?.

Las COSTUMBRES DE GENTE ANTIGUA, se están perdiendo en el tiempo...... 
Que tristeza tener que reconocerlo....

Que su semana traiga paz. Hasta la próxima!!.



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