domingo, 5 de octubre de 2014

A SOLO UNA DECISION

Amigos, ¿cómo les va?:
Empezamos Octubre con el pie derecho!!!!, ha iniciado un nuevo mes de un año que empieza a despedirse. De él ya solo faltan 3 meses para que termine, ya falta poquito así que vamos apurando el paso hacia la materialización de todo aquello que todavía nos falta y que  planificamos para este año.
Contarles que ya voy escribiendo mi tercer libro, no dejo de contárselo a todos, porque siempre me causa mucho entusiasmo cada nuevo proyecto que inicio, disfruto mucho de la escritura por lo tanto el tiempo que invierto en ello es muy preciado para mi espíritu.
Como ustedes ya se habrán dado cuenta, la vida pasa a saltos agigantados, no sabemos lo que pasará mañana, por eso es muy importante disfrutar de cada segundo que llevamos vivos, de cada experiencia  que nos toca vivir y en este magnífico interin que llamamos vida el que podamos invertir las muchas o pocas horas al día en realizar aquello que nos gusta no tiene precio!!!.

Quienes me acompañan en este espacio llamado CAMINOS DE LUZ, saben que semana a semana les comparto mi parecer sobre diversos temas y experiencias que voy recogiendo mientras recorro mi propio camino. Esta semana no será diferente y es que la vida para quienes nos sumergimos en la dinámica de mirar a los demás con una mirada humana, nos brinda la maravillosa probabilidad de darnos cuenta cómo se encuentran los espíritus de quienes caminan junto a nosotros.
En días pasados pude constatar la maravillosa fuerza del bien cuando uno permite que éste se imponga ante el mal, y es que solo estamos a una decisión de hacer las cosas bien o de seguir el camino equivocado, el camino que nos lleva al distanciamiento, al auto aislamiento, a la congoja, a la amargura y todo absolutamente todo lo negativo que podemos encontrar en el camino del mal.

Un día cualquiera nos levantamos, parece que ese día transcurrirá con la misma normalidad (en algunos casos hasta la misma rutina) de todos los días; parece que nuestros días se desarrollan como actividades anotadas en alguna agenda, siempre el mismo trabajo, la misma hora de entrada, la misma hora de salida, la misma ruta para llegar a él, día tras día siempre lo mismo, empieza a crecer un vacío en el alma que nos trae de golpe a la realidad cuando escuchamos la risa sincera de los niños, cuando vemos el vuelo de un pájaro surcando el cielo, cuando sentimos la brisa suave del viento en nuestro rostro, cuando miramos las hojas de los árboles caer en el otoño, cuando vemos la vida tal cual es, pero la vemos a travez del espejo de nuestra rutina, la vemos por escasos segundos en los que el corazón nos recuerda aquello que soñamos un día y nos hacía sentir vivos, entonces volvemos a las mismas preocupaciones, a las mismas frustraciones, al mismo estrés en el que hemos conseguido cortar las alas de nuestro espíritu que empieza agonizar con cada momento que pasa....

De pronto y sin que nos demos cuenta, nos sucede algo de improviso para lo cual no estábamos preparados en modo alguno: Un ser querido al que teníamos muy cerca del corazón nos dice que se va, recibimos un llamado telefónico que nos anuncia el fallecimiento de un ser querido, sufrimos un accidente o se confirma el diagnóstico de una enfermedad incurable, nos entregan nuestra carta de retiro del trabajo; en fin, evidentemente nuestra vida ha dado un giro de 360 grados y ha sido tan repentino que apenas alcanzamos a darnos cuenta de lo que ha sucedido.

No sabemos que hacer, una voz muy débil nos dice que debemos seguir, pero una pregunta se repite constantemente en nuestra mente: ¿Qué hacemos?, una enorme pena empieza a crecer en nuestro interior al punto que ya no somos capaces de seguir con la misma rutina de siempre, de levantarse cada día y seguir. Los más fuertes se obligarán a seguir aún con las nuevas circunstancias mientras que los de espíritu más sensible simplemente se quedarán a esperar que un día el corazón se sienta mejor....

De una forma u otra; el nuevo día llegara, ese día en el que miraremos atrás y nos daremos cuenta que nuestra alma emprendió su propio viaje, que ha recorrido un largo camino interior y aunque nuestros pies nunca se movieron del mismo lugar de siempre, ella simplemente recorrió mucho camino, cuando ese nuevo día llega sabremos con exactitud que nuestra alma libró su propia batalla y salió airosa porque de otra manera no despertaría a ese nuevo día.....

Pero ¿qué tienen que ver el buen y el mal camino en todo esto?. TODO, porque cuando pasamos por una sacudida tan fuerte que nos obliga a replantearnos todo lo que veníamos haciendo hasta ahora nuestro espíritu y nuestra fe son probados a fuego.
Cuando llega ese momento en el que nuestra vida y todo lo que conocíamos de ella cambian de una forma tan repentina, parece que el piso bajo nuestros pies desaparece y a partir de ahí es una caída vertiginosa, y ésta no tendría fin si no nos sujetaríamos de nuestra fe.

Pasamos por horas de tanta zozobra y tanto dolor que nos alejamos de los que más queremos porque "no tenemos ganas de hablar con nadie", poco a poco nos sumergimos en el barco de la ira, del odio, del rencor quizá para con nosotros mismos, quizá para con aquellos que hoy ocupan el lugar que ansiábamos o que antes era nuestro; el demonio suele mostrar muchas caras cuando nuestra alma ha emprendido esa caída, porque es cuando más débil se siente nuestra fe....

Pasamos por muchos estados, la tristeza parece ser el común denominador y es fácil perder el camino porque nuestro corazón ha empezado a morir, porque el dolor no nos deja escuchar lo que nos dice hasta que un día vemos solo una seguidilla de malas decisiones que nos han llevado a estar solos, a estar alejados de quienes más nos quieren pero el diablo no se detiene porque esta cerca de hacer que nos perdamos definitivamente, entonces vemos los rostros de todas esas personas con las cuales compartimos tanto antes y reconocemos con tristeza que hemos perdido la batalla, nos persigue la culpabilidad porque nadie más que nosotros mismos los alejamos de nuestro lado, bajamos la cabeza, un hondo suspiro sale de nuestro interior, quizá es nuestra alma diciéndonos adiós, y nos alejamos para no volverlos a ver nunca más.....

Sin embargo cuando esa hora de profundo dolor, de mucha angustia y mucha preocupación llega de una forma tan repentina a nuestra vida, podemos tomar una simple decisión, podemos seguir adelante aún con el corazón destrozado, aún con todo lo malo que pudo habernos sucedido. Podemos simplemente dejar que sea Dios quien cure nuestras heridas y silenciar esos pensamientos de culpabilidad, de rencor, de desaliento.....

Podemos mirar de frente esa vida que todavía tenemos por delante y confiar en Dios, saber que a pesar de todo él sabe cuál ha sido la razón por la cual teníamos que pasar por eso. Podemos simplemente albergar la tristeza sin dejar que sea ella la que llene nuestro corazón. 
El limite para todo lo malo que nos ha sucedido termina cuando empezamos a hacernos daño con nuestras propias actitudes, cuando empezamos a hacerle daño a quienes amamos.
El limite de toda situación adversa que atravesamos es y ha de ser siempre nuestro bienestar; esta bien sufrir pero que ese sufrimiento no nos lastime ni lastime a quienes permanecen a nuestro lado. Nadie nos exime de pasar por "esos momentos" que llegan sin aviso pero la manera en la que salgamos a flote de ellos depende solo de nosotros mismos y de nuestra fe.....

Estamos a solo una decisión de hacer las cosas bien con aquellas personas que se han distanciado, de encontrar un nuevo trabajo, de disfrutar de quienes todavía están vivos..... Nunca es tarde, jamás será tarde porque es a Dios a quien le pertenece nuestro tiempo.
No hace falta perder horas de nuestra vida tratando de averiguar lo que se debe hacer o quién ha tenido la culpa por todo lo que nos ha pasado, porque no se trata de lo que pudimos hacer o no; nuestra alma esta enfrentando su propia batalla y solo saldrá a flote en la medida en que la ayudemos con la fe, en la medida en que no dejemos que esa adversidad nos lleve con ella....

Un día nuevo llegará, solo hace falta que nos abandonemos en las manos de Dios, que sintamos todo su amor y tomemos la decisión de seguir a pesar de todo, nada se ha perdido, nunca será demasiado tarde para nada en nuestra vida porque todavía estamos vivos, porque nuestro espíritu todavía esta vivo y porque nos une la mayor fuerza de todas: EL AMOR DE DIOS.

Que una maravillosa semana inicie para cada uno de ustedes!!!, gracias por visitarme semana a semana, hasta la próxima.







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