Amigos, ¿cómo les va?:
Finalmente llegamos a la última semana de noviembre. Demás esta decirles que por mi parte ya vestí de navidad todos los rincones, haciendo honor a una frase que las personas vienen repitiendo mucho últimamente: "Después de todo, se vive solo una vez y si la vives bien es suficiente"...
Ustedes ¿cómo van?, espero sinceramente que vayan dando los últimos toques a todos esos proyectos con los cuales iniciaron este año y si alguno o muchos de ellos no llegaron a concretarse, no pierdan las esperanzas y recuerden que Dios tiene su propio tiempo, por lo que todo tiene un momento justo.
He pensado en los últimos días, sobre la maravillosa cualidad que Dios nos ha dado por medio de nuestros recuerdos, son ellos los que nos cuentan la historia de nuestras vidas, en ellos guardamos los rostros de las personas de quienes compartieron momentos felices e incluso momentos de mucha tristeza....
Siempre he considerado que aquellos rostros que aparecen en nuestros recuerdos en aquellos momentos en los que hemos pasado muchas horas de tristeza o de dificultad son aquellos que más importan, pues en los buenos tiempos todas las personas aparecen pero en los tiempos difíciles solo los verdaderos amigos o que nos quieren de verdad permanecen.
Bueno, dicen que recordar es volver a vivir, muchos momentos no solo de este año sino también del año pasado he comprendido con pesar que es cierto. Digo con pesar porque desgraciadamente recordar a un ser querido que ha partido a la presencia del Señor, es muy triste, uno quiere aferrarse con fuerza a esos momentos como queriendo tenerlos vivos en ellos o tan solo convencer a la mente que uno no soñó ese tiempo.
A la larga, serán esos recuerdos los que nos cuenten la historia; nuestra historia y la de ellos. Uno realmente no muere cuando permanece en el recuerdo de aquellos que lo quisieron en vida....
Por otro lado, recordar a aquellas personas que se quedaron atrás, que decidieron voluntariamente alejarse, puede producir mucha desilusión pero luego enfrentando ese episodio con madurez uno se da cuenta que la vida muchas veces se recorre en ciclos, que cuando éstos terminan lo mejor que se puede hacer es agradecer a Dios por las lecciones aprendidas, confiar en él y continuar nuestro camino.
Hay muchas sensaciones que uno acumula cuando recorre el camino de sus recuerdos, uno pasea entre la tristeza y la alegría, al final lo único cierto es que el corazón siente una gratitud muy grande para con Dios porque nos dio la maravillosa capacidad de acumular nuestras vivencias, precisamente para poder caminar en ese maravilloso pasado que nos dejó tantas lecciones, en el que todavía viven tantas personas que se quedaron a un lado de nuestro camino, nuestro corazón vuelve a sentirse pleno de amor al volver a ver en nuestra mente a aquellos seres queridos que nos hicieron tan felices un día, tan solo brindándonos amor ...
Maravillosos recuerdos que nos cuentan la historia de una vida que creímos perdida en el tiempo y que apenas reconocemos en nuestro presente.
Un año más esta cerca de finalizar, nuevos recuerdos que acumular, personas que dejaremos con este año que termina, seres queridos que vivirán siempre en nuestros corazones cuyos recuerdos los traerán a nuestro presente....
Es el camino de nuestras vidas en el que vamos recorriendo, hagámoslo con gratitud a ese maravilloso pasado y con esperanza en ese futuro que nuestro corazón anhela.
Que esta semana este llena de momentos felices y sus corazones se llenen de gratitud.Los dejo con este precioso poema de Antonio Machado, "Caminante no hay camino"
Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre el mar.
Nunca perseguí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse...
Nunca perseguí la gloria.
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar...
Hace algún tiempo en ese lugar
donde hoy los bosques se visten de espinos
se oyó la voz de un poeta gritar
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."
Golpe a golpe, verso a verso...
Murió el poeta lejos del hogar.
Le cubre el polvo de un país vecino.
Al alejarse le vieron llorar.
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."
Golpe a golpe, verso a verso...
Cuando el jilguero no puede cantar.
Cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar.
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."
Golpe a golpe, verso a verso.
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