domingo, 8 de marzo de 2015

AQUELLA LUZ PROPIA....

Amigos, feliz semana:
En este curioso y maravilloso viaje llamado vida y a estas alturas del camino, encuentro necesario preguntarles, ¿cómo están pasando su tiempo?, éste es el único regalo para el cual Dios no tiene segundas oportunidades, lo que se hizo o se dijo en uno solo de nuestros días, indefectiblemente no tiene retorno. Uno puede disculparse, puede enmendar lo dicho o lo hecho pero lo que nunca podrá hacer es regresar al tiempo en el que cometió un error.
Dios nos ofrece segundas oportunidades y gracias a Dios lo hace porque no somos perfectos, porque siempre cometeremos errores grandes o pequeños sin los cuales no podríamos crecer como personas pero indudablemente nunca podremos regresar al instante en que los cometimos. Afortunadamente el tiempo nunca vuelve porque de otro modo nos encontraríamos en un eterno regreso al pasado mientras nuestro precioso presente y futuro se desperdician ante nuestros ojos.
Es bueno que reparemos en ello, porque esta vida que descansa en nosotros, es solo nuestra, nadie más puede vivirla por nosotros y de hecho nadie más sabe cómo vivirla porque es tan única como lo somos cada uno de nosotros.

Pensaba en esto, en que a veces perdemos el rumbo de nuestro camino por tener la mirada puesta en la vida de los demás, concretamente en aquellas vidas que aparecen ante nosotros como un destello de lo que hubiéramos querido que sea la nuestra, nos parece que "ese trabajo" era exactamente lo que queríamos, pensamos que "tener una familia" es lo que de pronto culmina una vida llena de "satisfacciones", pensamos que el "otro" vive la vida que tanto nos hubiera gustado tener pero no reparamos en que tenemos exactamente la vida que debemos tener, que todos absolutamente todos los elementos que tenemos a nuestra disposición son los que deberíamos tener.

No. Desafortunadamente no nos damos cuenta que tenemos todo lo que precisamos porque tenemos la mirada puesta en la vida de los demás y ese vivir constantemente comparando nuestra vida con la de los demás no solo nos crea una enorme sensación de insatisfacción sino también un hondo pesar una frustración que pueden calar tan hondo en el alma que terminemos por renunciar a esta que es nuestra vida al punto que lleguemos a negar quienes somos realmente solo porque no fuimos capaces de valorar quienes eramos, nos dimos a la tarea de ser simples copias de algún original que no tiene otra cosa más de sobresaliente que ser auténtico.

Permítanme compartirles la siguiente historia:

EL CAFÉ

Un grupo de ex estudiantes, ya muy establecidos en sus carreras, se reunió para visitar a su viejo profesor de la Universidad. La conversación se concentró en quejas sobre el estrés en el trabajo y la vida. Al ofrecerles café a sus visitas, el profesor fue a la cocina y regresó con un termo de café y una gran variedad de tazas: De porcelana, plástico, vidrio, cristal, algunas comunes, algunas caras, algunas exquisitas y les pidió que se sirvieran el café caliente. Cuando todos los estudiantes tenían su taza en mano, el profesor dijo: – “Si se han fijado, todas las tazas bonitas y caras han sido tomadas, dejando atrás las comunes y baratas. Aunque es normal que quieran sólo lo mejor para ustedes, ése es el origen de sus problemas y estrés. Lo que en realidad querían era café, no la taza, pero conscientemente tomaron las mejores tazas y las estuvieron comparando con las tazas de los demás. -”Fíjense bien –prosiguió-: La Vida es el café, pero sus trabajos, el dinero y su posición social son las tazas. Las tazas son sólo herramientas para sostener y contener Vida, pero la calidad de la Vida no cambia. ”A veces –concluyó-, al concentrarnos sólo en la taza, dejamos de disfrutar el café que hay en ella. Por lo tanto, no dejes que la taza te guíe… Mejor goza el café”.


Hemos convertido el regalo más importante que Dios puso en nuestras manos: LA VIDA; en una burda competencia cuya única finalidad es ser y tener más que el otro, nuestro corazón se ha llenado de envidia, de rencor, de tristeza y de egoísmo así como de tantos otros males que podríamos enumerar por ignorar la única cosa de la cual deberíamos sentirnos orgullos: NUESTRA AUTENTICIDAD.

La vida que descansa en nuestras manos, la forma de crear nuestros propios sueños, de realizar nuestras propias tareas, la forma de hacer o decir las cosas que tenemos o decimos son lo que forman parte de ese preciado tesoro que tenemos, nuestra vida y ésta no se describe por los lujos que poseemos, por el grado de conocimiento académico que adquirimos ni por la cantidad de personas que tenemos por "amigos", todas esas cosas son solo aspectos que pueden dar mayor o menor satisfacción, lo verdaderamente importante es lo que podemos crear, compartir, transmitir con nuestra forma de ser, con nuestros propios pensamientos, es nuestra autenticidad donde realmente reside nuestro verdadero valor.

No tenemos nada que probar a nadie más que a Dios; él puso esta vida que nosotros tenemos para nuestra felicidad y ésta lo crean o no, reside en lo mas simple de la vida.
Que seamos capaces de comprender lo valiosos que somos no depende de otra cosa que no sea el amor, de ese maravilloso amor con el cual deberíamos vernos cada mañana cuando nos miramos al espejo porque indudablemente estamos mirando a la persona más importante que conoceremos en la vida: NOSOTROS MISMOS.

Una vez leí que todos brillamos con una luz interior, con una luz propia que hace que sobresalgamos del resto, esa luz que brilla en nuestra mirada cuando somos nosotros mismos porque estamos siguiendo la voluntad de Dios, al igual que todas y cada una de sus creaciones poseemos esa maravillosa luz de la vida y el amor que descansa en nuestro interior.

No hay razón alguna para envidiar a nadie, para no compartir lo que sabemos, ser egoístas porque todo eso irá opacando esa luz con la cual nacimos, todos somos valiosos a nuestro modo, no precisamos ser la copia de nadie porque estaríamos renunciando a nuestro derecho de ser nosotros mismos.

Que nuestra mirada no se pierda en los caminos del egoísmo, de la negación, de la envidia y de todo aquello que atenta contra la salud de nuestra alma. Que nuestro brille lleve luz a donde quiera que vayamos y llene de luz la oscuridad de quienes aún no se han encontrado consigo mismos.

Recuerden que una sola persona que es consciente de todo lo que puede hacer, es capaz de realizar su trabajo con el mayor esmero y honestidad que miles de personas tratando de ser la copia de alguien más. 
Una sola persona que es capaz de desempeñar su trabajo con todo su amor y de llevar su vida con integridad trascenderá su propia vida porque aún cuando ella ya no esté la gente siempre se referirá a ella como alguien sobresaliente que fue capaz de cambiar el mundo aunque ese mundo se reduzca a una sola persona.

Que esta semana venga llena de bendiciones!!!. Hasta la próxima.


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