domingo, 6 de diciembre de 2015

RECONCILIARNOS CON LA VIDA!!!

Amigos, Bienvenidos!!!:
Ingresamos a la segunda semana de adviento, que aventura para el espíritu!!!; para aquellos que nos regalamos unos minutos al día para dedicárselos al espíritu esta es una aventura como muy pocas, pues nos lleva a prepararnos para la gran celebración como lo es el nacimiento de Jesús.
Creo que muy pocas celebraciones en el año nos sumergen en tal ambiente festivo que sin buscarlo siquiera el alma inicia su propia travesía.

Sé que muchas veces a lo largo no solo de este año quizá mucho tiempo atrás aún; sentimos que caminamos a ciegas, que los proyectos que emprendemos fracasan, en muchos de ellos imprimimos tanto esfuerzo que la desilusión es muy grande; los sueños que albergamos no llegan nunca y muchas oraciones se perdieron en el mar de la desesperanza.

A veces la soledad que sentimos es tan grande a pesar de estar rodeados por mucha gente, esa soledad que deja un gran vacío en el alma, esta sociedad egoísta ha llevado a muchas personas a encerrarse en sí mismos, ¿a dónde se van los deseos de tener una buena conversación, de compartir un café, de compartir un paseo?. A veces vemos a las personas tan sumidas en sus "propias vidas" al punto que ni siquiera son capaces de ayudar a quien tienen a su lado.

Cuando pienso en las personas que viven de este modo es inevitable que recuerde al hombre que dedicaba su tiempo a calcular en el libro del principito. Con tristeza debo reconocer que hay muchas personas que han dejado que sus vidas se consuman tras el opaco brillo del "dinero".

Podríamos pasar mucho tiempo relatando todas las formas por medio de las cuales las personas han dejado que se roben sus vidas; al punto que ya ni siquiera son capaces de reconocer el amor o la belleza de la naturaleza que todavía vive en este mundo.
Estamos a solo un par de semanas de celebrar la navidad y no puedo dejar de pensar en ese personaje triste de ese clásico de Charles Dickens (A Christmas Carol o Un cuento de Navidad), el Señor Scrooge que dejó que su corazón se enfriara por completo debido a las duras experiencias de su vida y en buena medida a la codicia con la que llenó su corazón, puede ser un cuento de niños sin embargo hoy en día existen  muchos señores scrooge.

¿A qué viene todo esto?, a que el espíritu puede demostrar y de hecho lo hace; una fortaleza inquebrantable, pero así de fuerte como así de frágil puede ser; son muchas las pruebas y demasiados los sinsabores con los cuales debemos existir; hace algunos párrafos me referí a las muchas oraciones que se pierden, que se desvanecen en el tiempo para las cuales nunca tuvimos ninguna respuesta.
Desafortunadamente son precisamente aquellas que hilamos al calor de la angustia o la desesperación que reflejaban una inmensa necesidad las que nunca tuvieron respuesta alguna....

Si, es innegable que cuanto más precisamos es cuento más solos nos sentimos; en esta segunda semana de adviento y dado que estamos en pleno tiempo de preparar nuestro espíritu; tengo la intención de recuperar un poquito de esos espíritus que se diluyeron en las tempestuosas aguas de la tristeza, de la decepción, de la incredulidad.

Es posible que durante esas largas horas en que tocaron la puerta y nadie les abrió, durante esas horas de soledad cuya única compañía fueron muchas lágrimas, durante esos tiempos de oración que dejaron un gran vacío en el alma, nos les fue posible darse cuenta que Dios estaba más cerca de lo que pidieron, no pudieron darse cuenta que él obraba a su propio modo para que pudieran enfrentar un día después del otro.

¿Por qué no nos fue posible darnos cuenta? para responder esto, preciso recordarles el momento en que Jesús agonizaba en la cruz, las palabras que emitió en esos momentos de dolor vienen a mi mente cuando atravieso tiempos de dificultad.... "Señor, Señor; ¿por qué me has abandonado?". Somos tan humanos como lo fué Jesús en esas largas horas de dolor físico, cuanto mayor fué la agonía espiritual; y es precisamente debido  a esa condición en la que el alma se encuentra tan herida, tan lastimada que no sentimos, que no percibimos que Dios esta a nuestro lado.

Cuando nos hacemos una herida profunda, sentimos tanto dolor que somos incapaces de darnos cuenta que el cuerpo ha empezado a sanarla aún cuando no hemos hecho nada para que esto suceda; es tanto el dolor que no percibimos que la herida a empezado a sanar.
Exactamente eso es lo que sucede con el alma, solo que las cicatrices que permanecen en el espíritu cuando hemos librado largas horas de dolor; nos hacen pensar que fuimos capaces de salir solos de eso. Nuestra razón termina por convencernos de que esto es así, pero nada esta más lejos de la realidad, pues así como Jesús se reencontró con su padre al morir a esta vida terrena, como lo haremos cada uno de nosotros en su momento; así esas heridas en el alma nos hablan de su presencia...

La pregunta de Jesús en la cruz, no es otra cosa más que una forma diferente de creer desde el dolor; pues en ese momento no niega, ni se decepciona, ni se entrega a la muerte falto de fe; mas por el contrario esas palabras no es otra cosa más que el reflejo de su propia fe, de una flaqueza producida por el dolor mas no de una negación, esas palabras nos hablan de un reconocer su presencia y de la incapacidad de poder advertirla.
Ningún ser humano habría sido capaz de soportar lo que Jesús soporto, Dios estuvo en todo momento con él, brindándole su fuerza y su gracia, las embestidas de quienes obran en mal suelen ser muy duras, pero eso no significa que Dios no este presente.

¿Quién desde la insignificancia de su existencia no se ha sentido así alguna vez?, este es el tiempo para dejar que el alma se despoje de esas cicatrices, es el tiempo de ver con claridad que nunca estuvimos solos, que llegamos a este tiempo gracias a que Dios nos dió la fuerza para soportar ese "trago amargo", que Dios nos regalo risas nuevas, días nuevos, que Dios nos puso donde estamos hoy.

Ya ha pasado mucho tiempo aferrándonos a un dolor que ya no existe más que en nuestra propia mente, llevamos mucho tiempo con el corazón endurecido, estos días tratemos de soltar ese peso, de romper esa dura coraza con la que creímos proteger nuestro corazón, es tiempo de reconciliarnos con la vida, con nuestra vida!!!.

Que esta semana tengas la claridad suficiente para poder ver que Dios estuvo y esta contigo. Hasta la próxima!!!.


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