domingo, 26 de junio de 2016

REINCORPORARSE A LA VIDA

Amigos!!!:
Bienvenidos. A las puertas del mes de Julio, creo que en algunos lugares el frío incrementa y en otros el calor; lo cierto es que de un modo u otro la consigna debe ser mantener el calor en el corazón; pues eso es lo que indudablemente nos mantiene vivos. 

Asistí al servicio dominical y me sorprendieron gratamente las lecturas del día de hoy, no profundizare en cada una de ellas, pero si compartiré el mensaje que tomé de cada una de ellas. 
Quiero comenzar preguntando: ¿Cuántas veces Dios nos ha dicho "Sígueme"? y ¿cuántas veces lo hemos hecho?.
Siempre les digo que somos las herramientas que Dios puso en este mundo para ayudarle a repararlo, aunque muchas veces esto solo signifique debamos reparar nuestros corazones. Cuando leo esta expresión: "Jesús le dijo: "Sígueme"", pienso que nos lo pide muchas veces, incluso en un mismo día.

No es difícil para mi imaginar que probablemente al igual que los personajes de las lecturas, habremos dicho en algún momento o en muchos quizás: "Si, si pero antes tengo que hacer...", sea cual sea la excusa que habremos dado, lo cierto es que ninguna fue una respuesta absoluta y convencida de seguirlo de inmediato.

Son muchas cosas las que nos impiden seguirle a donde él nos diga, anteponemos esta "vida" que él mismo nos ha dado y que defendemos tenazmente.
Quizá primero debamos encontrar una pareja  con la cual formemos una familia, quizá haya que formarnos y desarrollarnos profesionalmente primero, quizá tan solo debamos primero dar prioridad a un montón de cosas antes de aceptar la invitación que él nos hace y es que en muchos de los casos creemos que ese "seguir" a Dios se traduce solo en musitar un montón de oraciones repetidas, en ir a misa todos los días, en leer la biblia en algún momento, eso sí; todos los días o probablemente pensamos que en esa invitación esta encerrado el gran misterio del sufrimiento por aquello de que una vez escuchamos decir: "El que quiera seguirme tome su cruz y sígame".

Resulta que esa invitación que Dios nos hace, en algún momento de nuestras vidas; no necesariamente implica una renuncia, no se trata de dejar la vida misma, de dejar todo lo que nos gusta hacer, encerrarnos en un lugar o invertir todo nuestro tiempo en oración, no; no se trata de eso, se trata de algo mucho más grande que eso, se trata de seguirlo desde nuestra propia vivencia, desde nuestra propia capacidad de encontrarle en esa vida que hemos elegido llevar.

Dios no nos pide renuncias, por el contrario, nos invita a la vida; la mayoría de nosotros tenemos el concepto de que las personas que hablan de Dios, son aquellas que llevan una vida casi como la de los religiosos; pero Dios es mucho más que eso; él se encuentra en el mensaje de un libro que nos llegó al alma y que si el escritor no se hubiera puesto al servicio del Señor, escuchándolo en su corazón y sirviéndolo desde lo que él puede hacer, que es escribir, probablemente ese mensaje jamás habría llegado a nuestras manos.

De eso mismo es de lo que se trata, esa invitación que Dios nos hace, una invitación que esta abierta a que la tomemos cuando nosotros lo querramos o cuando estemos preparados para ello.
Es por medio de realizar aquello para lo cual fuimos creados, aquel oficio o trabajo que nos gusta realizar, que nos llena de dicha, que estamos siguiendo a Dios, que estamos realizando nuestro trabajo, que estamos convirtiéndonos en sus herramientas.

Y es aquí donde entra la segunda parte de esta entrada. Alguna vez escucharon esa canción "Tu has venido a la orilla", esa pequeña parte de la canción que dice: "Mi cansancio que a otros descanse".
Pues yo no imagino mayor mérito que el poder transmitir bienestar con un trabajo que he realizado, que probablemente ha requerido de mi largas horas de dedicación y esfuerzo pero que al final ha valido la pena para que otras personas mejoren de algún modo sus vidas .

Seguir a Dios, no se trata de recluirse en un monasterio, mas por el contrario se trata de sumergirse en la vida misma, desde lo que cada uno puede hacer y llevar con ello alegría, paz, bienestar, esperanza a tantas personas que probablemente lo necesitan; es llevar un poco de luz a tantas oscuridades que por ahí andan.

Quizá la próxima vez que sientas en tu corazón que es momento de que hagas lo que tanto disfrutas, pienses que probablemente Dios te esta pidiendo que lo sigas, quizá solo te esta pidiendo que despiertes de ese largo sueño para reincorporarte a la vida, quizá solo te pide que comiences a hacer tu trabajo.

Que tengas una preciosa semana!!!. Hasta la próxima.











No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tomar un tiempo para compartir. Vuelve cuando quieras.