domingo, 28 de agosto de 2016

PARA MIRAR SIEMPRE ADELANTE

Amigos:
Bienvenidos!!!, cómo los encuentra la vida en este día maravilloso?, a las puertas de una semana no menos maravillosa!!!!.
Dejar el pasado empieza por dejar todas los pesos que atormentan el alma, que nos quitan la paz y nos dejan tan vulnerables que un simple soplido del viento puede derrumbarnos. 
Se hace necesario abrir los brazos para abrazar esa vida que se nos presenta cada nuevo día, a ese reverencia que nos hace con el primer destello de la luz matinal que nuestros ojos perciben, a ese primer respiro hondo que  llena el alma de tanta esperanza, de tanta paz..... 

Por mi parte he tenido una semana llena de emociones, he recorrido estos días como un tobogán lleno de curvas, de subidas y bajadas, y he asimilado ¡Qué necesario se hace volver a ser feliz!, como aquella preciosa canción de Facundo Cabral.

Recorriendo las calles de mi ciudad, una de tantas he pasado por un lugar que ya había recorrido mil veces antes, sin embargo la última vez fue distinto, por las cosas de la mente, un recuerdo se asomo a mi presente no solo para mostrarme una época pasada, sino también el rostro de una persona que todavía hoy comparte mis días, pero qué distintos eramos entonces.... La sensación que evoco ese recuerdo no solo dejó gran nostalgia; vaya uno a saber por que a veces regresan esos viejos fantasmas; dejó también grandes interrogantes: ¿Por qué la vida nos roba momentos, por qué nos roba personas, por qué nosotros cambiamos con ella?.

Descubrí que no es la vida la que nos roba, somos nosotros los que dejamos ir aquello que un día fue muy valioso, somos nosotros quienes dejamos que sean la experiencias (mayormente dolorosas aunque no niego que las buenas también lo hacen) las que marquen el ritmo de nuestro tiempo, de las personas que se alejan y de aquellas que llegan, de nosotros mismos....

Descubrí que las personas de fe, hablamos con mucha facilidad de la oración pero qué lejos estamos de saber que el gran enigma de la oración es la confianza.
Rezamos por tantas cosas!!, rezamos por tantas personas!!; le pedimos a Dios tanto y lo hacemos con tanta fuerza que cuando no se cumple lo que pedimos, cuando no vemos realizado aquello que ansiamos, inevitablemente aparece la angustia, el llanto, la decepción, la desesperación. Empezamos a preguntarnos por qué Dios no querría darnos lo que le pedimos, una extraña e incomprensible rabia y frustración empiezan a crecer en nuestro espíritu y terminamos albergando dudas sobre el poder infinito de Dios.

Son tantas las caídas, son tantas las personas que se han burlado cada vez que nos han visto rezar sin ver nada para lo cual se había rezado a Dios.
Sin embargo, es preciso callar la voz de la gente, incluso aquella que proviene de nuestro interior y que nos invita a caer en todos los escenarios antes mencionados, es preciso buscar ese precioso silencio del alma donde reside la voz de Dios. Es preciso saber que realmente estamos así, llenos de dudas, de angustia, de frustración y desesperación porque lo que no se hizo fue nuestra voluntad.

Rezamos, claro que rezamos; pero en el fondo no buscamos la voluntad de Dios, buscamos nuestra propia voluntad, no somos capaces de ver que esas oraciones se hilaron a la luz de la confianza; de saber que Dios sabe lo que hace, que sea cual fuere el resultado de aquello por lo cual pedimos siempre será algo bueno porque Dios sabe lo que hace, porque siempre se hace su voluntad y ella no esta lejos de nuestro bienestar o el de aquella personas por la cual rezamos.

Por todas esas veces que rezamos y creímos que Dios no nos había escuchado; llenamos el alma de tanta amargura, llenamos el alma de tantos "fracasos", que poco a poco esa gran "fe" se va alejando de nuestra vida, y es tanta la amargura que poco a poco la vida también se va alejando de nosotros... 
Un día ya no somos los mismos, ya no disfrutamos, ya no somos felices con poco, ansiamos llenar ese vacío con tantas cosas pero las cosas difícilmente llenan el alma.

Un día pasamos por un lugar y el alma nos susurra al oído que en un tiempo algo lejano fuimos personas muy distintas, personas felices; un día la vida vuelve a tocar nuestra puerta para recordarnos que todavía hay mucho por hacer, que aún podemos reencontrarnos con las personas que solíamos ser, ahora ya no rezamos esperando ver hecha nuestra voluntad, ahora sabemos que Dios ha conducido nuestras vidas solo que nosotros poco sabíamos de ello..... 
Un día Dios nos conduce por un lugar que habíamos recorrido una infinidad de veces para reencontrarnos con la persona que fuimos un día, para relatarnos tantos viajes que hizo el alma, para mostrar las heridas que dejó el tiempo, PARA MIRAR SIEMPRE ADELANTE..... PARA VOLVER A SER FELIZ.

Que esta semana, puedas comprender que a veces lo único que podemos hacer es aceptar la voluntad de Dios y descansar en la confianza de que eso siempre significa que estaremos bien. Hasta la próxima!!!.







domingo, 21 de agosto de 2016

UN SIMPLE VISTAZO AL PASADO

Amigos:
Bienvenidos!!!; cómo les ha ido esta semana?, pienso que muchos de ustedes al igual que yo, han vivido un cúmulo de experiencias buenas y malas; el espíritu se enriquece enormemente cuando atraviesa estos momentos claroscuros y la humildad se engrandece cuando uno confirma una vez más que nuestras vidas y nuestros destinos residen solo en las manos de Dios.
Ustedes saben que desde este pequeño espacio siempre he invitado a celebrar la vida, a disfrutar plenamente el hecho de que estamos vivos y a hacer pleno uso de este precioso regalo que Dios nos dio, a la luz de estas afirmaciones uno se pregunta qué sucede con aquellas personas que se  rehúsan a hacer pleno uso de su derecho a la vida y eligen vivir en la oscuridad de sus resentimientos, rencores o fracasos.

No hay nada más devastador para el espíritu que dejarse llevar por el recuerdo de sucesos que ya no pueden cambiarse o borrarse, lo vivido forma parte de nuestras historias, nos guste o no; son parte de un capítulo más que no se puede modificar. Esto es lo curioso de la vida, pues al dedicarme a escribir se que antes de la historia final uno puede revisar y reescribir muchos páginas, lo que no sucede con la historia de nuestras vidas, ésta simplemente se construye con cada uno de nuestros días, se hilvana con el fino hilo de cada una de nuestras decisiones.

Sin embargo esas páginas que encierran vivencias que han causado un hondo pesar en nuestros corazones deben cerrarse de forma apropiada, pues el cerrarlas dejando tras ellas una huella honda de resentimiento, rencor o tristeza solo nos causará más daño, es por eso que Dios a veces permite que echemos un vistazo a ese "pasado" tan doloroso, pues solo reviviendo esos recuerdos podremos salir airosos de ellos; las heridas del espíritu a veces se resuelven de la misma forma que las heridas del cuerpo, pues cuando una herida ha cerrado con infección interior, es necesario volver a abrir la herida para limpiarla adecuadamente para que empiece recién su sanación total.

Si no somos capaces de limpiar adecuadamente las heridas del alma, tarde o temprano nos causaran más daño que la herida inicial. El espíritu precisa limpiarse de todos esos sentimientos que afectan negativamente el curso normal de nuestra vida.
Un simple repaso de lo que hemos vivido que causa un hondo pesar nos llevara a abrir heridas que creíamos cerradas, nos llevara a recordar episodios dolorosos en los que probablemente debimos haber perdonado o quizá debimos habernos perdonado por los errores que cometimos y esto mis queridos amigos es mucho más difícil de hacer.

El revivir un episodio doloroso nos llevara a ver con más objetividad lo sucedido, nos llevará comprender la forma de actuar de quien nos haya herido o nuestro propio accionar, y es que las personas (incluyéndonos) no somos perfectos, cometemos un sin fin de errores y estamos hechos de virtudes y de defectos.

Un simple análisis de los sucedido con la maravillosa ayuda del tiempo nos hará ver que tal vez pudimos reaccionar de forma diferente frente a un hecho en concreto o quizá no; pero definitivamente nos ayudará a otorgarnos la paz que solo el perdón puede darnos, a comprender que se hizo lo mejor que se pudo bajo determinadas circunstancias, nos ayudará a entender que las despedidas son necesarias para disfrutar mucho más del gran tesoro que representa la compañía de aquellos que  hoy forman parte de nuestros días, nos ayudará a comprender que aferrarnos al dolor aunque para eso sea preciso apegarnos al rencor o al odio no nos devolverá nada, salvo un inmenso malestar que con el tiempo no nos dejara vivir.

A la luz de este razonamiento es preciso recordar que el arrepentimiento no tiene mayor utilidad que mantenernos presos de un momento determinado de nuestra vida, si no somos capaces de mirar hacia adelante con el espíritu en paz no conseguiremos avanzar como adultos saludables, pues ésta es la tarea más difícil que todos tenemos en nuestras vidas.

Que tengas por delante siete días inolvidables y maravillosos sabiendo que el accionar de las personas no depende de nosotros pero si la forma en la que reaccionamos frente a determinadas situaciones; definirá nuestra propia salud interior. Hasta la próxima!!!!.




domingo, 14 de agosto de 2016

DONDE DESCANSA LA VIDA

Amigos:
Bienvenidos!!!, La vida sigue su curso, nos parezca o no, estemos de acuerdo o no; la vida esta pasando como agua entre las manos, sin que podamos hacer nada para detener un solo minuto de ella, Y cuántas veces habremos querido detener el tiempo especialmente cuando atravesamos esos días llenos de felicidad que de tanto en tanto se presentan en la vida, pero no podemos ni siquiera en esos momentos pues el tiempo sigue su curso.
Apenas hace unos días daba la bienvenida a agosto y ya estamos en la mitad del mismo, si; el tiempo pasa volando.... ¿También lo hacen nuestras vidas?.....

Sinceramente creo que si, nuestras vidas también pasan en un abrir y cerrar de ojos; ¿nos damos cuenta de ello?, considero que para poder  dar respuesta a esta pregunta lo primero sería pensar si realmente nos damos cuenta que estamos vivos.

Nuestras vidas se desarrollan alrededor de una hermosa dicotomía y es que desde que nacemos creemos que estamos vivos, pero nuestra existencia muchas veces se desarrolla muy lejos de la vida.
Parece ser toda una contradicción, lo cierto es que a lo largo de nuestros primeros años tenemos una idea más clara de lo que es sentirse vivos de lo que pasa en el resto de nuestra vida.

Que seamos poseedores del gran tesoro de la vida no nos garantiza que seamos expertos en vivir ese gran tesoro; uno no viene con un manual bajo el brazo, al cual consultar en cada momento de duda o dificultad que se presenta y las más de las veces elegimos el camino que nos aleja de esa vida que teníamos el deber de vivir.

Son muchas las elecciones que nos alejan o nos acercan a la gran experiencia de la vida; cada una de ellas requiere de nuestra parte una decisión y es que la vida misma es una elección, es una decisión. ¿Somos conscientes de ello? o nos dejamos arrastrar con la corriente como marionetas sujetas a la suerte o al rumbo que el mundo va marcando.

No se puede hablar de vida, sin tener que mencionar la palabra mundo, no vivimos como islas aunque muchas veces nos gustaría; a diario nos vemos sumergidos en la vorágine de los días que se desarrollan en un mundo carente de muchas cosas, principalmente de amor; es inevitable sentir que nuestras existencias languidecen enterradas por el "amor" al dinero, a la apariencia, a los placeres, a las posesiones.

¿Cómo puede vivir el alma en un mundo tan vacío?, la respuesta correcta que aparece en el horizonte de mis pensamientos es: Decidiendo vivir.
Uno puede dejarse arrastrar como un objeto inanimado, sin vida; o pelear aunque muchas veces eso signifique ir contracorriente, aunque a veces eso signifique que debamos agotar nuestros esfuerzos tratando de mantener esa maravillosa sensación de sentirse vivo a pesar de todo.

Amar nuestras pequeñas pero propias existencias puede significar la diferencia entre la vida y la muerte, se que muchas veces hemos escuchado decir que el amor es la mayor fuerza de todas y es así,  esto lo podemos experimentar claramente en la forma en la que enfrentamos nuestras propias batallas.
Elegir trabajar en aquello que nos llena de alegría en lugar de elegir un trabajo de muy buena paga es un paso de muchos que deberíamos dar en pos de esa vida que amamos.

Debemos tomar elecciones todos los días, siempre nos rondarán aquellos caminos que nos muestren vidas fastuosas llenas de lujos pero recuerden que siempre se pueden construir mansiones pero muy pocos construyen hogares.

Para poder vivir es preciso ver la vida tal cual es, empezar por cuidar el alma para poder enfrentar este mundo; pues solo las cosas que enriquecen el alma pueden mostrarnos el camino de la vida.
No todo aquel que tiene su propia vida en sus manos puede decir que esta vivo, eso solo se puede ver en la mirada de sus ojos, en aquel brillo donde descansa la vida, en ausencia del cual descansa la muerte porque la boca puede repetir muchas palabras, solo el alma le da vida a cada una de ellas. La diferencia entre una y otra siempre sera una decisión personal.

Que esta semana sea maravillosa!!!. Hasta la próxima.








domingo, 7 de agosto de 2016

ARCILLA EN LAS MANOS DE DIOS

Amigos:
Bienvenidos!!, Nuevo mes, finalmente ingresamos al octavo mes del año, ya no falta mucho para que debamos despedir también este año, y espero que así como vamos cerrando capítulos de nuestra vida años tras año, lo hagamos con cada uno de los meses como páginas llenas de nuestras vivencias que invariablemente no regresaran más.
Desde esta perspectiva es bueno que abracemos el perdón no solo a quienes hayan podido producir heridas profundas en nuestros corazones, sino para con nosotros mismos por todos aquellos errores que cometimos y que dejaron huellas hondas en nuestras vidas, saber perdonar y perdonarse es el único camino que puede devolvernos la paz interior. Ha iniciado un nuevo mes, ¿qué les parece si ponemos en práctica lo dicho?.

Atravesar cada uno de los días de nuestra vida no nos exime de tener experiencias dolorosas, despedir a alguien que se quiso mucho es una de las más difíciles de enfrentar, poder salir sanos de cada uno de estos momentos es más que una responsabilidad, un deber que tenemos para con nosotros mismos, sin embargo las más de las veces orillados por la situación somos presas de la desesperación y por consiguiente de la frustración, la tristeza y la sensación de abandono por parte de Dios no tardan en hacerse presente; si pudiéramos resumir todo en una sola frase sería: Sufrimos por nuestra falta de fe.

Escuchar que alguien nos diga eso, en momentos difíciles de nuestra vida, más aún si a cada momento musitamos oraciones hilvanadas una después de la otra; hace que realmente sintamos rabia, para con los demás, para con nosotros, para con Dios mismo.

Si, definitivamente estamos sufriendo, y aunque hemos estado rezando no vemos la respuesta de Dios, por lo menos no la que estamos esperando; pero se nos olvida que cada uno de nosotros somos arcilla en las manos de Dios, que hay momentos de nuestras vidas en los que aquello que pedimos coincide con la voluntad de Dios y otros en los que probablemente no podamos hacer nada mas que dejarnos guiar por su mano  hasta donde su voluntad nos lleve.

Ningún camino es completamente ausente de sufrimiento y ningún camino esta ausente de alegrías; lo que sucede con frecuencia es que oscilamos entre los dos extremos.
No es raro que nos convirtamos en presos de la desesperación cuando nuestras oraciones no tienen la respuesta esperada y es probablemente esa desesperación la que no nos permite escuchar lo que Dios nos esta diciendo, a veces solo debemos esperar y estar muy atentos para que esos momentos en los que el alma parece haberse adentrado en la oscuridad terminen por dar paso a la luz.

Solo somos arcilla en las manos del Señor, a veces jugamos a ser dueños de nuestro destino y éste esta depositado en las manos de Dios, poder aceptar esto en nuestras vidas podría significar la diferencia entre un espíritu sano de otro que esta enfermo, pues la constante "lucha" es lo que nos lleva a contaminar nuestro espíritu con rencor, con reproches, con tristeza, con frustración al punto de hacernos sentir lo seres humanos más inútiles, incapaces de controlarlo todo.

Si, evidentemente nunca podremos controlar lo que pase cada día, pero sí que podemos controlar lo que pasa con nosotros, la forma en la que enfrentamos aquello que desconocemos y la manera en que reconocemos que hay momentos en los que lo único que podemos hacer en sentarnos y dejar que Dios moldee nuestros espíritus de tal forma que podamos salir de cada situación adversa completamente sanos.

¿Podemos hacer algo?, si que podemos; aunque muchas veces esto signifique que no podemos cambiar nada, tal vez lo único que podemos hacer es dejarnos llevar por la marea alta durante la tormenta, pero invariablemente no vamos solos, pues Dios va junto a nosotros. Que podamos ver que esto es así, dependerá únicamente de la calma y la paz que tenemos como fruto de la aceptación de su voluntad y la seguridad de que será él mismo quien remedie toda situación pues solo somos arcilla en las manos de Dios.

Que este mes sea tan dichoso como sea posible!!!. Hasta la próxima.