domingo, 30 de octubre de 2016

HAY QUE SABER PERDER

Amigos!!!:
Bienvenidos. Los días de noviembre ya llegan, creo que son días que de alguna manera vienen acompañados de una cierta sensación de nostalgia, por el recuerdo de aquellos seres queridos que partieron a la presencia de Dios. El celebrar la fiesta de Todos Santos y con ella el día de difuntos no ayuda mucho.
Aunque yo también guardo el recuerdo de una persona muy querida para mí, es inevitable que no recuerde a mis amigos de cuatro patitas (Cooper y Perla) a quienes definitivamente todavía extraño muchísimo.
Contamos con la dicha de haber compartido al menos un tiempo de nuestras vidas con nuestros seres queridos; hoy ausentes, lo cierto es que ellos pasaron a ser fantasmas que viven en nuestros recuerdos, como nosotros también lo seremos algún día en el recuerdo de alguien más.....

Hoy precisamente quiero escribir sobre eso, los días grises no ayudan mucho cuando se trata de aligerar un poco la nostalgia; aunque uno haga un gran esfuerzo.
Hay que saber perder; creo que la frase suena tan irónica como realmente lo es su significado; pero ciertamente hay que saber que en la vida perderemos muchas veces y de muchas maneras. Perderemos cosas, perderemos personas, perderemos oportunidades..... perderemos.

Hace falta ser una persona muy fuerte para aceptar cuando algo se ha perdido, para no caer el vacío de la impotencia, para no tratar de recuperar de cualquier forma, para aceptar la voluntad de Dios.
Cuando pienso en ello, una sola pregunta asoma por mi mente: ¿Cuántas veces nos hemos comportado como niños mimados acostumbrados a tener siempre lo que queremos?.

Quisiera decir que nunca, pero ciertamente mentiría, sin embargo la derrota en una medida pequeña o grande es necesaria en nuestro camino, para recordarnos que no somos Dioses, para valorar lo que tenemos, para desechar la prepotencia, para recordar lo que es la humildad, para madurar y finalmente para aprender que la voluntad de Dios esta por encima de la nuestra.... afortunadamente lo esta!!.

La muerte sin embargo no es una de las experiencias que nos enseña a perder, porque la muerte realmente no significa una pérdida.
Ciertamente, cuando transmitimos condolencias tenemos la costumbre de decir "siento tu pérdida" y aunque realmente nuestro ser querido ya no estará más físicamente junto a nosotros, su presencia ahora vive en nuestros corazones, ¿se puede perder realmente cuando nos ha unido el inquebrantable lazo del amor?... NO.

Definitivamente, la muerte no representa en sí misma una pérdida, porque nuestra alma es inmortal, nuestro espíritu no conoce la muerte, entonces solo lloramos porque nuestros ojos humanos ya no los verán, pero nuestros espíritus sí que llevaran vivas sus presencias, porque como bien le dijo el zorro al principito: 

He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos.

Días de noviembre, es inevitable que una extraña melancolía se apodere de nuestra alma, pero si sabemos ver con el corazón realmente comprenderemos que la muerte no es una pérdida, es tan solo una invitación para que aprendamos a ver que nuestros seres queridos siguen vivos en nuestros corazones, que nuestras almas permanecerán unidas por el irrompible lazo del amor que es la mayor fuerza de todas.

Precisamente por ello, cuando de dar condolencias se trata elijo con mucho cuidado las palabras que utilizaré, cuando estoy en presencia de alguien que ha perdido a un ser querido elijo siempre decir: "Que Dios consuele tu corazón". 
Porque en definitiva la tristeza es necesaria, llevar el duelo es necesario para mantener la salud del alma, pero si la pena nos acompaña para toda la vida, jamás podremos ver que realmente no hemos perdido, jamás podremos ver con el corazón, porque en él ya habita solo la tristeza.

Que esta semana, inicio de mes; sus corazones se llenen de luz!!!. Hasta la próxima.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tomar un tiempo para compartir. Vuelve cuando quieras.