domingo, 6 de noviembre de 2016

ESA JAULA DE ORO DONDE SE ENCUENTRA EL CORAZON

Amigos:
Bienvenidos!!, ha iniciado el penúltimo mes del año, falta muy poco para despidamos este. ¿Hemos conseguido lo que esperábamos realizar este año?....
De una forma o de otra, lo cierto es que hemos vivido, con esperanza habremos aprendido muchas lecciones y habremos atesorado muchos momentos felices.

La palabra felicidad, ronda por nuestra mente mucho más que otras, hacemos todo por conseguir ser felices (o al menos eso creemos) y en ese camino perdemos de vista las verdaderas razones que nos hacen ser felices.
A lo largo de mi vida he conocido tantas personas, cada una con sus propios mundos; en eso también El Principito es es un libro muy acertado, pues  he conocido al menos algunas personas que viven en sus propios planetas y no consiguen ver más allá de ellos.

Hace unos días leí la historia de un perro que salvó la vida de su dueña, tras incendiarse su casa; los bomberos presumen que la dueña trato de salir y en el intento se desmayó, el perro ladró tan fuerte, sin moverse de su lado, los vecinos llamaron a los bomberos debido a sus ladridos y consiguieron apagar el fuego antes de que consuma toda la casa.
Hoy el perro esta en plena recuperación pero la vida de su dueña todavía se encuentra en mucho riesgo, los vecinos contaban que el perro fue adoptado y que nunca se separaba de ella.

La vida es simple, lo hemos dicho tantas veces. ¿Cuántas personas buscan el amor?, esta historia nos muestra una vez más que un amor como el que nos dan los animales no tiene precio alguno.
Las personas somos las complejas que creemos que la felicidad esta en muchas cosas complicadas, invertimos no solo nuestras fuerzas, invertimos nuestra vida misma en busca de ella para darnos cuenta (normalmente en el ocaso de nuestras vidas) que la vida y nuestra felicidad estuvo siempre muy cerca, en las cosas más simples.

¿Por qué no somos capaces de ver esto?, porque las personas buscan siempre aquello que no tienen, no consideran que a lo mejor es aquello que siempre estuvo junto a uno lo que realmente valía como el mayor de los tesoros.
Inician viajes con la única finalidad de regresar y exhibir a los demás la cuantiosa fortuna que se gastó en ellos, las fotos de todos aquellos lugares a los cuales pudieron ir, cuando en realidad tienen su corazón encerrado en una jaula de oro.

He conocido personas cuyos corazones han viajado tanto en cada vuelta de la vida, que hoy son poseedores de la mayor de las fortunas: El amor.

La mayoría de las personas son así, caminan por la vida convencidos de que hay que lucir ropas costosas para verse bien, hay que construir casas lujosas para demostrar que se vive bien, hay que transgredir a cualquier precio la libertad de todo aquel que tiene "menos" con tal de aparentar lo que uno vale.

Las personas así difícilmente podrían darse cuenta de lo que vale una persona porque nunca han estado en presencia de una que no tenga necesidad de exhibir nada pues lo más valioso que tiene lo lleva por dentro, porque la luz  que proyecta no se equipara a la joya más cara, porque aprendió que en la vida vale más una sola amistad sincera que mil adquiridas por dinero, porque habla con la verdad sin fingir ningún triunfo, sin ocultar ningún fracaso, porque recibió las bendiciones que Dios le dio y a ninguna le puso un precio.

A veces amigos, es triste ver cómo las personas hemos dejado de hablar entre nosotros porque ahora tenemos uno de esos "modernos equipos" que nos permite hablar con aquellos que tenemos a kilómetros de distancia, cuando ni siquiera sabemos cómo esta la persona que se encuentra a nuestro lado.

No amigos, ya no sabemos lo que es la vida, simulamos que estamos vivos, nada mas. Tal vez ya es momento de abrir los ojos a esa vida que nos estamos perdiendo por ponerle un precio a todo..... Tal vez sea momento de abrir esa jaula de oro en la cual hemos encerrado nuestro corazón.


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