domingo, 4 de diciembre de 2016

BASTA DE TANTO EQUIVOCAR EL CAMINO

Amigos:
Bienvenidos!!!, segundo domingo de adviento!!!, que época tan linda del año, nuevas oportunidades para mejorar el alma, para abrir las ventanas del espíritu y dejar entrar la luz tan necesaria en estos tiempos.
Yo quiero contarles que tuve un precioso inicio de adviento, no solo empecé con el encendido de la primera vela en compañía de mis seres queridos, sino que este año en particular tuve la magnifica oportunidad de acompañar también en el encendido de la primera vela de la corona de adviento en la casa de unos amigos muy queridos. Son las cosas lindas de la vida, poder compartir momentos que enriquecen el corazón y no el bolsillo.

Sin embargo el inicio del adviento, se vio ensombrecido por la triste noticia del avión que se estrello y que llevaba a la selección del club brasilero chapecoense. El mundo entero ha hecho eco de esta tragedia y desde mi humilde espacio yo también lo hago.

Las palabras no pueden devolver la vida, tampoco pueden regresar el tiempo pero en definitiva pueden cambiar la vida de una sola persona y sino son los momentos los que lo logren al menos que sean las palabras las que calen hondo en aquellos cuyas almas estan preparadas para cambiar su rumbo en este mundo.

A estas alturas se conoce la razón por la cual el avión se estrello; tal vez nunca sepamos porque el piloto tomó la decisión de no declarar emergencia a tiempo, después de todo son demasiadas las cosas que se esconden a la luz del sol en este mundo lleno de almas rotas a causa de un poco de dinero.

Lo que si sabemos es que abordaron ese avión más de 70 personas cuyas vidas eran enriquecidas por el cariño de sus seres queridos, muchos de ellos comprendían bien de la fatiga y la perseverancia cuando se trata de ir en pos de los sueños, me rehúso a creer que todos esos sueños se hayan roto, pero cierto es que así fue.
Una sola decisión le costó la vida a mas de 71 personas que subieron a ese avión con el corazón lleno de alegría, con esperanza, con ganas de hacer bien su trabajo.... de hacer bien su trabajo.

Esas palabras retumban en mi mente porque el esfuerzo de estas personas se vio recompensado con la posibilidad de jugar una final con la que muchos de ellos habrian soñado desde la infancia, cuántos de ellos habrían imaginado jugar la final del mundial de clubes frente al Real Madrid. Ahora todo ha quedado ahí, en el mundo de los sueños imposibles, no porque no se puedan realizar, más bien porque ya nunca se podrán realizar... los designios de Dios son indiscutibles, es difícil aceptarlo pero es así.

Lo que en definitiva no se puede aceptar es que continuemos por la senda del egoísmo, de los intereses de unos cuantos que perjudican la vida de una gran mayoría. Lo que en definitiva no se puede aceptar es esa irresponsabilidad con la que vivimos cada uno de nosotros, esa falsa idea de que nuestras vidas y nuestras acciones no interfieren en la vida de los demás.

El accionar de uno solo de nosotros puede en definitiva perjudicar a muchos. No se trata de señalar con el dedo cuando este tipo de tragedias se producen, lo que hace falta es sentarnos a pensar a cuantas personas le hemos quitado sus sueños a cambio del nuestro.
Tenemos que sentarnos a pensar que nada esta por encima de nadie, que celebrar lo incorrecto, lo deshonesto, lo inmoral jamás nos llevará a cambiar para bien la vida de nadie, ni siquiera la nuestra.

Uno lee por ahí muchas noticias y el comentario de las personas después de estas noticias; con relación a esta última tragedia en particular me encontré con un titular que decía: Selección del chapecoense asesinada al estrellarse su avión, al final del artículo muchos comentarios de muchas personas reaccionando airadamente sobre lo ocurrido.
Bueno resulta que uno puede también matar a una persona con mentiras, que uno también puede matar a una persona con traiciones, que uno puede matar con egoísmos, que uno puede matar con actos de corrupción y qué decir de las mil formas en las que las personas contribuyen a matar también la fe en aquellos que tratan de mantener su espíritu a flote.

Cada vez que una sola persona hace trampa para pasar un exámen o para conseguir un trabajo, cada vez que alguien recibe dinero para pasar de largo algo indebido, esta destruyendo su posibilidad de realizar grandes cosas por el bien de los demás, esta lanzado por la borda la posibilidad que Dios le dio de realizar bien su trabajo.

Hace falta empezar a corregir cosas, pero también hace falta que empecemos a ver más nuestra propia vida y el modo  en el cual la llevamos adelante, porque si de señalar con el dedo se trata tal vez haya que empezar por señalarnos en el espejo.

Basta de esa hipocresía con la que hemos cubierto nuestras propias y tristes vidas, basta de pensar solo en el bien personal, basta de elegir una mentira por pequeña que sea solo porque somos incapaces de decir la verdad, no sea que un día nuestra existencia este cobrando la vida de muchas personas que se dedicaron al esfuerzo y al trabajo, que conformaron familias como tu lo hiciste un día.... BASTA DE TANTO EQUIVOCAR EL CAMINO.

Resulta que hoy los titulares los cubre la tragedia del chapecoense, ¿cuáles serán después?; no hace falta sentarse a espectar la siguiente noticia que sacuda al mundo entero, lo que hace falta es empezar a limpiar la casa por dentro, hace falta ser mas honestos, hace falta concientizar que tu tienes tanto derecho a vivir tu vida como la tienen los demás, que los trabajos se ejercen porque tienes experiencia, conocimientos y no contactos, que los títulos se adquieren porque estudiaste y no porque hiciste trampa, que existen leyes, que existen reglas que fueron hechas para que tú las obedezcas y que no vayas por el mundo creyendo tontamente que puedes quebrantarlas a tu conveniencia.

Hay que dejar de respetar al corrupto solo porque tiene dinero, hay que dejar de celebrar al que engaña solo porque esta "bien acomodado".
Padres empecemos a educar a los hijos bajo la mirada de la honestidad, de la verdad y porque no decirlo de la humildad que esta jamás cobro la vida de nadie, basta de fingir que hacemos familia, si no estamos para enseñar a los hijos con el ejemplo, vivimos en medio de sociedades tan baratas que ya se ha hecho costumbre desempeñar trabajos cuyas funciones desconocemos plenamente, basta de recibir dinero y aprobar lo incorrecto... BASTA.

Hoy me despido con la esperanza de que uno solo de ustedes que esta semana leyó esta humilde entrada recapacite sobre lo que esta haciendo mal en su vida, con la esperanza de que uno solo de ustedes regrese sobre sus pasos y reconozca sus errores, porque mirar los errores de los demás es lo más sencillo, corregir los nuestros es lo más difícil. Hasta la próxima.









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