domingo, 7 de octubre de 2018

DESPIERTA

Escribo mientras las preciosas notas de una melodía de Fréderic Chopin me acompañan, mi alma se emociona con cada nota y pienso que cada uno de nosotros tiene ese don, ese talento, esa cualidad, esa virtud particular con la cual la vida se hace más bella y el mundo se convierte en un mejor lugar.... son tantas las almas virtuosas que se han extraviado en un mundo banal y material.

Me pregunto ¿por qué extraviamos el camino?, creo que porque la vida no es fácil, porque ya nadie recorre el camino antes que nosotros. Desde hace algún tiempo que estoy trabajando con un grupo de jóvenes y aunque el proyecto me emocionó mucho al principio, cada semana se me va haciendo mucho más difícil, ¿por qué?, porque a mis años mi mirada de la vida es muy distinta a la que tenía a mis 17, porque comprendo lo que pasa por la mente de esos jóvenes, y les entiendo porque son las mismas cosas que yo pensé en su día: Ingresar a la universidad y obtener una profesión que me abra las puertas a un muy peleado mundo laboral en el que consiga un empleo muy lucrativo, destacarme en mi empleo para poder ascender poco a poco hasta llegar al puesto más alto.

Hoy las cosas son muy distintas, hoy veo la vida desde otra perspectiva porque nada de eso consiguió transmitirle vida a mi alma, porque debí empezar por preguntarme ¿qué era lo que realmente me gustaba hacer en la vida? y pelear por ello, construir mi propia hazaña y por que no, contarla a los que vengan detrás, recorrer el camino para poder mostrárselo a quienes venían después..... A mis 17 años solo seguí el consejo de gente que me mostró su propio camino, se les olvido decirme que ese camino nunca les lleno de felicidad, creo que su idea de "bienestar" llegaba hasta ser una pieza más de un sistema.

Trabajar con esos jóvenes y ver la ilusión que les supone imaginar un futuro que escasamente llenará sus almas de alegría, me invita a hacer un trabajo mucho mayor, me invita a decirles que es posible tener lo mejor de los dos mundos, que es posible lanzarse a la gran hazaña de construir sus vidas sin dejar de lado el disfrute que reporta hacer lo que a uno realmente le gusta, aquello para lo cual el tiempo no existe....

Sin embargo me enfrento a las "conductas heredadas", las mismas a las que yo me aferré un día pensando que esa era la forma con la que debía desarrollar mi vida, después de todo, los consejos y las palabras de aliento provenían de personas que me querían, ¿por qué hubiera dudado?.
Un trabajo que al principio me llenó de alegría hoy me invita a trabajar el doble para que este grupo de jóvenes pueda ver al menos otra perspectiva y pueda tomar una decisión mucho más segura y pienso en todas las almas que se perdieron en el camino, en esas almas que hoy miran sus vidas y tienen un cúmulo de frustraciones, aquellas almas que aún hoy se niegan a aceptar que no conocen la vida, que tan solo se dejaron arrastrar por el remolino de una "normalidad" que anestesio sus mentes al punto de la indiferencia.

Debo decir con pesar que ya no veo personas tratando de defender sus propias ideas, ahora me encuentro con personas que repiten discursos encendidos en los que escasamente creen, el cambio climático es un problema de nuestros días y las personas vivimos como si tuviéramos otro planeta al cual mudarnos. Las mentes se han anestesiado porque las almas han dejado de comunicar cosas.

Una frase de Paulo Coelho ha estado rondando mi mente y se las dejo como una invitación para que abracen la vida para la cual nacieron. 

"Un día o día uno. Tú decides"


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