domingo, 14 de octubre de 2018

¿QUE HARAS CON EL RESTO DE TU TIEMPO?

Recuerdo especialmente la primera vez que ofrecí una conferencia, llevaba por título "la alegría de estar vivos" y agradezco que me haya tocado un público muy receptivo, posteriormente dí muchas más, incluso la misma a diferentes públicos, pero esa en particular se queda grabada en mi alma, porque era la primera vez que me dirigía a un público presente para hablar de temas relacionados a la vida y ese lado que dejamos de ver por las prisas de la vida: El Alma.
Lo había hecho con anterioridad, pero se trataba de un programa radial, una vez a la semana;. Al finalizar, recibía llamadas de personas a las que les había gustado mucho el tema que se había tratado, mi alma se llenaba de emoción al saber que había conseguido afectar las vidas de aquellas personas al menos un poco para bien, pero aquel día pude ver sus reacciones en persona, la emoción que sentíamos todos!!.

Hoy no se cumple un año más de aquella conferencia, no: entonces ¿por qué te comparto ese momento? porque decidí que esta semana te recordaría que aveces dejamos pasar esos momentitos en los que estuvimos felices y en cambio acumulamos la pesada carga de los días cotidianos que se suman uno tras otro.

Si no modificamos comportamientos, la pesadez se acumula con los años hasta que el agotamiento nos pasa una factura muy costosa: Nuestra salud.
Nuestra salud emocional y por ende la salud física; quiero que mantengas ese orden en tu mente porque el alma empieza a enfermar antes de que se manifiesten las enfermedades físicas. Alguien por ahí me dirá que el alma no puede enfermar, menos aún morir; claro estaría en la razón, pero el alma enferma cuando deja de comunicar cosas, cuando deja de hablarnos, cuando en suma dejamos de alimentar al corazón con todas las emociones positivas que dejamos de sentir, y muere cuando uno ya no es capaz de sentir nada bueno.

Y finalmente he llegado al tema del cual quiero escribir hoy, esa palabra en la que a nadie le gusta pensar y sin embargo esta cobrando más vidas año tras año, la enfermedad; se a cual sea ésta.
Haciendo un pequeño estudio en mi entorno llegué a la conclusión de que ya no existe nadie que no conozca al menos a una persona que este enferma de algo y quiero recalcar en ese "algo" porque a veces engañamos a la mente cundo decimos "es solo un dolor de cabeza" o "es solo un resfriado".

Lo cierto es que las alarmas de nuestro ser deberían encenderse ante cualquier malestar, pero dejamos pasar el tiempo, seguimos ignorando al alma hasta que un día aparece una enfermedad mucho más grave y lo primero que hace uno es sentir temor ante la posibilidad ahora "muy tangible" de que su vida vaya a terminar, entonces uno empieza a ver que aún quedaba tanto por hacer y no tarda en llegar la tristeza, todas emociones negativas que contribuyen a empeorar su situación.

Yo creo que la muerte asociada a una enfermedad grave, es una posibilidad sí; pero no de la forma en que uno lo ve en ese momento, lo que realmente se anuncia es la muerte de la persona que fuimos hasta ese momento, de todas las cosas que hicimos mal hasta ese momento y lo vemos tan claro que es innegable aceptar que veníamos desaprovechando una vida muy rica de bendiciones. No hay razón para temer, no hay razón para pensar que ya no tenemos tiempo porque aún en medio de ese escenario que parece orillarnos al límite de nuestra fortaleza, aún en ese momento, se nos esta presentando una persona nueva, una a la que muy posiblemente conocimos cuando eramos niños y aunque parezca algo muy difícil hay que darle la bienvenida, abrazar a esa persona "extraña" que fuimos nosotros mismos un día.

Las enfermedades solo llegan para recordarnos que necesitamos cambiar muchas cosas en nuestra forma de vivir, para recordar que la primera persona más importante de nuestra vida somos nosotros mismos, que nosotros debimos ser los primeros a los que debíamos querer y consentir; simplemente debimos ser NUESTRO PRIMER AMOR.

En conclusión quiero que empieces a recuperar todo aquello que perdiste, empieza a sumar emociones, recuerdos felices, alegrías, sueños, afectos, llena tus días de todo lo bueno, empieza a ver las enormes bendiciones con las cuales cuentas!!!!. Y ya para terminar te digo una sola cosa: 

Si aceptamos de mal agrado que pasan cosas malas en la vida, ¿por qué no CREEMOS que también pasan cosas buenas?

Tú mismo podrías ser algo bueno para alguien, empezando por tí; ¿qué harás con el resto de tu tiempo?.





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