Hace unos días alguien me contó que un día de tantos, llevada por la prisa tomó un taxi, conocía a la perfección lo que debía cancelar hasta su destino, pues esa ruta la había hecho con anterioridad en varias ocasiones, "siempre por el mismo precio" me decía mientras yo me preguntaba a dónde conducía la historia, imagino que igual que tú en este momento.
Esta persona continuó su relato diciéndome que el conductor del taxi era una persona mayor, cuando finalmente llegó a su destino le ofreció un billete que representaba el doble de su tarifa, a la espera de que le entregue el cambio, cuando finalmente el conductor lo hizo, esta persona descubrió que el conductor le cobro la tarifa normal más el doble de la misma, "el conductor sabía que me estaba cobrando demás porque esperó a que yo le reclamará" me dijo; para mi sorpresa esta persona no estaba enfadada, no estaba alterada en modo alguno, pero sí se veía triste. "Yo no le reclame, agarré el dinero y me fui, el resto del día no deje de pensar cómo era posible que una persona llegue a los años de ese hombre para engañar de esa manera", entonces comprendí su tristeza; "tu me dices que es posible que las personas cambien para bien, yo creo que nunca lo harán", su mirada se torno gris mientras me miraba a la espera de una reacción de mi parte, yo atiné a decirle, ¿sabes por qué creo que es posible mejorar este mundo?: Porque existe gente como tú.
Lamento que las pocas personas que tratan de hacer lo correcto tengan que pasar por este tipo de experiencias, pero es cierto; la mayoría de las personas se han enfermado de codicia y falsedad, de entre muchos males que hoy son muy comunes, con franqueza me preocupa que estas enfermedades del alma, luego se transmiten de generación en generación, porque una sola acción enseña mucho más a un niño que mil palabras.
Uno ve a las personas y se pregunta ¿por qué es tan difícil ser simple?, porque pensamos en regalos costosos, porque llenamos nuestra casa de lujos, porque preferimos gastar cantidades enormes de dinero en vestimenta, autos o lo que fuera. ¿ Por qué nos preocupa más la marca del café que la persona con la cual lo estamos compartiendo?.
¿Saben cómo llegue a hacerme esta pregunta del café?, primero porque participé de una reunión "social" a la que asistimos por lo menos unas 10 o 12 personas, el tema de dicha reunión de "amigos" se centró en la marca del café que la mayoría estaba degustando, la persona que nos invito comentaba cómo había comprado el café en uno de sus muchos viajes, mientras yo miraba las caras de las personas que resaltaban el sabor del café, yo no podía comprender cómo era posible que estemos pasando tiempo de nuestras vidas de esa forma.
Entonces comprendí que no es el "café" es la compañía; porque pensé en una persona a la cual quiero con el alma y que desafortunadamente esta muy lejos de mí, pensé que yo podría tomar un vaso de agua con esta persona sintiéndome inmensamente feliz, porque finalmente tendría la oportunidad de conversar con esta persona de cerca, no; no es el "café" es la compañía.
A mis años valoro que aún hayan personas que son capaces de dejar un trabajo seguro porque priorizaron el tiempo con sus familias o porque creyeron que no era un buen trabajo para ellos, valoro que hayan personas que no piensen en el precio del regalo sino en la persona que se los entrega, valor que aún hayan personas que sienten tristeza cuando ven a otra engañando, valoro que hayan personas que aún hacen un trabajo honesto y defienden lo que es justo; creo que personas así aún existimos en el mundo, que posiblemente no la estamos pasando lo mejor posible, pero indudablemente cada uno de nosotros somos verdaderos tesoros y quizá por ello seamos pocos.
Porque sé que aún existen personas con tales cualidades, que merecen ser llamados Seres Humanos, es que creo que este mundo puede ser mejor.
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