domingo, 27 de enero de 2019

HONRAR LA VIDA

Han resonado mucho en mi mente, las palabras de aquel poema de John Done: ... Muerte, tu morirás. 
No puedo decir que mi corazón este ausente de tristeza, pero sí que puedo decir que en estos últimos días trato de verle un nuevo rostro a la muerte.... Muerte, tú morirás!!. Estas palabras son el más maravilloso manifiesto a la vida. Siempre he creído firmemente en el alma, esa parte de cada uno de nosotros que sobrevive a la muerte. Sufrimos porque ya no vemos con los ojos del mundo, pero el alma, tiene la capacidad de comunicarse con aquellos que amamos y ya no están.

Ayer escuché un hermoso mensaje: Una vida siempre estará tejida junto a otras vidas, me gusto tanto esto, que hoy empiezo a dimensionar el mundo desde una perspectiva distinta, porque nada se pierde del todo, porque cada uno de nosotros estamos plasmados de alguna manera en la vida de aquellos que se han cruzado en nuestro camino.

Las personas dejamos un legado que va más allá del lazo de consanguinidad, jamás sabremos el infinito alcance que pueden tener nuestras palabras, nuestros consejos, nuestra forma de ser o de actuar.

No desaparecemos del todo de este mundo, vivimos en ese recuerdo de las palabras que dijimos un día, de las forma en la que reaccionamos ante un evento determinado; lo que trato de decir es que en suma la vida siempre se impondrá a la muerte aunque ésta pretenda arrebatarnos a un ser amado.

Que nuestras vidas sean una celebración constante de ese soplo de vida que habita en nuestra alma, que las lágrimas no sean eternas, más por el contrario que esa tristeza se torne en fuente de alegría, porque la vida nos sorprende cada día, porque así como fuimos felices un día, lo seguiremos siendo en la memoria viva de alguien más.

Una vida esta tejida a otras vidas, la muerte es solo un paso estacional, mientras nos reencontramos con nuevas formas de seguir celebrando la vida. Hoy tengo el corazón triste, pero retumba en mi mente una de las últimas charlas que sostuve con mi padre: "No vivas en el pasado, porque ese tiempo ya no está más, se fue, no volverá, no pienses en un futuro que vivirás cuando llegue el momento. Vive, en este presente que tienes, en este día que que se te presenta hoy".

Vivir en este presente con su ausencia es difícil porque me invita regresar a un pasado feliz, que hoy deja una estela de tristeza, pero mi padre tenía razón, porque abrazar este presente es también honrar la vida, es honrar su vida, es saber que hoy cuento con el amor de quienes aún siguen en este camino conmigo, vivir este presente es honrar el recuerdo de mi padre con cada uno de mis actos, vivir este presente es mirar de frente a la muerte y decirle con absoluta convicción: MUERTE, TU MORIRAS!!.

“Hay que mirar hacia delante y “lanzar las penas al viento”; al fin y al cabo, la tristeza reside en uno mismo y no depende del exterior. La vida es como el tiempo, tienes que aceptarla tal como venga".
(Walt Whitman)




domingo, 20 de enero de 2019

CUANDO EL VIAJE LLEGA A SU FIN

Hoy es uno de esos días que no quieres que lleguen jamás, transitar la senda del dolor al tener que despedir a una persona que ocupaba un lugar muy grande en tu corazón, es en definitiva una de las cosas más difíciles que cualquier ser humano pueda atravesar.

Formularte la pregunta: ¿cuál es la persona más importante que conoces? puede tener un cúmulo de respuestas, pero ¿cuántas de ellas asocian la importancia al amor?, estos días me han servido para darme cuenta que la persona más importante que uno conoce en su vida es aquella que ha sabido ganarse un lugar en tu corazón.

Decirle Adiós a mi padre, posiblemente es una de las cosas más tristes que he hecho hasta ahora, pero esta tristeza llega con un sabor agridulce, porque es precisamente esta tristeza que hoy ocupa mi corazón la que me recuerda toda la felicidad que compartí con él.
Su viaje en esta vida llegó a su fin, su capítulo se cerró en mi vida pero deja un cúmulo de dicha, de recuerdos felices, de esa magia con la que solo las personas que han sabido ganarse un lugar en corazón de uno, son capaces de dar.

Fue solo hasta que muchos conocidos me dijeron que a mi no me faltó nada por decir o compartir con mi padre, que me dí cuenta de toda la vida que había compartido con él.
Hoy tengo el corazón triste pero en calma porque sé que no dejé que la vida de esta persona pasara desapercibida en la mía, porque disfrute de todas las hermosas virtudes con las cuales Dios adorno el alma de mi padre.

Su viaje llegó a su fin, como con seguridad un día también terminara el nuestro.  ¿De cuántas personas estas disfrutando tu?, no desperdicies los regalos de Dios solo porque estás inmerso en la rutina de los días, abraza la vida en toda su dimensión, porque un día tarde o temprano terminará.

Que las personas que amas no pasen en tu vida, sin que hayas llenado tus días con muchas horas felices en sus compañías. Posiblemente el último día de sus vidas empañará la luz con la que iluminaron la tuya pero los destellos que dejaron plasmados en los recuerdos de los días felices contigo serán la luz que te dará paz y te conducirá a sanar la herida de su ausencia.

(Mario Benedetti)



domingo, 13 de enero de 2019

HAY QUE SOLTAR EL CONTROL

Me puse a pensar que la preocupación debe ser sin lugar a dudas la causa número uno que atenta contra nuestra paz y tranquilidad, esto incide en nuestra toma de decisiones e incluso en nuestra calidad de vida.
Uno no se da cuenta de cuánto le van restando a cada uno de nuestros días las pre ocupaciones que alimentamos a diario, hasta que sobrevienen los otros factores: Frustración, desesperanza, crisis de fe, angustia, tristeza hasta que finalmente sobrevienen las enfermedades físicas, esto, porque nosotros no nos damos cuenta que antes ya estábamos enfermos. El alma también enferma, el problema es que nos hemos mal acostumbrado a ignorar esa parte de nuestra persona.

En este tiempo en el que me encuentro, he estado repitiéndome una sola cosa: "Un día a la vez", esto porque tendemos demasiado a imaginar escenarios sobre un futuro que apenas conocemos, es irrisorio que desperdiciemos nuestro tiempo y nuestros pensamientos preocupándonos por escenarios a los que posiblemente jamás llegaremos.

Se hace presente una pregunta muy necesaria: ¿Por qué no somos capaces de dejar de preocuparnos?, sencillamente porque nos hemos contado demasiadas veces la historia de que nosotros "tenemos el control", pensamos que controlamos todo, cada cosa que hacemos están destinadas a alimentar esa mentira, hasta que la realidad nos muestra que lo único que realmente podemos controlar, es la forma en la que nos conducimos y reaccionamos ante la vida.

Un día lluvioso es totalmente distinto para dos personas, una bien puede disfrutar de la lluvia y mantener una actitud agradecida con la posibilidad de caminar bajo la lluvia, pero para otra será la peor cosa del mundo, porque teniendo mucho que hacer, encima tendrá que mojarse con la lluvia.
Ninguna de las dos personas tiene la capacidad de controlar el clima, pero tiene la capacidad de enfrentar cada día con la mejor actitud, que eso sí que depende de cada uno.

"Para tener el control, hay que dejar el control"

¿Qué piensas de eso?; me gusto tanto esta frase, sencillamente porque no controlamos el destino, ni siquiera el nuestro, no controlamos el clima, no controlamos la forma de actuar de las personas, no controlamos lo que aparentemente creemos controlar, solo tenemos absoluto control sobre cada uno de nosotros, sobre todas las maneras en las cuales podemos reaccionar ante determinados eventos.

Se hace necesario soltar la pesada carga del "control" porque no hay nada más nocivo que todo el malestar espiritual que sobreviene de la frustración cuando vemos que nada absolutamente nada de lo que hacemos o podemos hacer cambia una situación determinada, por grande o pequeña que sea.
Desde la calma, la tranquilidad, la paz; uno es capaz de tomar las mejores decisiones para uno mismo, sabiendo que posiblemente existan escenarios presentes con los cuales no nos sentiremos cómodos, pero indudablemente necesarios para fortalecernos.

Para todos aquellos que tratamos de fortalecer nuestra fe, aceptar que no controlamos nada fuera de nosotros es aceptar que Dios es realmente quien controla todo aquello que nosotros no, esto alienta el alma porque dejar a Dios ser Dios, nos deja la tranquilidad de saber que nos mueve su amor, y nadie que ama a otra persona haría algo para que esta persona sufra.

Sea cual sea la visión que quieras darle a esto que comparto contigo; piensa y práctica un poco más que lo único que realmente puedes controlar es la manera en la que reaccionaras ante cada situación que se te presenta y actuar en consecuencia de ello, eres tú quien elige enfrentar cada uno de sus días en calma, disfrutando al máximo la vida pero sobre todo aceptando que en la historia de nuestras vidas, existen un cúmulo de eventos que iremos conociendo conforme vayan presentándose en nuestro días, eventos que no controlamos, pero que no necesariamente tienen porque quitarnos la paz.

Elimina de tu mente la idea de que cada cosa que no controlas podría implicar una consecuencia negativa, depende solo de tí la forma en la cual reaccionas ante la vida.

"Yo sé que no puedo desplazar con mis propias fuerzas las paredes de mi habitación, lo que sí puedo hacer es cambiar mis muebles y con ello he cambiado la habitación "
(Mario Alonso Puig)








domingo, 6 de enero de 2019

FAROLAS EN LA NIEBLA

Es la celebración de Reyes y me toca recibirla en medio de días grises, de esos que nadie nunca espera encontrarse, pero como siempre he compartido en este espacio, son de estos tiempos que uno saca grandes lecciones, creo con absoluta seguridad que es cuando más vemos a Dios en nuestras vidas, como una pequeña farola que se enciende en medio de la niebla.
Este tiempo me ha servido para pensar que Dios siempre esta en control del barco de nuestras existencias, sean cuales fueren las aguas en las cuales naveguemos.

Son los días grises y las grandes tempestades las que nos arrebatan la paz y la calma. El pasaje de pedro pidiendo la ayuda de Dios, desesperado en medio de una terrible tormenta que esta apunto de volcar su embarcación; es un claro ejemplo de ello, ¿acaso no acudió Jesús en su ayuda?, ¿acaso no apareció caminando sobre el agua e invitando a Pedro a que lo siga?.

El problema en el que siempre caemos, es que se nos olvida que él siempre esta presente y sabe a la perfección lo que esta haciendo, nosotros cegados por la desesperación sentimos que nos ahogamos, tenemos miedo, es humano sentirse así; pero la Fe debe sostenernos en pie y por ello siempre he considerado que aunque la Fe es una palabra muy pequeñita y fácil de decir, practicarla es otro cuento; comprender el verdadero significado de esa palabra y aplicarlo en nuestras vidas es lo que verdaderamente marca la diferencia en tiempos grises.

En estos días, hubo alguien que me pregunto: ¿Qué es lo que quieres que haga Dios? y yo respondí que no se trata de lo que yo quiero, sino de ¿cuál es su voluntad?, fue una conversación relativamente curiosa porque no el tema salió de una conversación amena y sutil pero los caminos de Dios son así, jamás sabrás cuando él esta esperando que comprendas algo que debes comprender.

Aunque esperar que se haga la voluntad de Dios y aceptarla requiere una gran dosis de Fe, lo cierto es que la primera pregunta encierra un gran significado, a veces perseguimos tanto la idea de lo que "queremos" que no nos damos cuenta que Dios ya nos dio lo que le pedimos, aunque no de la forma en la que esperábamos.
¿De cuántas maneras dejamos de observar todas las bendiciones con las que contamos por andar esperando que todo sea exactamente como lo imaginamos?, en muchas ocasiones nuestras "grandes expectativas", son las que precisamente nos llevan a nuestras más "grandes decepciones" y todo porque no somos capaces de ver que la vida esta fluyendo, que no se detiene y que a su paso trae consigo aquello que esperamos aunque de una forma diferente.

Nuevamente, son las prisas, las rutinas, las cosas de este mundo; las que evitan que veamos con los ojos del alma, que "realmente" veamos que en realidad todo esta bien, porque todo esta como debería estar. Comprender una vez más esto, es lo que hizo que recupere nuevamente mi calma, que la paz vuelva a instalarse en mi y desde ahí poder ver objetivamente que se ha andado un buen trecho del camino, y que esa andadura trajo consigo un cúmulo de bendiciones.

Quizá sea por ello que hoy haya llamado tanto mi atención recordar que los Reyes Magos encontraron a Jesús aún cuando la estrella de Belén había dejado de brillar....