domingo, 24 de febrero de 2019

NUEVOS CAPITULOS POR ESCRIBIR

Resulta que hay que saber vivir, curiosa afirmación, lo sé; pero tan cierta como que despiertas cada nuevo día. Si algo sabe la gente es hablar, creo que se viven muchas soledades, lo pienso porque las personas sienten una extraña necesidad de conversar, bien sea con la persona que tienen a su lado mientras van en el bus, o con la persona que les atiende en cualquier negocio, en fin; existe una extraña necesidad de conversar y es en estas conversaciones eventuales que uno se da cuenta que hay muchas formas en las que perdemos de vista la vida o por lo menos se nos pierde de vista nuestro conocimiento sobre el "saber vivir".

El problema es que dejamos que todo nos afecte, he conocido muy pocas personas que han comprendido lo que realmente significa "cerrar un ciclo", a la mayoría le cuesta aceptar cuando una etapa ha llegado a su fin, nos perdemos en los recuerdos, nos perdemos en la eterna pregunta: "¿Y si hubiera hecho las cosas de diferente manera?", nos perdemos en la consiguiente culpa y así no tardan en aparecer otros "demonios" que poco a poco van minando el alma al punto que ya no somos capaces de ver que aún hay vida, que aún hay muchos días por vivir, por llenar de nuevas experiencias.

Es preciso saber comprender que la vida se vive en ciclos, incluso nuestro tiempo cerrará un ciclo en la vida de alguien más, y es que el fin de nuestros días, será el fin de un capítulo en la vida aquellos que con suerte nos habrán guardado en un pedacito de sus corazones.

Para no perder de vista la vida, hace falta comprender algunas cosas, una de ellas es reconocernos como seres imperfectos, con seguridad cometemos errores, pero también tenemos muchos aciertos; no hay nadie cien por ciento defectuoso, tampoco cien por ciento acertado.
Alimentar la culpa solo nos restará tiempo, solo mellará el alma, no tiene mayor utilidad que postrarnos en un escenario completamente derrotero, porque en muy contadas ocasiones se puede enmendar un error, no se puede regresar el tiempo atrás, lo que sí se puede es aprender de los errores, si acaso ofrecer una disculpa con la esperanza de que la otra persona comprenda que uno no es perfecto, pero invariablemente aprender de nuestros errores es la primera manera de abrazar esa vida que aún hace que lata nuestro corazón.

Lo siguiente es saber que la vida no da marcha atrás por mucho que uno recuerde una y otra vez algo que salió mal, por mucho que uno siga al pendiente de un trabajo en el que ya no estamos más, por mucho que aún mantengamos comunicación con ex compañeros de trabajo. La vida simplemente sigue, no espera, no regresa en un solo minuto, simplemente sigue, la pregunta es: ¿Tu sigues con ella?.

Voy terminando el libro de Daniel López Rosetti "Emoción y Sentimientos", una lectura que realmente aprecié en cada página, porque a menudo se nos olvida que nuestras emociones juegan un rol muy importante en nuestra vida, porque suponemos erróneamente que solo porque los análisis médicos muestran que estamos saludables, realmente lo estamos.
Creemos que la pena o la ira, por mencionar algunas, son cosas que pasaran con el tiempo cuando en realidad lo único que hacen con el tiempo es incrementarse y enfermar el alma, como cualquier otra enfermedad que no se trata a tiempo.

La vida hay que saberla vivir, saber darse cuenta que un ciclo llegó a su fin pero que otro nuevos están por empezar, que uno no se acaba solo porque se cerró un capítulo, hay que saber que a veces disfrutar de un simple helado en una calurosa tarde de verano puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Somos seres con una impresionante capacidad de crear, pero sobre todo de amar y ese amar debería suponer que amemos la persona que somos, que también nos hagamos regalos o nos hablemos con afecto, que seamos nosotros los primeros en aceptar nuestros defectos y comprender nuestros errores, que estemos atentos a la maravillosa  persona que somos, a las virtudes que no solo enriquecen nuestras existencias, también la de aquellos que están junto a nosotros.

La vida no se terminará porque un capítulo se terminó, pero la vida muchas veces se asienta en elecciones que uno va tomando. La primera responsabilidad que deberíamos tener es se felices, con aquello que tenemos hoy, con todas esas cosas que hoy forman parte de nuestros días, con todo aquello que nos llena de vida y ese bienestar debería ser el combustible que nos lleve a buscar nuevos caminos en pro de nuestra felicidad, hasta que el último de  nuestros días llegue; porque indudablemente llegará bien sea que lo recibamos con gozo y gratitud por la vida que tuvimos o con amargura y reproche por la vida que no supimos vivir.

Cada nuevo día es una apuesta para tu felicidad, que tu principal desafío sea encontrar nuevos caminos, nuevas ilusiones, nuevos sueños, nuevos capítulos por escribir!!!.





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