domingo, 31 de marzo de 2019

UN SOLO SEGUNDO

"La nostalgia del futuro", me quedé pensando en esto que leí, que de por sí es una tremenda contradicción!!, pero cuando comprendí el contexto en cual fue utilizada esta expresión, le dí toda la razón.
¿Cómo se puede sentir nostalgia por un tiempo que ni siquiera se ha vivido?, es lo primero que me pregunté, pero la lectura nos orientaba a reflexionar sobre los tiempos en los cuales nuestra confianza reposaba en un futuro que imaginábamos provisorio al que no le faltaba la felicidad.

Si, es cierto; se puede sentir nostalgia sobre un futuro que a todas luces nunca llegó; habiéndolo aceptado, es necesario preguntarse, al menos dos cosas: ¿Cuántos años teníamos cuando imaginábamos que el futuro sería un tiempo al que el alma ansiaba llegar a toda costa? y ¿qué pasó con los años que ese futuro se nos fue esfumando de las manos como humo?.

Ayer, mientras realizaba mi caminata diaria, conversaba con mi amiga, a la que le agradezco en el alma que me acompañe en ese tiempo. Nuestro tiempo es limitado, por ello precisamente se vuelve el mayor bien que debemos administrar a lo largo de nuestra vida, que una persona brinde su tiempo para acompañarte sea cual sea la razón, es algo que no tiene precio, por lo tanto es preciso ser agradecidos con quien lo hace.

Volviendo al tema que nos ocupa, mientras conversábamos, obviamente salieron muchos temas; como resultado llegamos a la inevitable pregunta: ¿Si nuestro tiempo se fuera a terminar dentro de la siguiente media hora, nos moriríamos con la sensación de que fuimos felices?, ¿cuál fue nuestra respuesta?: francamente NO.

Entonces, ¿por qué vivimos un tiempo en el cual tenemos la sensación de que el futuro se abre paso ante nosotros trayendo consigo sueños realizados y plena felicidad para luego perdernos en un montón de días y años a lo largo de los cuales se van esfumando uno a uno cada uno de nuestros sueños, cada posibilidad de ser felices?.

Pensé mucho a este respecto, como también me gustaría que tu lo hagas. La explicación que yo encontré, fue que dejamos que se nos arrebate nuestra felicidad en el más mínimo de los detalles y lo hacemos con la misma facilidad que dejamos que se instalen nuestras vidas el temor y la preocupación, nos resistimos con tanta fiereza a los eventos que surgen sin que los hayamos planificado que nos quitamos la dicha de ver que realmente se presentan por una buena razón!!.

La vida esta llena de ejemplos que nos demuestran que somos nosotros los que negociamos con nuestro futuro y lo perdemos de vista en un presente que no llena de satisfacción  nuestras vidas. ¿Cómo puede ser posible esto, si somos los primeros interesados en ser felices?, al menos deberíamos serlo; pero realmente perdemos de vista todas las posibilidades de ser felices, y las perdemos en medio de las posibilidades que "creemos" que nos harán felices.

Para que puedas comprender mejor lo que acabo de decir, déjame contarte lo que una persona compartió conmigo hace unos días. Esta persona disfrutó del placer que le reportaba comer una fruta, hace varios años; sin embargo cuando llegué me comentó aterrada que una persona le dijo que no "debería" comer más esa fruta porque posiblemente estaba llena de pesticidas, mismos que a la larga terminarían provocándole cáncer en el estómago, con mucha pena pero sobre todo con mucho temor me comento esto a lo que yo le pregunté si en todo el tiempo que llevaba comiendo la fruta alguna vez sintió algún malestar a lo que esta persona me respondió negativamente, finalmente le dije; cuando alguien te haga un comentario, antes de dejar que halle cabida en tus pensamientos, hazte una sencilla pregunta: ¿esto que me esta diciendo esta persona esta causando bienestar o malestar en mi?.

Uno no debe negociar un solo segundo de felicidad, no debe dejar que se le arrebate un solo segundo de su propia felicidad. La felicidad no se encuentra en los eventos más grandes que podamos imaginar, en los viajes más largos que podamos realizar, la felicidad se encuentras en las pequeñas cosas que nos reportan bienestar, que hacen que el alma se sienta plácida y son esos pequeños momentos, esas pequeñas seguridades las que a la postre construyen los "enormes" puentes que comunican nuestro presente con ese futuro que "soñamos".

Antes de sentir nostalgia por un futuro que nunca llegó, sé responsable de administrar bien la felicidad que tienes en este maravilloso presente que vives.


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