domingo, 2 de junio de 2019

POR ESOS PEQUEÑOS MOMENTOS...

Me quede pensando que las personas somos en verdad muy complicadas, nos aferramos de las ofensas, de las heridas, del pasado y de tantas otras cosas el suficiente tiempo como para que nos afecte de una forma adversa... si las personas somos complicadas en verdad.
Si conocemos a alguien, procuraremos ver primero aquello que no nos agradó de esta persona lo mismo sucede con cualquier situación que aparece de improviso.
Me di cuenta de esto, cuando esta semana recibí un objeto que andaba buscando desde hace mucho tiempo, pero como todas las cosas que de verdad queremos o en las cuales estamos realmente interesados, simplemente no llegaba a mí, lo cierto es que un día de esos de la semana alguien me dice así nada más, que había encontrado lo que yo estaba buscando y que me lo daría en cuento llegue de su viaje, por supuesto creció mi ilusión con el paso del tiempo hasta que finalmente lo pude ver y como siempre cuando uno espera demasiado por algo crece tanto la expectativa que la realidad termina por decepcionarnos..... eso fue exactamente lo que me paso cuando tuve finalmente aquello que tanto quería.

Nunca he sido de las personas que pueden fingir, así que ya se imaginarán la expresión que puse; en un instante la sonrisa radiante de esta persona se desvaneció cuando me miró y la buena intención con la que había comprado el objeto desapareció de inmediato. Fue precisamente en ese momento que me dí cuenta de lo que estaba haciendo: Primero, estaba echando por la borda el mayor regalo que alguien pueda recibir, "que una persona haya pensado en mi" y segundo, me estaba cerrando a la posibilidad que la vida me estaba brindando de recibir algo cuando ni siquiera lo había pensado.

Por supuesto, me costo convencer a esta persona de que realmente me había hecho feliz que finalmente haya podido tener algo con lo cual había soñado por mucho tiempo y he aquí la siguiente lección que aprendí: Tú nunca vas a poder hacer nada con la forma en la que una persona reacciona o piensa sobre un hecho en particular, pero sí puedes hacer algo con todo lo que tú piensas o puedes hacer con tu vida.

Por mi parte, acepté con el corazón agradecido el regalo que Dios me brindaba en el tiempo que él había considerado, porque la vida es así, uno lanza deseos o sueños al aire y simplemente puede esperar a que se conviertan en realidad en el momento que Dios disponga, mientras tanto la vida sigue pasando, sigue enseñándonos, sigue sorprendiéndonos..... mientras tanto seguimos viviendo!!!.

Creo que esa es la mejor parte de la vida, que hemos perdido de vista: La maravillosa probabilidad de dejarnos sorprender con aquellas pequeñas cosas en las cuales tú ni siquiera habías pensado y sin embargo cuando llegan llenan de alegría tu corazón y alimentan tu alma.

"He sido un hombre afortunado en la vida: nada me resultó fácil"
(Sigmund Freud)

Y ha sido precisamente esta frase la que me llevó el día de hoy a valorar cada cosa por la que he tenido que luchar en mi vida y es que a veces atravesamos momentos en los que la vida se nos pone cuesta arriba y vaya que resulta difícil seguir adelante, pero de no haber sido por todos esos tramos que nos cuestan y exigen mucho creo que no seríamos capaces de apreciar los pequeños detalles y momentos de nuestras vidas que definitivamente embellecen nuestro camino y hacen que nos detengamos un minutos nuestro caminar para respirar profundamente, ensanchar el corazón y recargar fuerzas.

Por esos pequeños momentos que Dios nos regala y que alegran tanto nuestra existencia es que realmente no importa si tu nombre resuena en el mundo entero y ocupas puestos importantes, por ese bienestar que se instala en tu alma, en esos pequeños momentos de la vida, es que no importa si te están pagando un cifra enorme de dinero o si "el mundo" cree que eres importante.

Lo cierto es que eres lo suficientemente importante para Dios que de los muchos regalos que te da, te regaló también la posibilidad de ver la vida como posiblemente muy pocos lo hacen, te obsequió la infinita posibilidad de confiar en que todo se esta desarrollando en el tiempo correcto, le devolvió la paz a tu alma al evitar que te angusties por las cosas que quieres y que aún no tienes, te devolvió la libertad para elegir invertir tu tiempo en las cosas que te hacen feliz y no en aquellas que "debes" hacer solo porque "necesitas" muchas cosas.

Se hace difícil no sentirse feliz cuando uno empieza a ver que la vida de esta manera y no como una sucesión de eventos desfavorables que entristecen el alma y achican el corazón.

"Lo importante no es mantenerse vivo, sino mantenerse humano"
George Orwell. 


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