domingo, 29 de septiembre de 2019

LA FANTASIA DE LOS DIAS

Vivir en el recuerdo permanente de los días felices es vivir constantemente en un tiempo que ya se fue, aunque reconozco que estoy siendo optimista al pensar de ese modo, porque también hay quienes viven en el recuerdo permanente de días de angustia, de culpabilidad y toda la toxicidad con las cual solemos llenar nuestros días.

Después de conversar con muchas personas y hacerles una sola pregunta: ¿Cómo imaginas que será tu futuro?, tuve una miscelánea de respuestas, algunas de ellas muy positivas sin embargo la mayoría pensaba en silencio, con una mirada sombría y pensativa, para después emitir una respuesta predecible.

Siempre me ha llamado la atención el increíble esfuerzo que ponen las personas en cuidar su apariencia, cuando sus miradas reflejan a la perfección el estado de su alma, imagino que cuidar la apariencia es también una de esas cosas heredadas de este mundo.

Regresando a lo que trato de decirte es que, por alguna extraña razón, puertas para adentro, en ese mundo de pensamientos y sentimientos que solo cada uno de nosotros conoce, imaginamos un futuro sombrío, de pronto todas esas preocupaciones crecen como sombras gigantescas que consiguen robarnos el bienestar, empezamos a pensar en las mil y un formas de resolver posibles situaciones que podrían presentarse y entonces empezamos a agobiarnos por un tiempo que ni siquiera sabemos si llegará.

Es tal la manera en la que creemos controlar nuestro destino!!, cuando no reparamos que la vida se centra en un solo minuto, he aprendido que es un plan muy ambicioso adelantarse siquiera al siguiente minuto, y quizá por eso me resulte cada vez más incomprensible cuando las personas dicen con mucha ligereza "mi vida es un desastre" y lo peor es que muchas veces utilizan esta expresión en alguna reunión con amigos o familiares cercanos, ¿es realmente tan mala en ese preciso momento?.

Nos falta claridad para poder comprender que este momento, este momento es todo lo que debe importarnos de la vida, que lo único que controlamos realmente es lo que cada uno de nosotros podemos hacer en una situación determinada y finalmente nos falta claridad para ver que en ese futuro incierto y sombrío que imaginamos con base en nuestras preocupaciones al último que invitamos es a Dios.

No nacimos para opacar nuestra propia luz, para desechar la fantasía de vivir nuestros propios días, para restarle importancia a la felicidad que viene con nada uno de ellos aunque esto suponga caminar de regreso a casa en completa y absoluta libertad.
Siempre que veo a las personas agobiadas por algún problema financiero, me pregunto ¿cuál es el precio que le pusieron a su libertad?, ¿por qué la negociaron con tanta ligereza?, la vida se construye de momentos, en su mayoría simples, no hay mucha rimbombancia en ellos, más por el contrario son las cosas más sencillas las que nos reportan más felicidad.

A las personas les preocupa demasiado la forma en la que los demás les ven, no se dan cuenta que en realidad lo que de verdad importa es cultivar un espíritu sano que se manifieste en los pensamientos que expresa en una conversación, en el brillo de una mirada franca que bien puede iluminar el día entero de alguien más, son todas las cosas en las que no reparan las que hablan más alto de su belleza que la apariencia que tienen.

Que no te agobie tu futuro, porque aún no ha llegado, tampoco te quedes atrapado en un pasado por muy bueno o malo que haya sido, ya pasó; piensa solo en los momentos que vives, en lo que tienes en este preciso momento, y el resto déjalo en las manos de Dios, alimenta tus sueños con la fuerza y la entereza de tu espíritu y sal a flote aún cuando este momento no sea del todo feliz, no pierdas de vista la fantasía de cada uno de los días que se te presentan, recordando que tú no tienes el poder de controlar el mundo, ni siquiera la forma de pensar de nadie. Existe una sola persona sobre la cual tiene el control absoluto, en su forma de pensar, de actuar y de vivir y esa persona eres tú mismo, tienes un inmenso poder, no lo desperdicies.



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