domingo, 31 de mayo de 2020

PENSAR EN ALGUIEN MAS

Hace algún tiempo, tuve la oportunidad de hablar con un matrimonio que atravesaba un mal momento. Son innumerables las vivencias por las cuales siento gratitud con Dios, ésta fue una de ellas porque me permitió enriquecer mi vida desde el punto de vista de la "la otra persona". 

El ritmo de la "vida" en la cual se han sumido la mayor parte de las personas hace en muchas ocasiones que sea imposible que se toma en cuenta la vida de alguien más además de uno mismo.
En ese tiempo, recuerdo que la base de la solución fue la práctica de un ejercicio muy sencillo: "Yo te cuido y me cuido", esto supone un millón de cosas, piensas en tu bienestar pero también en el bienestar del otro, piensas en el amor que le das, pero también piensas en el amor que te da la otra persona.
El matrimonio une dos vidas, por ende es bueno pensar en lo que haces por la otra persona y en lo que la otra persona hace por ti. En este momento es posible que tu pienses que el resto de lo que escribiré será acerca de la vida matrimonial pero estarías en un error.

La experiencia de trabajar con este matrimonio fue para mí muy enriquecedora y creo que ahora fue muy útil como ejemplo. A partir de esa experiencia empecé a aplicar el ejercicio: "Yo te cuido y me cuido" en todo lo que tenía que ver con mis relaciones humanas, como resultado llegue a dos simples conclusiones: La primera que me sirvió para mejorar como persona, porque pude ponerme en el lugar del "otro" y eso me sirvió no solo para vivir más en paz sino para llevar adelante proyectos verdaderamente interesantes enriquecidos en buena medida por las fortalezas y destrezas con las cuales aquellos que trabajaban conmigo podían contribuir.
A estas alturas podrías tener la impresión de que "pensar en el otro" puede llevarnos a situaciones ideales, pero como bien sabes; las situaciones "perfectas" no forman parte de la vida; lo que me lleva a la segunda conclusión: Hacer que la "otra" persona también piense en tu bienestar es una tarea muy difícil si no imposible, entonces ¿Cómo hice para poder llevar adelante esos proyectos?, requirió por supuesto de mucha paciencia y mucho esfuerzo.

Hoy quiero proponerte que salgas de ti mismo y empieces a pensar también en el bienestar de los demás, hoy la tarea es muy difícil porque hay muy pocas personas que son capaces de pensar así. La gran mayoría se sumerge en una vida llena de egoísmos, lo que termina por perjudicarles en gran medida, pues aquello que das es lo que realmente recibes.

Me dí cuenta que una persona con el espíritu sano puede construir una vida sana y llevar adelante relaciones sanas; el egoísmo ha enfermado a mucha gente y creo tener la seguridad cuando digo que el resultado del egoísmo es la soledad. Normalmente disfruto de mis horas en soledad, pero cuando esta soledad es incomprendida, es muy dura.

Ten en cuenta que al abrirte a la posibilidad de considerar también la vida de aquellos que se cruzan en tu camino, sus luchas personales, sus frustraciones, sus necesidades, sus sueños, sus logros, por mencionar algunas de ellas; hallarás que hay en verdad muy pocas personas que te lo agradecerán o que empiecen a pensar también en ti y en lo que te hace sentir mejor; pero déjame decirte que la forma en la cual tu vida se enriquecerá con éstas personas hará que te sientas mucho mejor.

En un mundo como el nuestro, es una tarea muy valiente empezar a considerar el bienestar de los demás además del de ti mismo, pero vale la pena si como resultado tu vida se enriquecerá con la paz que antes solo podías imaginar y con la construcción de relaciones humanas saludables.



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