domingo, 10 de mayo de 2020

UNO NO ESPERA A SER FELIZ, UNO ES FELIZ

Quiero empezar diciendo que uno es afortunado al contar con una familia que este presente en todo momento lo sé por las miles de veces que he contado con la mía. Después de todo nadie puede decir que nos conoce más que nuestros padres o hermanos, uno crece junto a ellos y aunque la vida nos lleve por rumbos distintos una simple llamada o un simple mensaje basta para recordar ese lazo tan fuerte que nos une. 
Sin embargo aquí debo detenerme un poco; he conocido personas que no han disfrutado de su familia como lo he hecho yo, pero la vida nunca deja de sorprendernos y Dios nos bendice en formas en las que ni siquiera podemos imaginar, pues él coloca en nuestras vidas a las personas que compartirán nuestro camino, a veces llamamos a estas personas "familia" y a veces estas personas son llamadas "amigos. Lo que trato de decir es que siempre contaremos con personas muy cercanas a nosotros, capaces de entender el lenguaje de nuestra alma, porque es el amor el que sostiene ese lazo.

Dicho esto, quisiera que pasees un poco por tu vida, me gustaría que puedas verla como una película, con todos esos pasajes ya vividos, con aquellos que estas viviendo. 
En una película, uno puede emitir una opinión sobre lo que esta viendo, pero no puede cambiar nada y es precisamente por eso que nos gustan; porque nos sumergimos en la invitación que nos hacen sus realizadores y entonces nos sorprendemos al final cuando vemos que un par de horas han despertado en nosotros muchas emociones.

Exactamente así vivimos nuestros días, cada uno de ellos termina con un cúmulo de vivencias, muchas de ellas tienen su propio curso, las planificamos de un modo y se desarrollan de otro, pero al final, a pesar de todas las sorpresas, las correcciones y sobresaltos; con un poco de atención vemos que todo sucedió con un solo propósito: QUE ESTEMOS MEJOR.
Sé que puedes estar pensando que no es así, lo sé porque a mi me ha pasado muchas veces lo mismo, he terminado muchos días pensando que todo esta mal, que nada salió como lo había planificado; por ello puedo comprender que ahora mismo no estés de acuerdo, pero déjame decirte que es verdad.

Te propongo que recuerdes el último suceso de tu vida en el cual hiciste todo lo que estaba a tu alcance para corregir algo que estaba mal y a pesar de ello siguió de ese modo. Es muy posible que aún estés pensando cómo solucionarlo. Ahora me gustaría que recuerdes el último acontecimiento en el que corregiste algo que estaba mal y cómo te sentiste ese momento.
Te he planteado esos dos escenarios por una razón muy sencilla, porque quiero que veas con claridad lo que ahora voy a decirte:
Frente a una situación adversa tienes dos posibilidades ante ti: La primera que reacciones y hagas todo lo que esta a tu alcance y se corrija; la segunda que hagas todo lo que esta a tu alcance y siga exactamente igual.

Hay batallas que te corresponden, aquellas en las que tú realmente debes hacer algo para corregir el curso de los acontecimientos pero hay guerras que no te corresponden. Sumergirse en ello solo te desgastará, te agotará, te hará dudar de tí mismo, te originará peleas y no conseguirás cambiar nada.
Frente a una situación con la cual tu estas en completo desacuerdo siempre debes hacer algo, pero debes tener también la suficiente sabiduría para darte cuenta cuándo dejar de pelear.

Para mi es muy importante que comprendas esto, para que disfrutes más de tu tiempo, para que puedas reconocer las lecciones que traen consigo esas "situaciones incorregibles", porque todo tiempo es bueno, porque todo sucede siempre para que estés mejor de lo que estabas antes.
A veces no es posible para nosotros darnos cuenta de esto, porque estamos muy sumergidos en el pensamiento de que nosotros "controlamos" lo que nos pasa, pero tenemos que empezar a comprender que hay mucho de nuestra vida que sucede sin que lo hayamos imaginado. Muchos días a los cuales amaneces pensando que será un día mas y de pronto sucede algo que desestabiliza todo tu mundo, entonces tienes que "improvisar" muchas de tus reacciones y eso requiere que tú estés en pleno control de ti mismo.

¿Ahora puedes ver la diferencia?, tu no puedes controlar lo que pasará en el siguiente minuto, por mucho que elabores planes detallados y minuciosos, pero sí que puedes controlar la forma en la que reaccionarás y actuarás en torno a ello y ahí si que te ayudará el saber que hay situaciones que puedes corregir y otras que solo llegaron para dejarte lecciones.
Lo que nunca debes permitir, es que tus días se desperdicien en peleas que no ganarás de la forma que tú quieres, y es que  muchas veces la victoria se esconde en la forma que tienes de continuar tu vida. La verdadera victoria descansa en vivir los días sin dejar de disfrutar la vida a pleno, suceda lo que suceda.

He escuchado a demasiadas personas decir que no quieren morir, ese temor se hace más latente con la posibilidad cercana de la enfermedad, pero hay algo se nos olvida y es que de todas formas este tiempo se terminará. Nuestra existencia inició un día, una fecha e indudablemente culminará un día, una fecha. Siento que el temor nace de imaginar que no hicimos todo lo que quisimos, que no tuvimos todo lo que quisimos y eso exactamente es lo que no quiero que te suceda. 
Me gustaría que enfrentes tus días pensando que todo tiempo es un tiempo de celebración, porque ya haces muchas cosas que te hacen feliz y ya tienes muchas cosas que te hacen feliz. UNO NO ESPERA A SER FELIZ, UNO ES FELIZ.





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