domingo, 28 de junio de 2020

¿PENSAREMOS ALGUNA VEZ QUE ES IMPORTANTE?

Hace muy poco tiempo mientras esperaba la atención en el banco, escuché a una persona decir que realmente no debemos desesperarnos, que el remedio  a esta enfermedad llegara tarde o temprano, y se lamentaba por la forma en la que había cambiado la vida. Esta última afirmación fue la que me tuvo pensando el resto del tiempo e incluso después porque tenía razón. Recordé mis acostumbradas caminatas y cuánto disfrutaba de ellas, mi mente conseguía distraerse y apreciaba la vida en sus aspectos más simples e importantes. Desde que comenzaron las cuarentenas y las restricciones no he vuelto a caminar con tranquilidad o en paz.
Tal vez no debemos desesperarnos porque de alguna manera se solucionara pero qué hacemos con los males del alma que no se curan con el tiempo, qué hacemos con las sociedades enfermas para las cuales no se elaboran vacunas o tratamientos. Durante este tiempo, he tenido la oportunidad de hacer fila en casi todo lado a donde voy, y muchas veces he visto a las personas discutir por las razones más pequeñas. Creo que ya debes imaginar cuál es la razón; hace algún tiempo te dije que las personas felices no se enferman pero tampoco discuten, porque su ánimo y predisposición ante la vida es otra. Con esto tampoco quiero que pienses que las personas felices están muy cerca de la perfección, porque nadie esta cerca de ella, pero estas personas transitan por la vida con una mirada muy diferente, ciertamente tienen problemas como cualquier persona pero estos problemas no afectan su salud emocional y espiritual. Entonces la pregunta sigue siendo la misma: ¿Qué puedo hacer para ser feliz?.

Las personas han recorrido demasiado camino tratando de probarse que son mejores o que viven mejor que los demás, buscan con afán la superioridad, y es una forma de vivir muy agotadora. ¿Esta realmente la felicidad en ello?, ¿has conocido al menos a una sola persona que haya sido feliz tratando de superar a los demás?, no comprenden que ya poseen algo que los distingue, porque jamás hallarán persona igual a otra. A la felicidad no se llega superando a los demás, se llega disfrutando de ser uno mismo.

Es curioso ver el afán de las personas por llenarse de adornos o etiquetas que a la larga los vuelve igual al resto. Cuando en realidad son precisamente las cosas más simples las que en realidad nos distinguen de los demás. He conocido muchas personas que han conseguido enriquecer mi vida y a su modo han contribuido a hacer de este mundo un lugar mejor con solo permitirse ser como realmente son. 
La respuesta a la pregunta ¿qué puedo hacer para ser feliz? no esta muy lejos de ti, es muy posible que ahora mismo ya cuentes con todo lo que precisas para serlo. En muchas ocasiones me he sentido inmensamente feliz con solo haber podido ayudar a alguien en lo que este a mi alcance. No hay tristeza más grande que la que sobreviene cuando se ha perdido algo o a alguien y darse cuenta recién lo inmensamente felices que éramos.

Yo también creo que se hallará la cura o la vacuna para esta enfermedad que ha cobrado la vida de muchas personas, pero en verdad me pregunto ¿cuándo hallaremos el remedio para sanar a la humanidad?, ¿cuándo prestaremos atención a las enfermedades del alma?, ¿pensaremos alguna vez que es importante?.


Espero que este pasaje del libro de Carlos Ruiz Zafón ilumine tus pensamientos como lo ha hecho conmigo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tomar un tiempo para compartir. Vuelve cuando quieras.