¿Sabes en qué estuve pensando?, en que realmente hay que estar muy atentos para que no se nos pierda de vista la vida. Porque la vida no transcurre en los escenarios que nos movemos. En nuestro tiempo, a la vida hay que buscarla en esos detalles que a menudo dejamos de ver por las prisas de los días.
Te digo esto porque hace apenas unos días, me reuní con una vieja amiga, en ocasión de su cumpleaños, con motivo de la celebración degustamos algunas de las delicias que en otros años disfrutábamos, la primera reacción que tuvimos fue pensar en que quizá ya no teníamos los años de entonces para degustar tales delicias, pero entonces me di cuenta de que en realidad somos más afortunados de lo que pensamos, porque en ese preciso momento nos encontrábamos bien y podíamos disfrutar de aquello. Con esto no quiero que me malinterpretes, es buenísimo pensar en nuestra salud física, pero igual de importante es pensar en lo que le hace bien al alma.
A ese respecto, hace un par de semanas, terminé de leer el libro "Comida para las Emociones" de Sandi Krstinic, y una de las cosas que realmente me llamó la atención de entre muchas que realmente enriquecieron mis conocimientos, fue que el bienestar del alma debe comenzar desde los alimentos que nos servimos. Disfrutar de una comida saludable que a la vez le haga bien al alma, o disponer de esos pequeños momentos en los que nos salimos un poco de la "dieta saludable" y nos permitimos disfrutar de lo que en un tiempo nos reportaba alegría o satisfacción.
¿Empiezas a comprender cómo es posible que perdamos de vista los detalles que nos hace sentir vivos?, en mis años de infancia, recuerdo que el tiempo que compartíamos en familia, era realmente un tiempo de calidad, sobre todo porque mi padre, trabajaba largas horas a la semana, pero siempre y eso fue algo que caracterizó su vida, siempre reservaba tiempo con nosotros y ese tiempo por lo general no se reducía a los consejos y enseñanzas que compartía con nosotros, era un tiempo de mucha diversión.
Creo que todos a nuestro modo, tenemos la posibilidad de dejar nuestra propia huella en la vida de alguien más, quizá no del mismo modo que aquellos que amamos y ya no están, pero sí desde nuestra propia personalidad. Hubo un tiempo de mi vida en el que me concentraba tanto en alcanzar mis objetivos profesionales que deje de lado "ese lado" de la vida, que en buena cuenta enriquece el alma, me sumergí en un mundo de plazos, proyectos y planificaciones, entonces Dios me dio la oportunidad de detenerme. El ritmo de la vida que estaba llevando paró en seco y entonces pude ver todo aquello que estaba perdiendo de vista.
Recuperé afectos, me permití reír un poco más y si te digo algo, a veces todavía quiero sumergirme en el "trajín de la vida" por lo que debo esforzarme por poner toda mi atención para no perder de vista el verdadero significado de lo que es "estar y sentirse vivo".
Este tipo de lecciones no se imparten en ningún lugar más que es la vida misma, en cada uno de sus días, quizá por eso escuchemos decir más de lo que nos gustaría que "la vida no es fácil", pero sinceramente creo que uno piensa eso, porque quizá este perdiendo de vista el sentido de la vida.
Celebra tu tiempo, porque es finito, procura darle valor a lo que realmente es valioso para ti, trazate nuevos objetivos y vive, nada más eso: VIVE.
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