sábado, 13 de febrero de 2021

¿HAY UNA SOLA FORMA DE VIVIR?

Creo que últimamente se esta prestando más atención a los pensamientos y la maravillosa forma en la que inciden en nuestro cuerpo y en nuestro bienestar. Cuidar el alma, debería ser un asunto importante como lo es cuidar el cuerpo.

En el pasado, aquí, me gustaría aclarar que hago referencia a ese pasado lejano en el que la gente sufría por enfermedades incurables, la peste, era muy temida. Creo que jamás imaginamos que llegaría el día en que a nivel mundial estuviéramos con ese temor, pero estos son nuestros tiempos, me lo repetí y me lo repito cada vez que debo salir de casa. Caminar con el barbijo y ver a las personas de las misma manera, ¡qué afortunados éramos antes y no lo sabíamos!, creo que nos gusta preocuparnos más de la cuenta y nos perdemos el presente.

Si, ahora vemos a las personas preocupadas por la "enfermedad", déjame decirte que nunca había escuchado esta palabra con tanta frecuencia como ahora, la enfermedad física siempre nos va a preocupar y nos va a impresionar porque es evidente, porque se puede ver el sufrimiento que produce o las secuelas que deja y aquí hablo de cualquier enfermedad en general, sin embargo la enfermedad espiritual es tan nociva y dañina como la otra, solo que sus efectos no son tan evidentes, como no lo son sus secuelas.
Una sola persona con el alma enferma, es capaz de transformar su ambiente laboral en un lugar tóxico, e infectar a las personas que trabajan con ella rápidamente. He utilizado el ejemplo de un entorno laboral, pero bien puedes trasladarlo al entorno que prefieras, hace muy poco vi en las noticias que una persona fue agredida en el bus por otra persona, solo porque le reclamaba que utilice barbijo.

Las enfermedades del alma, son mucho más peligrosas que las del cuerpo, porque para tratarlas no se utilizan medicamentos, por lo menos no los que conocemos. Por supuesto que hay una manera de remediar la enfermedad espiritual, pero requiere de un compromiso y esfuerzo sinceros. ¿Alguna vez has sentido que has contaminado a otra persona o a tu entorno?.

Puede que ni siquiera te hayas dado cuenta, pero lo cierto es que sucede más frecuentemente de lo que imaginas,  solemos pensar que "hemos tenido un mal día" cuando muy probablemente el resultado de ese día haya sido en buena cuenta porque nos hemos contaminado y hemos contaminado a otras personas.

Conozco una persona que desde hace años esta tratando de sacar adelante un proyecto laboral que es de suma importancia para ella, no niego que de tener éxito, influiría de forma muy positiva en las relaciones humanas pero por desgracia, las personas no están interesadas en mejorar "las relaciones humanas". Hace unos días empecé a ver que esta persona esta empezando a manifestar decepción y tristeza, ha empezado a albergar la idea de renunciar. En el afán de ayudarle, empecé a reparar en su entorno, en el comportamiento de las personas que le rodean y me di cuenta que ninguna de ellas piensa que su proyecto llegará a ser algo rentable, por el contrario, todos los días piensan que esta persona debería renunciar.

Jamás he negado que uno debe avanzar cuando ha llegado el momento, dejar ir las cosas que no nos conducen a ningún lado es sano, pero también lo es que apoyemos a quienes tienen el valor de seguir sus sueños, ¿habrían sido distintas las circunstancias que rodearon a esta persona, si a su paso encontraba el apoyo moral que necesitaba?, nuestros pensamientos también se traducen en energías, nos rodeamos de buena o mala energía en función a lo que esperamos encontrar o lo que pensamos de los demás.

No es fácil renunciar a un sueño, mucho menos cuando se ha invertido mucho tiempo en ello; sin embargo también hay que avanzar sacando la mejor lección de toda experiencia que vivimos. Sin embargo, me gustaría decirte que la vida no siempre se desarrolla en el plano "racional", las cosas no son como uno las ve, porque de esa manera estamos sesgando cada evento a lo que nosotros "pensamos y esperamos que puede ser desde nuestra propia perspectiva" pero realmente no es así. La vida no se desarrolla según nosotros, simplemente llega con lecciones muy particulares para cada persona y lo menos que podemos hacer, si queremos a una persona en particular, es desearle todo lo mejor y estar ahí, presente en su vida, para lo que necesite y lo que podamos hacer.

Me quede pensando qué bonito sería si empezaríamos a actuar más con el corazón que con la razón, después de todo, la palabra milagro no existiría si alguna vez no se hubiera producido uno, ¿verdad?. 








No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tomar un tiempo para compartir. Vuelve cuando quieras.