sábado, 24 de abril de 2021

EN TODO UN MINUTO

Un día de tantos, me quejaba porque el semáforo no cambiaba, entonces la persona que estaba junto a mí me dijo, "este semáforo siempre tarda un minuto, es el más largo". ¿Un minuto?, me dije; un minuto no es nada, pasa sin que nos demos cuenta siquiera. Sin embargo en ese momento en lo primero que pensé fue en lo larga que es la vida de aquellos que amamos o en toda la cantidad de tiempo que tenemos en nuestras manos.

Medimos nuestra vida en años!!, y sin embargo en ese momento un minuto me parecía mucho tiempo. Siguiendo estos razonamientos, hace tan solo un par de día , conversé con una mamá que estaba angustiada porque su hijo no mostraba un buen rendimiento en sus evaluaciones. Lo que le llamaba verdaderamente la atención era que su hijo participaba bastante en clases y no tenía problemas a la hora de resolver sus tareas, entones ¿cuál era el problema?. Comprendí su preocupación, por lo que dediqué algo de tiempo para ver el comportamiento del niño, en el momento en que daba sus exámenes, me dí cuenta que se ponía bastante nervioso y que su principal preocupación era el tiempo, realmente le preocupaba que no le alcanzara el tiempo, para poder realizar sus exámenes!!. Con seguridad ya imaginas, cuál era el problema. El nerviosismo, bloqueaba su mente al punto que cometía errores porque su atención estaba en el tiempo y no en la resolución.
Esto contribuye a una charla que escuché en días pasados, sobre el uso del tiempo en nuestros días y en el daño que le esta haciendo a los niños. Es triste que el ritmo vertiginoso de la vida, les esté quitando también a ellos algo de lo que antes nosotros disfrutamos en el pasado: NUESTRO TIEMPO.

Tiempo para recrear la imaginación, para  disfrutar de las nubes en el cielo y ver castillos en el aire, para conversar con las mariquitas o con los amigos del barrio, del curso, etc.
Nosotros disfrutamos muchas cosas, de las que atesoramos grandes recuerdos, que plasmaron en nosotros aspectos que enriquecieron nuestra humanidad. Hoy vemos niños perdiéndose todo esto por estar aferrados a un aparato, en el que en este último tiempo, incluso pasan clases!!.

Aquel día mientras esperaba que cambie el semáforo me sorprendió ver todo lo que pude ver y observar de las personas, de los árboles que alcanzaba a ver desde la movilidad, de la tenue luz del sol. En tan solo un minuto pude ver tantas cosas de la vida. 
Comprender que el tiempo es el recurso más importante con el que contamos, no es vivir pendientes de una fecha límite para entregar un determinado trabajo o la entrega de un examen. Es saber que la única fecha límite que debería preocuparnos es la nuestra, que este tiempo que tenemos hoy ante nosotros, tiene un limite, se nos va a terminar tarde o temprano.

Con relación al pequeño, conversé con él; creo que no hay nada más saludable para el alma que conversar con los niños, porque ellos son personas pequeñas con una gran visión de la vida!!. Le  invité a que distraiga su atención del tiempo y que disfrute más de las cosas que sucedían durante ese tiempo. Escuchar el sonido de los pájaros o del viento moviendo las hojas de los árboles, mientras resolvía sus exámenes y retomar el lado divertido de la vida que sucede a la par de la suya. Como resultado, yo también practiqué ese ejercicio en su compañía y me sorprendí de cuán vivo se puede llegar a sentir uno en un corto tiempo, ¿te imaginas todo lo que puedes hacer en años?.

El valor de un minuto, me enseñó que durante ese tiempo puedo reírme y sentirme libre al escuchar la risa de un niño, en un minuto puedo sentir el amor que se transmite en tan solo un abrazo sincero, en un minuto puedo dejar que el sol acaricie mi rostro o que el viento me comunique tantas cosas. En un minuto se puede terminar la vida. Así de de valioso es el tiempo.

¿Te imaginas todo lo que puedes hacer con todo el tiempo que tienes a tu alcance?




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