Creo que lo que nos define, es la forma que tenemos de enfrentarnos a los problemas o la adversidad. Indudablemente, es el carácter el que se forja en las duras batallas de la vida, y es eso lo que nos sostiene en los tiempos difíciles. La vida es rica en experiencias que forjan el alma, momentos que se plasman en ella para llenarla de luz.
La expresión "seres de luz" se ha utilizado con tanta frecuencia que ha ido perdiendo su significado, esto sucede en buena cuenta porque desconocemos su verdadero significado de ella.
Me gusta pensar que hay ángeles entre nosotros, seres de luz que acompañan nuestro camino. Hallarlos es un verdadero milagro pero saber reconocerlos es una gran fortuna. No se trata de alimentar la fantasía, aunque realmente creo que hay magia en todas las cosas que se hacen con amor, sin embargo en este caso en particular, hay algunas personas, que iluminan la vida de quienes están cerca y es a estas personas a quienes llamo seres de luz.
Es a esta maravillosa interacción entre ellos, que debemos momentos de felicidad, pero sobre todo, debemos momentos de paz en medio de las dificultades o las tribulaciones. He tenido la fortuna de celebrar la existencia de estas personas en mi vida, incluso cuando no las he tenido cerca, porque el alma no conoce de distancias, el alma permanece aunque hayan kilómetros de distancia de por medio, tal es el poder que reside en ese mundo al que tan poca importancia se concede en estos días.
Quiero concentrarme en la gran familia que conforman estos seres de luz que Dios ha puesto en nuestras vidas, personas que llamamos amigos, compañeros de trabajo, hermanos, padres, hijos, cónyuges.
Nuestro paso por este mundo, no es solitario. Esta semana, he podido constatar con tanta alegría que Dios se manifiesta también de esta forma, en la compañía de aquellos que celebran tus logros y se sientan junto a ti, en cada caída.
Somos afortunados de tantas formas que se hace imposible pensar que aún no lo sepamos, sin embargo es perfectamente comprensible que no podamos ver con absoluta claridad esta realidad, porque a veces concentramos nuestra atención en todo aquello que "creemos" que es importante.
Es esa la belleza de los tiempos difíciles, que nos ofrecen la posibilidad de ver esa "realidad" que no somos capaces de ver cuando nos acompaña "el éxito".
Creo que todo este tiempo, lo voy dedicando a la grandeza de lo simple, las personas más importantes que conoceremos en nuestra vida, no son aquellas que llevan un apellido "importante" o que ocupan un trabajo "importante", son aquellas que son capaces de hacernos sonreír cuando estamos tristes, son aquellas que rezan porque estemos bien, son aquellas que te llevan en la mente y en el corazón. Saber reconocerlas en nuestra vida, nos hace poseedores de tesoros invaluables.
Estas personas son valiosas por el simple hecho de regalarnos su tiempo, un tiempo que definitivamente no va a volver y sin embargo te lo dan, de la forma más desinteresada.
Tal es la magia que envuelve a estas personas y las rodea con su propia luz.
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