Una vez, en mis años de infancia; alguien me dijo que la magia existía y que no se ponía de manifiesto en las cosas más simples. En aquel tiempo, no alcancé a comprender la magnitud de aquello. Con el paso de los años, comprendí que es cierto, sin embargo esta certeza no se me manifestó del modo al que estamos acostumbrados a creer en la magia, no vi un conejo saliendo de un sombrero pero pude ser capaz de ver mucho más.
¿Tuviste la oportunidad de leer El Alquimista, Paulo Coelho?; en mi opinión es uno de sus mejores libros. En él, el pastor debe realizar un largo camino, uno que se pone de manifiesto en un sueño, a partir de allí y de la valentía del pastor para seguir su camino dejando todo lo que conocía atrás, se empiezan a revelar ante él, muchas dificultades, pero también un nueva forma de ver el mundo.
Existen dos formas de transitar nuestro paso por el mundo, una es ver el mundo, y otra MIRAR el mundo. Esta vez, quiero concentrarme en la segunda, porque tiene mucho que ver con la magia que esta a nuestro alrededor. Muchas veces golpeó el viento mi rostro, muchas veces; pero solo en una de ellas pude sentir la libertad del viento, solo una vez pude sentir que yo también era libre. A ese momento le llamo mi "momento despertador", porque fui capaz de dejar ir las preocupaciones y entonces por un par de minutos, pude sentir que nada era imposible en realidad.
Recuerdo que corría el mes de diciembre, recorría el camino desde la universidad, hasta la parada del bus, era un día nublado, por la tarde y yo caminaba pensando en los exámenes que aún me quedaban por rendir, en las notas de aquellas materias en las cuales necesitaba dar un buen exámen. En suma; caminaba con las preocupaciones instaladas en mi mente.
Me detuve a esperar que el semáforo cambiara, para poder pasar la calle, entonces el viento sopló muy fuerte, tanto, que consiguió sacarme de mis cavilaciones y miré, miré por primera vez todo a mi alrededor. Pude ver las ramas de los árboles moviéndose con el viento, pude sentir el olor de la lluvia, que estaba próxima a caer, las nubes grises que se reunían en el cielo como si conformaran una fiesta y sentí, sentí la inmensa libertad de la cual era parte mi alma en ese preciso instante. Yo era parte de un mundo maravilloso, perfectamente creado para que yo fuera feliz. Escuché en mi mente que todo iba a estar a bien. Al final de ese semestre no solo aprobé todas las materias, también pude adelantar otras en el verano.
¿Quién activo "mi momento despertador"?, a las personas les gusta poner muchas etiquetas, a esa "magia" que se pone de manifiesto en nuestras vidas, le llaman universo, vida, etc. Yo pienso que es Dios, que era él quien me decía en el baile de las hojas y las nubes con el viento, que yo formaba parte de esa perfección y que todo absolutamente todo, estaría bien, porque la vida sigue y la vida siguió. A las preocupaciones de las notas en la universidad, le siguieron otras, pero ese tiempo pasó, la vida siguió más allá de ese semestre o de esa profesión, pero mi mirada había cambiado, ahora podía ver la perfección que me rodeaba a la cual también yo pertenecía.
Despertar a una nueva mirada del mundo y saber que las cosas que pensamos importantes, lo único que hacen realmente es distraernos de aquello que es realmente valioso, hace que uno camine atento a lo que Dios quiere que sepamos. Hace que estemos despiertos para valorar la inmensidad de su amor, en cada amanecer, en cada oportunidad que trae consigo un día nuevo. Hace que no perdamos de vista la única verdad a la cual deberíamos aferrarnos con fuerza: TODO VA A ESTAR BIEN, PORQUE VINIMOS PARA SER FELICES.
Si los días se renuevan, ¿por qué no lo hacemos nosotros?. El clima ya esta cambiando, los primeros brotes de los árboles empiezan a vestir de verde las ramas, quizá las primeras hojas de los árboles empiezan a caer. Sea cual sea el lugar donde te encuentres, no olvides que tú formas parte de toda esa majestuosidad, que tú también eres parte de esa creación, perfecta. No pierdas de vista tú vida, es mucho más importante que el "momento" que estas viviendo. Rescata lo mejor de todo, si en este momento eres feliz, disfrútalo; si en este momento estas aprendiendo una gran lección, atesórala.
Sea cual sea la situación en la que estés, valora tu tiempo, pero sobre todo, no olvides que este tiempo pasará, tu vida no se va a detener en él. Mira a tu alrededor, todo avanza, todo sigue su marcha, tu vida también lo hace.
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