Conversando con mi madre, mientras observábamos caer la tarde; ambas recordábamos el sabor de los panes de canela que hacía mi abuela, nunca más volví a probar unos así a pesar de que mi madre también prepara "otros" muy deliciosos.
Esto hizo que piense en lo frágiles que son nuestras existencias. ¿Acaso estamos verdaderamente conscientes de ello?, ¿comprendemos que en un tiempo también nosotros seremos el recuerdo de alguien una tarde de tantas?. Creo que si lo supiéramos realmente nos esforzaríamos más, dejaríamos de desperdiciar tiempo en preocupaciones, o evitaríamos el recuerdo de nuestros rostros tristes en aquellos que amamos, porque la felicidad, nuestra felicidad es una conquista!! y hay que defenderla a cualquier precio.
Las personas nacemos con un tipo de magia, una que nos lleva a crear cosas maravillosas que nadie jamás podrá imitar nunca, un tipo de magia que nos hace valiosos y que instala felicidad o bienestar en aquellos que amamos. Buscamos de tantas formas equivocadas "ser valiosos", cuando en realidad ya lo somos.
Muchas veces te dije que la vida se encuentra en todas esas cosas simples y pequeñas que hacen de nuestras existencias algo maravilloso e inolvidable. Lo comprendí la otra tarde, recordando a mi abuela y esos años de mi infancia cuando estaba de vacaciones, era feliz entonces y a veces esa felicidad se traducía en las tardes de té junto a mi abuela y sus panes de canela.
Las personas nos tocan con su magia y luego esa magia termina, para pasar a formar parte de ese escenario inmortal que forman nuestros recuerdos. ¿Alguna vez te preguntaste qué tipo de recuerdos estás dejando en aquellos que te aman?....
Saber que uno ha dejado el recuerdo de horas felices, hace que la ausencia sea menos dolorosa; porque a veces nos perdemos en los recovecos de la vida, como si se tratara de un laberinto del que no podemos salir. La vida no le pertenece a las preocupaciones, no le pertenece a las tristezas como tampoco a las peleas; no es así que uno debería pasar sus días, de ahí que la felicidad sea una conquista.
Uno va a encontrar lo que espera encontrar; puede que hayas escuchado esto más veces de lo que te gustaría; la realidad es que es muy cierta, porque si nos rodeamos de preocupación, ¿exactamente de qué creemos que estará formado el día de mañana?
Nos preocupa la vida, porque no la buscamos donde deberíamos; porque no elegimos el camino que nos corresponde. La tristeza no debería ser un estado permanente, aunque a veces lleguen tiempos en que simplemente se instala en nuestra alma; pero a la vida hay que elegirla; hay que elegir aferrarse de la felicidad aunque eso suponga que nos aferremos a los pequeños momentos en que nos permitimos reír a carcajadas, por la razón más simple; porque nos sentimos bien.
¿Cuántas veces te sentiste bien?, ese bienestar que llena el alma en toda su plenitud; mira que para SENTIRSE BIEN, hacen falta muy pocas cosas, sentirse vivo es una de ellas.
A muchos padres les preocupa la herencia que vayan a dejar a sus hijos; el problema es que muchas veces ese afán les roba lo más importante: El cariño de sus hijos.
Uno puede dejar una herencia inmensa y eso no necesariamente se traduce en cosas materiales, las más de las veces tiene que ver con el ejemplo que se ha dejado a los hijos para que éstos un día conduzcan sus caminos igual o mejor que sus padres.
A veces pedimos un millón de cosas por aquellos que amamos; creo que muy pocas veces pedimos que estén bien; pensamos que son todas "esas cosas" las que les harán felices.... Qué poco sabemos a veces de la vida.
Que tu magia toque la vida de aquellos que amas, de manera que tu recuerdo sea también el apoyo que ellos necesiten cuando no estés, porque nadie más hará las cosas como tú, pero sí que pueden acompañar sus pasos con los tuyos, vivos en su recuerdo.
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