TU VAS MARCANDO EL CAMINO

He estado pensando que eres tú, quien va marcando el camino. 

La vida después de todo; no es el resultado de un cúmulo de sucesos sobre los cuales no tenemos control alguno; si bien es cierto que seguimos un destino que desconocemos, y que cada mañana recibimos un nuevo día acerca del cual lo desconocemos todo pese a nuestros esfuerzos por trazar una ruta de acontecimientos que nos cuenten la falsa idea de que ejercemos cierto control. 

Sin embargo y a pesar de todo lo anteriormente expuesto sí que puedes marcar el camino que estás recorriendo, porque siempre va a ser una decisión tuya la forma en la que transites lo días. 

Sé bien que la mayor parte del tiempo; el ritmo vertiginoso en que se mueve el mundo en el cual estas inmerso; te empuja a formar parte de él y de sus prisas, de sus preocupaciones, de sus plazos, de sus distanciamientos, de sus pérdidas y de sus adioses pero ¿acaso es posible detener su ritmo?.

Recuerdo que durante mis años de infancia; llegada la época navideña y cumplida la gestión escolar, que en ese tiempo era el único afán (si cabe decir esto, pues siempre encontré maravilloso el estudio. Adquirir nuevos conocimientos es algo que incluso hoy disfruto muchísimo), volviendo al tema que nos ocupa; recuerdo que siendo la profesión de mi madre la de ser secretaria y trabajando en un establecimiento escolar; los cierres de gestión resultaban siempre la peor época para ella, más que todo, porque debía pasar a mano, en cuadernos especiales para ello; cada nombre, de cada estudiante con, sus respectivas notas en cada materia y luego hacer sellar y firmar por las autoridades educativas los mismos (la tecnología ha ahorrado mucho trabajo en ese sentido). La recuerdo siempre bien ajetreada cuando todos nosotros ya soñábamos con nuestros regalos de navidad. Si mal no recuerdo, ella se subía a nuestro barco a pocos días de la noche buena; pero había algo en esos días, lo recuerdo bien y era que a pesar de las prisas, ella siempre se daba modos para hacer una mermelada de membrillo deliciosa con los membrillos de un árbol que teníamos en casa, horneaba los panes más deliciosos que haya comido alguna vez... Las tardes de té de aquellos años de vacación forman parte de mis más preciados recuerdos.

Con este pequeño relato, que espero, ilustre bien lo que quiero decirte; me gustaría que tú también detengas el ritmo vertiginoso del mundo y te permitas disfrutar de TU TIEMPO y todas esas cosas que puedes hacer con él y van a alegrar tu alma de un modo que jamás olvidarás; porque ser feliz es una decisión, porque se puede ser feliz, con todo lo que tienes ahora mismo, solo depende de ti, serlo.

Los primeros matices de un nuevo tiempo navideño, ya van apareciendo en el horizonte; un hermoso tiempo que nos invita a disfrutar de cenas familiares, reuniones con los amigos. Un tiempo marcado por el intercambio de regalos, algo innecesario si piensas que el regalo más importante que se da en esa época es la calidad del tiempo que compartimos unos y otros.

Sé que decir que "uno decide ser feliz"; puede sonar trillado y es porque muchas personas han restado importancia al significado de cada una de esas palabras. Recuerda que las palabras tienen magia, pero para que ello suceda, a las palabras hay que darles vida, es necesario que uno habite las palabras para expresarlas con el alma, y no solo repetirlas.

La navidad siempre ha de ser para mi, el tiempo en que se solaza el espíritu; porque es una fiesta cuyo escenario se centra únicamente en el amor y todas las formas maravillosas en que podemos expresarlo de manera que deje una huella profunda de gozo y felicidad en el espíritu. Por ello es que a una semana de que inicie el adviento, me gustaría invitarte a realizar un pequeño ejercicio:

Cada mañana, nada más despertar; elije una palabra que vayas a habitar ese día; nuestro lenguaje es tan basto en palabras extraordinarias que solo pensarlas ya nos reportan bienestar. Poco a poco te irás dando cuenta que ser feliz es una decisión!!.